domingo, 31 de julio de 2016

Leyes prohibidas



Hay leyes para prohibir, y leyes que deberían prohibirse.


Parece una contradicción, casi un absurdo, y no sé dónde las haya habido, pero de lo que sí estoy seguro es que hay muchas y debería haber bastantes más: Leyes Prohibidas. 
¿Cuáles y por qué? 
Ciertas leyes que parecen haber sido creadas para molestar a la gente, para inmiscuirse en la vida íntima de las personas o que tienen su triste sustento en algún miedo o complejo de ciertas castas alucinadas y temerosas de no poder contener la naturaleza humana.
Ejemplos hay muchos, y pondré algunos para sustentar lo que quiero decir.
El celibato debería estar prohibido, de plano, porque va contra la esencia humana y contra la vida misma; ya vemos qué cantidad de problemas le ha traído a la iglesia católica, principalmente.
Hace poco leí que en la vergonzosa y vergonzante Arabia Saudita, país con dueño (es de la familia Saud; por éso el nombre) está prohibido tener... ¡perros! ¡qué buena ostra! ¿por qué la gente no puede tener perros en la casa? - pues, muy orondos te dicen que el perro es un animal impuro... alucinante... el perro es un animal impuro y estos caballeros vienen a descubrir éso después que los lobos, en un proceso de milenios, se convirtieron en nuestros mejores amigos y son más puros que esa mala gente que prohibirlos quisiera. ¡Ah! y no se andan con pequeñeces estos hijos de la grandísima perforación, porque el castigo para el infractor es nada menos que la pena de muerte.
Esa sería otra de las leyes que habría que prohibir.
Porque si me da la gana puedo tener no sólo perro sino también un elefante en mi casa, total, si me da el espacio y el presupuesto y no molesto a los vecinos, porque éso sí, la regla de oro hay que respetarla: "Haz a los otros lo que quisieran que hagan contigo", y no llegar al talión, o sea, ponme un elefante en la puerta de la cochera y yo te pongo un cocodrilo en la cama.
Es en ese mismo país, Arabia Saudita, donde no permiten a las mujeres manejar un auto (hay que ser bien troglodita), pero para compensar, ellas pueden pedir el divorcio si el marido no les da suficiente... café. 
Hay leyes que deberían prohibirse por idiotas. 
En indonesia te decapitan si te masturbas... Te cortan la cabeza, la que está encima de los hombros; no puedo creer que sean tan bestias.
En Victoria (Australia) no puedes cambiar un foco si no eres electricista; es como que no te dejen tirar un pedo si no eres fisiólogo.
En Singapur, entre otros lugares, prohíben el sexo oral, salvo que sea por entretenimiento ¿Y cómo se determina tal condición? supongo que basta con verle la cara al ejecutor para ver qué tan entretenido está.
En Líbano hay pena de muerte por tener sexo con animales machos, si es con hembras está bien. Esta ley, más estúpida que machista, se aplica sólo a los hombres, por lo visto, y pretende preservar la dignidad de los animales evitando una especie de mariconada zoológica. En éso hasta podría estar de acuerdo, pero yo con animales no me meto, me basta con las de dos patas, perdón, las de dos piernas quise decir, que son las que mejor se acomodan a... bueno, ya se sabe qué bien se acomodan.
Hay muchas otras leyes estrafalarias, como la de prohibir que las vírgenes se casen, por ejemplo, en Guam (isla en el pacífico) hay unos señores que van de pueblo en pueblo desflorando vírgenes para dejarlas aptas para el matrimonio ¡y encima les pagan! porque ese es su trabajo. Muchos quisieran tener esa profesión.

En Utah,  es ilegal detonar cualquier arma nuclear. La puedes tener en tu casa, pero no la puedes hacer explotar; en ese mismo estado los pájaros tienen preferencia de paso en las autopistas ¿Cómo? - Por lo visto no es obligatorio usar el cerebro para pensar.
En Vermont es ilegal negar la existencia de Dios. Eso es estúpido, porque si Dios existe no necesita leyes que prohíban negarlo, el asunto es completamente humano, me imagino que promovido por quienes no están muy seguros de la existencia divina.
Como vemos, sobran motivos para ser anarquista.

Claro que la ley es la ley y hay que cumplirla si estamos en un ambiente civilizado, pero ello no quita que haya leyes que no gusten y otras que sí.
Hay una ley en Rusia que prohíbe manejar un auto si éste está sucio, esa ley me gusta.

 

 Las leyes


Que si las leyes se cumplen...
pues normalmente es así,
pero qué vemos aquí
en este mundo de lumpen,
muchas cosas se interrumpen,
se confunden y entreveran,
se suplantan y adulteran
y en avalancha prorrumpen,
y simplemente lo admito:
no nos salva ni Macuito.

Oiga usted hasta parece
que incito a la rebelión,
aunque esa no es mi intención
sé que el descontento crece
mientras las trampas se cuecen,
yo me hago el inocentón
parado al pié del cañón,
mientras unos desfallecen
otros saltan de alegría,
y yo con mi poesía.

Es un arma el verbo justo
y yo cargo mi escopeta
con soluciones concretas,
lo que no sé es dónde apunto
pues en esta confusión
no hay como acertar el blanco,
a duras penas alcanzo
a distinguir el manchón
de sinvergüenzas corruptos
que se vienen en montón.

Con sus leyes mal escritas
y mucho peor pensadas,
ya de antemano parchadas
con intenciones fortuitas
que ni con agua bendita
podremos exorcizarlos,
legisladores falsarios
que uno de verlos vomita
¡Con mi santo y justo enojo
al infierno los arrojo!

Y si nos siguen jodiendo
se acabará la paciencia,
y con la pura conciencia
los iremos escupiendo
del sagrado parlamento,
que con su vil pestilencia
y su nefasta influencia
en corral para jumentos
 muy triste final tendría
que nos lleve a la anarquía.
   ~

domingo, 24 de julio de 2016

El extraño Judas de Abraham Valdelomar.



¿Tienes un billete de cincuenta soles? Míralo - ¿Quién está allí?
Abraham Valdelomar, periodista, escritor, cuentista y poeta peruano; autor de El Caballero Carmelo que solía ser lectura obligada en la escuela, uno de sus más famosos cuentos y que da título a su primer libro publicado en 1918.



Él había nacido en Ica en 1888, por lo tanto tenía entonces treinta años... y para quienes no lo saben, aunque sucedió hace casi cien años, debo darles la triste noticia de que Abraham Valdelomar murió a los treinta y un años de edad, cuando mucha gente aún no ha hecho gran cosa en la vida. Imagínense qué obras maravillosas nos habría dejado si no fuera por esa fatal caída de una escalera de piedra, allá en Ayacucho, donde se encontraba para asistir a un Congreso Regional en su calidad de diputado. Se fracturó la columna vertebral y falleció después de dos días de agonía. 
Entre dieciséis cargadores ayacuchanos, seguramente que por turnos, fue llevado a pié dentro de su ataúd hasta Huancayo, y desde allí en tren hasta Lima, donde fue enterrado en el cementerio Presbítero Matías Maestro.

Un segundo libro de cuentos, Los hijos del sol, se publicó en 1921, dos años después de su muerte.

Ocupó algunos cargos en los gobiernos de su época, fue secretario de la embajada peruana en Roma, fundó algunas revistas, tuvo a su cargo secciones periodísticas, todo éso en tan corta vida. Dejó muchos proyectos inconclusos.

Era un joven bondadoso e idealista, pero sus aires extravagantes adoptados para llamar la atención hacia su persona y por tanto hacia su obra, más o menos al estilo dandy de Oscar Wilde, le ganaron bastantes enemigos, los que después de su trágica muerte hicieron correr la versión de que su caída no fue de una escalera sino que cayó dentro de un pozo ciego y murió cubierto por excrementos. La realidad es que cayó de espaldas sobre un montículo de piedras tan duras como la escalera desde la cual resbaló o tropezó, de noche y en la oscuridad. Rara imaginación y rebuscada forma de pretender dañar la memoria de uno de nuestros mejores escritores. Él nos habla directamente a través de su obra, y es en ella que lo encontramos y reconocemos como el extraordinario ser humano que fue. 

Los ojos de Judas es uno de sus más logrados cuentos, autobiográfico y por éso mismo más estremecedor. Cuenta una rara historia que gira en torno a una misteriosa mujer que se le aparece en la playa cuando él es aún un niño. Lo que marca el cuento es la angustiante identificación de esa mujer, delicada y dulce, con el personaje de Judas, y la pregunta que le hace ella al protagonista, con insistencia, sobre si él lo perdonaría. Todo sucede alrededor de la semana santa en Pisco (Perú), donde, como en muchos otros lugares, se quema una efigie de Judas, en este caso lo hacen el sábado de gloria por la noche.

Quien desee leer el cuento completo, está aquí

Es una extraña historia que se teje en torno a una mujer que delata al propio marido por salvar a su hijo. La delación pesa tanto en su alma que no puede perdonarse a sí misma, y para mayor desgracia no sólo pierde a su esposo sino también a su hijo. Esta tragedia llega de manera confusa a oídos del autor cuando es todavía pequeño y se entrelaza en inesperados encuentros con una misteriosa mujer vestida de blanco. 

En recuerdo de Abraham Valdelomar.
~

sábado, 23 de julio de 2016

Invierno

Es invierno en el sur, esta vez más frío que otros años, lo sé, no es mi condición física ni mental lo que me hace dar esta opinión... lo dicen los meteorólogos, y para quien no lo sepa, es parte del calentamiento global.
¡Cómo tanto frío puede deberse al calentamiento global! - Pues a mí no me lo pregunten que soy uno más de los desorientados (o mejor debo decir escépticos) - y mientras tanto aprovecho la estación para dedicar estas líneas a quien guste de versos tristes.
Y para quien los lea en este día.



Otro invierno


Era invierno la noche en que te fuiste
y en helada oscuridad marchar te vi,
imposible imaginar que yo sin ti
pudiera olvidar lo que me diste;
es invierno ahora y lentamente
te vuelvo a dibujar en mi memoria
juntando los pedazos de esa historia
entre los laberintos de mi mente.

Invierno, esta vez te siento triste,
igual que yo, sumido en la nostalgia
de lo pasado que ahora me reclama,
al leer las palabras que escribiste.
Al igual que la niebla me acompaña
en el amanecer tu injusta ausencia,
necesario es armarme de paciencia,
que a la propia conciencia nadie engaña.

Este invierno tampoco será eterno,
terminará, como todo a su tiempo,
pero dentro de mí, lo que yo siento,
no se borra ni aun cuando me duermo.
Que nadie piense que esto me hace daño
porque al final es parte de mi vida,
hermosa flor nacida de la herida
que sigo cultivando año tras año.
~




domingo, 17 de julio de 2016

¿Qué será lo que quiere el negro?

 

 

 

Noticias que llegan desde USA.


Pareciera que voy a tratar algún asunto jocoso, como otras veces, pero no, esta vez se trata de algo muy serio, tan serio que pido comprensión por adelantado por si no logro el clima propicio para tan dramática discusión.

¿Qué será lo que quiere el negro?

Pues lo que muchos tienen y ellos no, por ejemplo:
Salir de su casa tranquilo y poder hacer sus cosas como cualquiera.
Ser recibido de la misma manera que los demás.
Ser tratado y considerado como cualquier otra persona de cualquier color.
Y sobre todo, el negro no quiere que lo mate la policía de USA o cualquier blanco con ínfulas de vigilante.
No quiere que lo detengan sólo por el color de su piel.
No quiere que lo acusen de cualquier cosa sólo por ser negro.
No quiere seguir llenando las cárceles para que ganen dinero los concesionarios de las mismas que sobornan a los jueces para poder llenar y hacer más rentables los establecimientos carcelarios que, para quienes no lo saben, hace rato han sido privatizados.
Los negros y latinos, siendo minorías en la población usamericana, son mayoría en los penales; no necesariamente porque cometan más delitos sino porque son víctimas de discriminación racial, así clarito y con todas sus letras.  

Éso y otras cosas parecidas son las que quiere el negro.
Pero entre todas las nombradas hay una que es la que más quiere el negro:
Que no lo maten por ser negro.
Por éso se ven las grandes movilizaciones en los pueblos y ciudades de los Estados Unidos de América, más conocidos simplemente como Estados Unidos, aunque ellos insisten en secuestrar el nombre del continente entero y gustan autodenominarse América. Quisiera ser condescendiente y pensar que lo hacen por abreviar... "Los Estados Unidos de América" es muy largo, entonces América nomás... ¿y los otros habitantes del continente dónde quedan? ¿por que no mejor Estados Unidos a secas?  Es mi sugerencia, en todo caso, yo prefiero llamarlos usamericanos, para que se entienda mejor de quienes estoy hablando.
Como muchos sabrán, después de cientos de negros asesinados, y entre tantas marchas de protesta, hace unos días un ex soldado usamericano; veterano de Irak y Afganistán, condecorado y todo; se terminó por cansar de tanta muerte injusta y optó por vengarse y dar la vida en ello, no lo justifico (además de qué le valdría, no soy nadie y él ya está muerto). Se acomodó bien, y con su fusil de precisión y como buen francotirador que era; no sé porqué se dice franco-tirador si disparan escondidos; al final mandó a cinco "azules" para el más allá y dejó a otros cuatro o cinco heridos; uno más o uno menos no le hace al fondo de la cuestión, tampoco me pregunten la marca del arma ni desde donde disparaba, que éso no viene al caso; los policías, que no se andan con rodeos, con la valentía que los caracteriza le mandaron un robot-bomba que lo dejó hecho pedazos; el robot también se hizo añicos, que para éso está hecho.
Era un hombre solo. Y era negro, para desgracia del movimiento BLM (Black Lives Matter = La vida de los negros importa), ahora los policías y sus defensores se sostienen de éso - de ese detalle - para culpar a todos los negros que reclaman justicia, de racistas y de querer acabar con los policías que, agárrense de la risa, acaban de fundar su propio movimiento: Blue Lives Matter.... las vidas azules (por el uniforme) importan, y se presentan como víctimas... ¡de los negros! que son justamente quienes vienen soportando los abusos y la injusticia desde que pisaron ese bendito suelo.
Vaya desfachatez... ¡claro que las vidas de los policías importan! siempre importaron más que las otras, nunca se dudó de ello, y si vamos a comparar a ambos lados, como ellos mismos pretenden, en lo que va del presente año el score es de 512 a 5, ganando los "azules", claro. Y antes del suceso comentado eran 512 negros a 0 azules (o blancos).
Y los latinos no es que lo estén pasando muy bien tampoco, entre ellos hay latinos negros, mestizos e indios, y para esos caballeros blancos y racistas, parece que no hay ninguna diferencia entre negro y marroncito nomá. No se andan con contemplaciones en cuanto a ligeros matices; y si vamos a ver el caso de los inmigrantes latinos y sus problemas, ya da para otra página. Como este blog trata de ser breve, le doy punto final al tema tratado, o tal vez mal tratado, con el siguiente pensamiento:

Las vidas de todos importan... ¡Pero están matando negros!
-

domingo, 3 de julio de 2016

El libro del destino




Jorge Luis Borges imaginó algo similar a la Wikipedia antes de existir Internet, imaginó cosas que ahora en la web se hacen reales, como tener todo el conocimiento humano al alcance de quien desee - todas las páginas escritas, todas las fotografías, todas las canciones, todos los datos, desde los átomos hasta los orbes y galaxias infinitas - lo que vamos conociendo lo vamos colocando allí. El escritor imaginaba una biblioteca infinita donde se encontraba todo el saber humano, era real y física, pero no era multimedia, en éso la realidad le ganó a la imaginación.
Nos habló también, entre otras cosas, de un objeto inolvidable, literalmente: no era posible olvidarlo, lo cual no era necesariamente bueno; de un disco de una sola cara... que si caía al suelo y quedaba con su única cara hacia abajo, ya no era posible hallarlo; imaginó un libro infinito, de infinitas páginas en las cuales ni siquiera el orden era comprensible, porque en el infinito todas las variantes son posibles. No nos dice de qué trataba ese libro porque estaba escrito en una lengua desconocida (o tal vez infinitas lenguas); y él que era filólogo, no pudo entender ninguna de las páginas que vio. Es imposible hojear siquiera todo un libro que es infinito, no se consigue encontrar ni la primera ni la última página, nos cuenta que él no pudo. Quien se lo dio le dijo que su anterior dueño lo llamaba El Libro de Arena, porque como la arena, sus páginas eran incontables.

Yo, guardando la distancia con tan noble personaje - distancia también cercana al infinito - he tenido una experiencia con un raro ejemplar. Nadie me lo dio, simplemente apareció una vez entre mis manos sin saber de dónde salió ni cómo lo llegué a tener; lo importante es que existe en alguna parte porque yo no lo inventé. Allí estaba ante mi ojos, abierto más o menos a la mitad de sus muchas páginas, era grande y pesado, cada pagina era cercana a lo que llamamos tamaño oficio - casualmente parecido al tamaño del libro de arena mencionado más arriba - no sé si el haber leído sobre ese tema haya influido de alguna manera en el que yo tenía esa vez.
Estaba escrito en correcto español, castellano para más exactitud, y a pesar de mostrarse muy viejo se podía leer fácilmente, recuerdo que las letras eran de tipografía serif (con serifa o sea con pequeños adornos ubicados en los extremos de las líneas de los caracteres) que casi se acercaban al tipo de letra gótica y eran de buen tamaño, aproximadamente de 12 ó 13 puntos. Vaya memoria... dirán, pero es que esa escritura no la puedo olvidar aunque quisiera, y como dije, la lectura era fácil, pero no demasiado. Otra característica que recuerdo porque éso sí llamó mi atención es que todo el texto, cualquier cosa que se leyera, estaba en tiempo presente. Todo coexistía a la vez en tan especial volumen.
Lo primero que leí también lo recuerdo, tal vez por su escaso valor en una obra tan original; casualmente tenía ante mi vista un título: de Porres, Martín, y debajo (Lima - Perú 1579 - 1639) (las fechas las copio ahora de un sitio web de biografías, no es que las recuerde) Religioso peruano... etc. nada que no pudiera encontrar en cualquier fuente disponible; pensé que debía aprovechar lo que parecía una relación de vidas de mucha gente, no sólo de personajes ilustres, porque a continuación pude ver escrito: de Porres, Martín Aarón y debajo: (Guayaquil 18... - México, 19...), obrero textil y albañil ecuatoriano... etc. etc. nada especial que mencionar. No sé si es lo normal, pero decidí buscar mi propio nombre y leer yo mismo mi destino, también quería comprobar si era cierto lo que suponía, que ése era el libro que contenía todos los destinos, y avancé páginas y más páginas, buscando la letra correspondiente a mi apellido, parecía más difícil de lo normal, el libro se extendía en la letra "D" con una insistencia abrumadora, absurda... llegué a pensar que tenía en mis manos sólo el tomo correspondiente a dicha letra y cerré el libro, pensando abrirlo cerca del final para comprobar mi sospecha. Así lo hice y entonces leí: Romero Villamayor, Oscar, retrocedí las páginas y era ahora la letra "R" la que parecía ocupar todo el volumen; repetí la operación de cerrar y abrir el libro varias veces hasta encontrar la letra buscada, pero me fue imposible, cada letra encontrada perecía apoderarse de todo el libro y mi desesperación por hallar lo que buscaba crecía con cada intento...¡no puede ser! ¡lo tienes en tus manos y no puedes encontrarte! me reprochaba a mí mismo... ¡pero qué inútil eres! - me exigía mayor presteza, mas era imposible, entonces ocurrió algo y tuve un inquietante pensamiento: estás soñando... sí, éso pensé sabiendo que estaba despierto y bien despierto, tal era lo increíble y fantástico que tenía el libro que me hizo dudar de mi propia percepción y me inquietaba con la ridícula posibilidad de que lo estaba soñando y que si despertaba lo perdía... me encontré luego en el raro estado mental de no querer despertar sabiendo que estaba despierto, hasta no hallar lo que buscaba, y esa misma angustia me llevó a un diferente despertar del que desconfío aún ahora que escribo lo sucedido: resulta que sí estaba soñando y entonces despertaba; aún con los ojos cerrados veía ante mí el fabuloso libro, lo tenía, sí... lo agarré con todas mis fuerzas, infantilmente, lo sabía (y con algo de pudor lo cuento), quería llevar ese libro del mundo de los sueños al mundo real. La última vez que hice éso tendría cuatro o cinco años de edad, y allí estaba entonces un hombre con bastantes años en la misma situación... y al fin, bien despierto y con el libro en las manos, arrugando el papel, poco me importaba éso, abrí los ojos y lo vi... tenía entre mis manos una sábana arrugada.
Algo sospechoso me acompaña desde ese día, y es que ahora duermo sin sueños, y me pregunto si tal vez estoy soñando haber despertado y el libro existe realmente en una vigilia a la que no consigo acceder desde esa vez.
 

El libro del destino


Es el libro del destino
el que tengo entre mis manos,
y entre otras cosas me extraño
del idioma en que está escrito,
son tantos desde Babel
los lenguajes inventados
y esta todo en castellano
lo que veo en el papel...
o es que el texto se convierte
al de aquel que lo sostiene.

Está todo escrito en él:
la vida de las personas,
historia de las naciones,
infinito como aquél
que Borges pensara un día
y por nombre le pondría
tan sólo libro de arena,
aunque él nos dejó la pena
de no saber lo que trata
en sus páginas sin data.

No puede ser... pero es
contradicción hecha libro,
y su sorpresa adivino
al leerlo cada vez;
ése era un libro infinito
al igual que éste lo es,
cada página que ves
un destino tiene escrito;
al igual que él lo tomé,
descarto que lo soñé.

Ése que yo vi nos dice
todo lo que hay que saber
y nos ayuda a entender
el futuro que predice;
pero cuidado, infelices,
nos advierte en su comienzo
que puede ser que el intento
en desastre finalice;
no siempre es bueno tener
un absoluto saber.

En pocas líneas reseño
tal como ya lo conté,
con fuerza lo sujeté
por si acaso fuese un sueño
que yo del libro era dueño
perdiéndolo al despertar;
y me lo quise quedar,
aunque fue grande el esfuerzo...
lo que con ansia agarraba
transmutóse en una sábana.

Era un sueño... o fue una burla
del misterioso escritor,
de aquel incógnito autor
que las horas me perturba;
cuando al fin iba a alcanzar
la página que buscaba
me indujo a que despertara
haciendo el sueño acabar,
pero yo sé en qué termina:
en que al fin se va la vida.
~

Después ya no soñé más
y me queda una gran duda,
una terrible pregunta
que hasta temo formular
¿Era verdad que soñaba?
¿O estaré soñando ahora
la vida de otra persona
en un sueño que no acaba?
Como otro Segismundo
¿es sólo sueño mi mundo?
~
Segismundo - Dibujo de Salvador Dalí