domingo, 16 de junio de 2019

Día del Padre: una explicación y un recalentado



Escoja su regalito: es la misma con diferente ropita


Con el permiso de los amigos lectores, padres o no padres, madres y no tan madres incluidas, y también aquellos que no quieren saber nada con el asunto de la reproducción, multiplicación ni sumatoria pero que sí les gusta y no se pierden el mecanismo previo, aunque controlándolo minuciosamente para evitar las naturales consecuencias.
Con su permiso, digo, que este día del padre nos llegó entre escándalos tales que si voy a escribir de lo que pasa, entonces va a salir una mescolanza de temas que tendrán muchas cabezas y tentáculos, como un enorme pulpo mitológico e inmortal que nos dejará con el ceño fruncido y lo otro también, y como ya estamos cansados de andar de mal humor, preferí no escribir nada y como un justo (?) homenaje a los padres que van quedando entre mis relaciones, que cada vez son menos -los padres y las relaciones- me atrevo apenas a volver a publicar algo ya escrito y publicado antes.
A estos amigos y amigas les invito a recordar el día del padre con este refrito artículo tomado del archivo del blog, del mes de junio del año 2017, y que es el que sigue.


Día del padre: Carne para el asadito.

Archivo del blog
Esta es una de las más decentes, será porque está amarrada.

Hace una semana que vengo recibiendo "divertidos" mensajes por el día del padre, divertidos digo por decir algo, porque todo en exceso cansa. Me llenaron el celular de fotos de mujeres exhibicionistas mostrando todo lo que uno se puede imaginar y lo que no se puede imaginar también... son tan descaradas las muchachas esas, las de las fotografías, que me parece que debería intervenir alguno de esos movimientos feministas, de defensa de la mujer o de lo que sea, porque estas locas las están dejando a todas mal paradas; mientras otras, no precisamente mujeres, han debido quedar muy bien paradas y, bueno... tengo el celular que ya parece catálogo de prostíbulo, y me da vergüenza...

- ¿Y por qué no elimina esas fotos si tanto le disgustan?!

- No sea metiche, oiga, inoportuno como siempre.

Claro que las he borrado, pero antes tuve que mirarlas porque uno no sabe lo que es hasta que lo ve; no se puede andar con esa carga tan pesada en el bolsillo, me refiero al celular, no a otra cosa porque esa otra cosa no se lleva en el bolsillo. Así vemos que los tiempos están cambiando, antes había hombres que pasaban su vida sin ver una, salvo los ginecólogos, porque los demás se la encontraban en la oscuridad, o en un ángulo desfavorable para el examen directo de la cosa, o de manera tan fugaz que no había tiempo que perder ni ganas de ponerse a investigar los distintos elementos exteriores y/o/e interiores; se hacían las cosas más o menos al cálculo y se agarraba más que se miraba, dependiendo de... de qué, pues de la colaboración recibida o no durante la función, actividad, diligencia y/o/u ocupación de lo no expuesto pero tal vez imaginado... pero no siempre, total, se pasaban la vida, se iban las ganas y se morían sin haberla visto bien ni mal; mientras que ahora, aun sin quererla ni buscarla se te presenta en todas partes, es como el aire y el agua, elementos omnipresentes en la existencia, y ahora esa, la innombrable cosa, retratada en blanco y negro y en colores, en vista fija y movimiento, en plano, perspectiva y 3D; al natural o deshuesada, ejem... perdón, digo depilada o rasurada; vaya con la cosa, siempre presente hasta donde no se la espera, abundante como nunca antes, despojada no solo de vestimentas sino de recato y misterio, ya no es esa cosa que se esconde, ahora es la cosa que te salta a la cara al menor descuido, y puede venir agazapada hasta en el saludo de tu mejor amigo. ¡Ya no se puede confiar en nadie! 

- ¿De qué está hablando, oiga?

- De qué va a ser, pues; de eso... no me diga que no la ha visto.

Antes se la buscaba, se la espiaba, se la imaginaba... En cambio ahora ya hasta molesta con su insolente descaro, con su perenne y atrevida presencia. Tengo por allí un libro de profecías de los años cincuenta del siglo pasado, que acierta algunas pocas cosas, y entre las que acertó hay una que me parecía difícil de realizarse, y decía:

"La mujer se desnudará en público, escandalizando primero, molestando después"; ¡cómo van a molestar, no señor! decía yo, llevado por mi puro entusiasmo juvenil en aquellos tiempos pudorosos; si quieren desvestirse que se desvistan nomás; y ya ven, hemos llegado al momento que anunciaba la profecía.

- ¡Ja! ¿Me va a decir que le molestan? No le creo.

- Ya le dije que no sea metiche.

¿Y la poesía? - Pues con esa ternera al palo; la carnecita para la parrilla; el keke y el merengue; ya no me atrevo a hacer versos porque no sé qué cosa me pueda salir; entonces esta vez, por respeto al público lector, me limitaré a lo siguiente:


La ternerita


Me la traen bien atada
de las patas y el pescuezo,
como soy bueno la dejo
que corra con la manada;
yo prefiero una ensalada
que no me trae problemas,
como es fresca no te quemas
y es siempre bien aceptada.

Pero nadie piense mal
que no he cambiado mis gustos,
solo alejo los disgustos
evitando lo animal,
aunque a la menor señal
de un retozo mano a mano,
ya no soy vegetariano
y me meto hasta el corral.

~

1 comentario:

  1. Ricardo, no seas "Hipocrates", hasta tu otro yo te acota la verdad y te haces el loco, pero tienes razón en una cosa, todo exceso es dañino, en este caso, harta y cansa, de mirarla; pero no de usarla, espero que hayas pasado un maravilloso día del padre.

    Fernando Atala Schaefer
    DNI 08804201

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