domingo, 28 de enero de 2018

Toro mata ahí, toro mata...


Bailando Toro mata


Toro mata, sinvergüenza, toro mata


"Hay que matar ese negro", dice la famosa canción afro-peruana y a nadie se le mueve un pelo, es cosa graciosa y todos, incluidos los negros, lo entienden así, dando tal vez la mejor lección de tolerancia que podamos recibir. Pero si yo dijera "Hay que matar ese chino", por ejemplo, seguro que una buena parte de ese 26% que se cree el 54% y actúa como si fuera el 100% se me tira encima, metafóricamente, menos mal, porque no me gusta el tumulto.
Seguro que cada día son menos porque esa posición es muy difícil de sostener y si los astros se alinean favorablemente hasta puede que terminemos con ese rezago del pasado que no nos deja avanzar.

- Se está metiendo en política, oiga.

- ¿Política? Esto no es política, señor, esto no es más que un circo.

Y como ya sabemos, en los circos los que menos gracia hacen son precisamente los payasos, y de payasos, fenómenos y semi analfabetos, estamos hasta allí.

- ¿Hasta dónde?

- No se haga al cojinova, caballero.

¿Y por qué no podemos matar ese chino y sus chinitos? ¿Ese yanqui? ¿Esa rata? ¿Ese aborigen renegado? ¿Ese cachaco huevetas? ¿Ese charlatán? ¿Esas mongas? Ojo: No son monjas que con la iglesia no me meto, ellos solos se encargan de su propia destrucción...

- ¿Pero no vio cuánta gente recibió al Papa?

- Sí que lo vi, y hasta ahora no termino de entender, por lo cual no me meto en ese tema... aún.

Quisiera ver, en una demostración de reconciliación y tolerancia, a todos los políticos bailando Toro Mata, con un cartucho de dinamita en el trasero y los negros detrás con la vela encendida, tratando de prenderles la mecha como en el alcatraz, que es otro baile, pero cuando hay voluntad todo se puede. Tanto que hasta lo he soñado. Colaboro modestamente con la letra de la canción, un poco más adecuada al festejo que propongo y que podría tener una primera presentación dentro del edificio del congreso, y después, en una multitudinaria fiesta democrática, como no van a entrar todos allí, podríamos volver a utilizar la base aérea de La Palmas, donde el Papa congregó a tantísima gente.
Ni en estos momentos trágicos se pierde la alegría, eso es de pueblos nobles... pero no seamos tan mensos.



Toro mata, sinvergüenza, toro mata


Toro mata ahí, toro mata,
toro mata al sinvergüenza, ay toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
toro mata al testaferro, ay toro mata

los ladrones no permiten
hacer un juicio al jijuna
ay toro mata

Esa rata se llevó
los tesoros por montones
toro mata

sin nada que lo limite
se cargó todo el Paititi
ay toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
toro mata ladronazos, toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
toro mata al caradura, ay toro mata

El ratero no murió
pero nos dejó en los huesos
toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
toro mata al miserable, ay toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
también mata a ese cojudo, ay toro mata

Chino viejo no murió
mañana reparte tapers
toro mata

La gordita se jodió
la traición le tocó a ella,
ay toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
toro mata al chantajista, ay toro mata

Toro mata ahí, toro mata,
también mata al mano larga, ay toro mata

La lechona no permite
que su camada medite
ay toro mata


La haragana no permite
que su bancada se aplique
ay toro mata

Y el pichón de samurai
tiene el rostro entumecido
ay toro mata

que no hay nadie que lo obligue
a hacer el menor sonido
toro mata

si es el hijo de papá
hay que pararlo de chico
toro mata

Ya se va para Japón
al boludo del indulto lo fregó, 
ay toro mata

le vio cara de huevón
y por eso aprovechó,
ay toro mata

Ay la ponde ponde pondé
en la reja lo pondré,
ese caco no es de aquí
caracracá cra cra
ese caco quiere huir
caracracrá cra cra

Ay la ponde ponde pondé
otra vez quiere mentir
esa rata no es de aquí
caracracá cra cra
pero los cojudos sí
caracracrá cra cra

Ay la ponde ponde pondé
en la cárcel lo pondré,
esa rata no es de aquí
caracracá cra cra
a esa rata ya la vi
caracracrá cra cra

ay la pondé pondé
ahora sí los defequé

ay que matar a las ratas
menos a mí
eso quieren alimañas
no será así

ay la pondé pondé
ya con esta los cagué
ay la ponde ponde pondé
ya ven que los reventé.

La canción ya se hizo larga
por enumerar sus mañas
toro mata

Y aquel que llegó hasta aquí
pues que siga investigando
toro mata
toro torito

ya nos levantó todito
¡y está chino de la risa, puta madre!
toro mata ahí... toro mata...
toro mata a ese jijuna toro mata...
¡Mata!

~


Como ven, soñar no cuesta nada. Que me digan terrorista, comunista, caviar, terruco o cucuruco, no me importa, ya se les gastó el minusculo vocabulario que apenas manejan, tal vez con esto les ayude a superarse un poco... qué pena me da mirarlos cuando los miro.
La letra original de la canción Toro mata está aquí, y si desean oírla.

¿Y qué es eso del Paititi? Aquí hay algo, para empezar. 


domingo, 21 de enero de 2018

Soneto a la salamandra (y un recuerdo de Sofocleto)


Calibrando un apodo

O cómo escribir salamandreces para evadir la angustiante realidad



Recuerdo una décima de Sofocleto que leí hace más de cincuenta y tantos años, y por la facilidad que tienen las rimas para ser guardadas en la memoria - si no me equivoco ese es el origen de la poesía: transmitir narraciones que de otra manera sería imposible - la tengo presente hasta el día de hoy. No he vuelto a encontrarla para poder verificar cada palabra y cada verso, y el pequeño libro donde aparecía publicada hace mucho tiempo que desapareció, por lo tanto la copio de memoria, y no es que me enorgullezca, pero tampoco tengo por qué avergonzarme. Sofocleto fue uno de los primeros autores que leí cuando yo aún era un niño, y en mi mente se codea de igual a igual con Alejandro Dumas, Edgar Allan Poe, Mark Twain y otros grandes de la literatura, juvenil y no tanto.

La décima de Sofocleto, de la que no sé el título, la recuerdo (tal vez con algunos errores) de esta manera:


Cuando sube a mi balandra
Casandra, frágil alondra,
se alborota y se atolondra
si me pongo la escafandra
para traerle a Casandra
la acuática escolopendra
(salamandra en tono almendra
que fuera del mar se atundra)
y así, capturar es un drama
que mi interés acendra. 
(Sofocleto)

Con esos versos y la salamandra reverberando en un rincón de la cabeza, escribí lo que sigue:

En estos tiempos de feminismo fácil y machismo difícil, ponerle un apodo a una dama puede tener graves consecuencias para el caballero que se atreva a hacerlo, dependiendo del grosor del apodo puede hasta perder el derecho de ser considerado caballero y será degradado a la condición de simple villano, energúmeno o sinvergüenza de a pié.

Ángel, reina, mi tesoro, pueden mantenerte en el pedestal de los apreciados ejemplares masculinos dignos de aplauso y aprobación.

Ballena, vaca o hipopótamo son los peores apodos que puedes escoger, porque si los usas ya te puedes dar por muerto y enterrado, de eso no se vuelve más; cuando a las mujeres les tocas la balanza, estás acabado.

Lagartija, víbora, o salamandra son riesgosos; usarlos es como andar por el filo de una navaja, debido a que a pesar de la evidente carga negativa no se puede negar que una lagartija es bastante ágil, la víbora es astuta, inteligente, fría y calculadora ¿Y la salamandra? ahí sí que muchas quedarán confusas, te pueden mandar allá por si acaso, o quedarse calladas calculando (o dudando) que tal vez pueda ser algo bueno.
Advierto a las damas que me leen que lo más apropiado y recomendable que pueden hacer en este caso es apelar directamente a una mandada excrementicia preventiva, porque este animal, (la salamandra, no el otro) es bastante versátil en cuanto al significado que se le puede dar. Veamos:
Salamandra: Animal anfibio que puede regenerarse si pierde uno de sus miembros (ya vi algunas), pone los huevos en el agua (bueno, no sé si en el agua, pero te los ponen en remojo), tiene la piel venenosa (me consta), ser fantástico (¡no lo vas a creer!), espíritu elemental del fuego (cuidadito con quemarse). Todo esto sin dejar de ser un bicho extraño casi reptiliano y rastrero, lo cual no es nada que pueda enorgullecerlas. 

Total... ¿es insulto o halago? Todo depende, como diría Ramón de Campoamor*, del color del cristal con que se mire. (*En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira).

Aquí, en forma de soneto, mi modesta colaboración al extenso campo de los apodos, comparaciones y similitudes varias.



Para una salamandra


Es anfibia y resbalosa,
tiene fama de malandra
la famosa salamandra
que a todas horas me acosa;

vaya pues, extraña cosa,
peligrosa y tan mundana,
no se queda con las ganas,
es descarada y mañosa;

aunque fría y resbalosa
- lo sé porque la he probado -
es siempre muy peligrosa,

pero no es un animal,
es humana y tan furiosa
que hay que ponerle un bozal.
~

domingo, 14 de enero de 2018

Perdición


The Killers, Ava Gardner, 1946 Ejemplo de perdida



- No sé nada de Fulano ¿Sabes algo?

- No. Está perdido, nadie lo ha visto..

Si decimos que alguien está perdido es porque no se le encuentra, no se sabe dónde está y por lo mismo no aparece. Si se trata de un individuo de sexo masculino (aunque no lo ejerza) es así, tal y como lo hemos dicho, si está perdido entonces nadie sabe dónde está. Parece una verdad de perogrullo pero es necesario plantear esta cuestión para poder abordar lo que va a continuación.

- Mucha vuelta, ya.

- Si quiere bájese.

Si la que se ha perdido es una mujer, del sexo femenino (y que sin duda lo ejerce), la cosa cambia por completo, porque no solo es fácil encontrarla sino que todo el mundo sabe dónde está.

- ¿Qué sabes de Marilú?

- Es una perdida, no hay bar donde no la conozcan.

Está perdida pero a nadie se le escapa. Se ve claramente como el significado de la palabra cambia drásticamente según se trate de un hombre o de una mujer. Así somos... y después nos quejamos. Es así con (casi) todos los sustantivos y adjetivos que queramos experimentar. Eso ya ha sido tratado en extenso en otros lugares (Jugador - jugadora / ambicioso - ambiciosa / hombre público - mujer pública, etc.)

En el caso concreto de la perdición, vemos que es un asunto muy especial ya que si el hombre se pierde tal vez se lo encuentre, o no, depende de muchas variables; pero si la perdida es ella, puede contagiar esa perdición al macho y éste (el macho, no éste) se pierde también aunque lo encuentren, más bien justamente porque la perdida lo encuentra es que el tipo se pierde. Parece complicado y lo es, pero más complicado es lo que le pasa al pobre perdido, aunque dependiendo de ciertas características de la perdida, la perdición puede no ser tan mala, es más, a veces las perdidas son las que están más buenas y la perdición puede terminar en una verdadera fiesta. Por eso no faltan los perdidos, que generalmente lo son porque quieren perderse y la susodicha los encuentra ya como a medio camino; o sea que el candidato a perdido ya viene medio perdido, digamos. Entonces, entre la que ya se perdió y el que quiere perderse, se forma una especie de binomio auto-potenciable, o sinérgico - como diría un mudo si pudiera hablar - que lleva nada más que a eso: a la perdición. Como bien dicen los tangos, boleros y rancheras: La perdición de los  hombres son las benditas mujeres.
No nos enredemos más que ya está muy bien explicado. Vayamos al poema de hoy.

- Oiga, usted y sus poemas... creo que se equivocó de siglo.

- O usted se equivocó de blog.




Tú, perdida 

(Cantar irreverente)

Tú, perdida, que te encuentro
aunque ni pienso en buscarte,
no me vengas con el cuento
de que debo consolarte;

que no tuviste la culpa,
que el destino te empujó...
(pienso mirando esa pulpa
que mejor la empujo yo.)

No me busques que me encuentras,
y si me encuentras me pierdo;
para qué cierras las puertas
si de escapar no me acuerdo.

Perdida, después de hallarte,
nada más fue necesario,
si a ti te gusta obsequiarte
sin importar el horario.

Así que la perdición
ya marcó nuestro destino,
mejor me guardo el sermón
que no te importa un pepino.

Y no vengan a buscarme
pensando que así me ayudan,
yo no quiero liberarme,
a socorrerme no acudan;

y en vez de gastar su tiempo
intentando precauciones,
mejor todos nos perdemos
sin suplicar por perdones.

Encuentren a su perdida,
sea zonza o instruida,
¡aleluya, aleluya,
cada uno con la suya!
~

domingo, 7 de enero de 2018

De las dificultades de escribir: Equívocos maliciosos


Celeste Giuliano photography

Nada es fácil ni difícil en sí mismo, con la práctica se dominan las técnicas necesarias para realizar casi cualquier actividad que esté dentro de los parámetros permitidos a la persona, pero en el caso de la escritura me voy a referir a una dificultad agregada, que no está relacionada con el ejercicio mismo sino que es una consecuencia posterior a ésta.
Comencemos con un ejemplo: Johannes Kepler, el famoso astrónomo y matemático alemán, conocido por sus leyes sobre el movimiento de los planetas en sus órbitas alrededor del sol, fue también autor de una novela fantástica, llamada “'El sueño o Astronomía de la Luna' de Johannes Kepler" , y que es considerada la primera novela de ciencia ficción, anterior a todas, escrita obviamente cuando ese género literario aún no existía, nació con esa obra, que fue la única de su género durante muchos años. Pero volvamos al tema, el libro narra la experiencia de un astrónomo (no necesariamente el mismo Kepler) que recibe lecciones de un espíritu lunar; como buena obra de ficción, se presenta como si fuera real, porque sino, dónde está la gracia; y además de eso, la madre del protagonista interviene con sus poderes sobrenaturales para lograr la comunicación con el mencionado espíritu lunar.
¿Qué creen que pasó? Estamos hablando del siglo XVII, cuando la gente era más cerrada que hoy (?), ya se pueden imaginar; pues pasó que encarcelaron a la madre de Johannes Kepler acusándola de brujería. Fue liberada luego, pero murió poco después a causa del disgusto, y no era para menos. Los magistrados de la época entendieron que si Kepler narraba esas cosas en su libro, no cabía ninguna duda de que él mismo era el astrónomo que recibía lecciones del espíritu lunar y por lo tanto su madre era la bruja que le ayudaba a realizar esos contactos.

¡Habráse visto tamaña estupidez! Pues se ha visto y se sigue viendo todavía. A mí, como a Kepler (guardando las distancias) también me sucedió ser malinterpretado y ese es el riesgo al que me refería al principio, lo que pueda pasar con las obras que el escritor, sea éste quien sea, deja libradas a su suerte por el ancho mundo. Caerá en ojos y mentes de la más variada formación (o deformación), y entre tantos lectores, alguno habrá que sea obtuso, y entenderá mazamorra donde se dijo ambrosía. Entenderá excremento cuando se hable de sustento.

- ¿O sea que es un come mierda?

- Suena mal, pero parece que así es.

Entonces, siguiendo con mi exposición  -que no es deposición, execración ni excreción- resulta que en estos tiempos de Internet lo que uno escribe y deja volar por la web, generosamente, porque ya nadie paga para leer sino para no leer, salvo contados casos de best sellers turbinados a platazo limpio, o tal vez no tan limpio; lo que se escribe se dispersa, se expande y se disemina por el orbe entero, perdiendo el autor el control sobre su obra, sobre quién la lee, quién la comparte y también sobre cómo, cuándo y a dónde llega.

Hay gente que requiere explicaciones para entender correctamente lo que lee, son los llamados analfabetos funcionales, que creen que saben leer porque descifran las letras y completan las palabras que éstas forman, pero no llegan a captar el sentido del texto escrito ¡qué digo del texto! a veces ni una frase u oración consigue penetrar su sólido muro de ineptitud para la lectura. Entonces, entre el burro (con perdón del animal) que dice haber leído y el otro burro que ni leyó ni va a leer, se entabla una especie de diálogo incomprensible que quiere parecer crítica literaria pero que no es más que caca seca utilizada como elemento de bárbara escritura wébica o webónica. Y sale lo que sale, menos mal que de dos o tres no pasan, porque en caso de aparecer un cuarto participante, el caos ya es tal que no lo entiende ni siquiera el idiota (o imbécil) que lo empezó.

Todo esto me lleva casi a desear que no me lean, lo cual (aparte de estar muy cerca de conseguirse) disminuiría grandemente la posibilidad de malentendidos; pero como no hay remedio contra ese mal, sigo escribiendo y promoviendo la cultura popular.

- ¿No le parece mucha pretensión de su parte?

- De mi parte sí, pero más aún de la suya que se atreve a cuestionar mis doctas escrituras.

Lo que sigue es un poema inspirado en algunas confusiones, aunque en este caso no son escritas sino orales, dejemos de lado ese insignificante detalle porque aquí lo que cuenta es el afán de confundir, me equivoqué, quise decir el afán de explicar y rememorar un inolvidable equívoco.




No entendiste lo que quiero


Te dije que vengas y tú te vengaste,
te pedí que pares, y tú te paraste,
sugerí que vayas, y en ese momento
cercaste con vallas tu departamento.

Que no lo botaras... y diste un rebote,
que me lo enfriaras y tú lo freíste,
que no lo cogieras, y lo recogiste,
que lo degustaras... y te lo comiste.

Que pongas resina, y te resignaste;
que te resignaras, te subiste encima;
estando los dos juntos en la tina
qué bien te luciste, dulce Catalina.

Que me hagas la rima, y te me arrimaste;
que bien te lo ciñas, y tú lo apretaste;
que no lo destiles, y lo sublimaste...
¡guarda con los globos! ...y los reventaste.

Que si hay una araña, y ya me arañaste;
que si hago un saltado, y te me saltaste;
que si tú te agachas, yo te pongo el ojo,
y que si te caes, qué más... te recojo.

Ponle vaselina, dije, y vacilaste;
para que resbale, y lo aprisionaste;
que lo dejes quieto, dije en un susurro,
si no me haces caso, acabo y me escurro.

¡Que ya se termina! así me apuraste;
¿para qué el apuro? y tú lo acabaste.
La próxima vez te amarro las manos
¡qué dedos inquietos! parecen gusanos.

Es que no entendiste todo lo que quiero:
no era por pedazos, sino por entero;
ya qué más te explico, ya qué más te cuento,
si al fin me cortaste el round y el aliento.
~

Por si alguien todavía se acuerda de lo que estábamos hablando, aquí hay más información:
Kepler, padre de la ciencia ficción