domingo, 27 de noviembre de 2016

La Brevísima historia de Fray Bartolomé de Las Casas


 
Dando de comer carne viva a los perros.


A algunos, tal vez muchos, se les va a fruncir el que te jedi tan sólo de ver el nombre de Fray Bartolomé de las Casas en el título.

Ya se va a meter con lo prohibido - dirán. Y sí... tarde o temprano se tenía que tocar el tema, aunque en verdad ya lo toqué antes. 

Fray Bartolomé de las Casas escribió muchos libros, dentro del voluminoso conjunto de las obras "Lascasianas" (esta palabra rara viene de Las Casas); decíamos que dentro de sus obras ocupa un lugar preponderante La Historia de las Indias, donde narra extensamente los hechos acaecidos en los territorios americanos conquistados por sus paisanos españoles y otros europeos contagiados por la aventura. Libro que casi ningún americano, y menos español, ha leído ni siquiera en parte, lo cual no es casualidad. No interesa divulgarlo.
Esta obra, que entre sus dos tomos alcanza las 1075 páginas, la escribió hasta los últimos días de su vida y no llegó a cubrir todos los asuntos previstos al inicio. Se publicó recién después de más de tres siglos de su muerte... ¡cómo le tenían miedo! Siendo dos tremendo adobes, no había que cuidar demasiado que alguien se animara a leerlos, pero si hablamos de la que podríamos llamar su hermana menor, la "Brevísima Historia..." la cosa cambia. Algunos curiosos se animaron... y al leerla quedaron horrorizados de tanta maldad gratuita y salvajada inexplicable.
No confundamos La Historia de las Indias con la más famosa de sus obras (una cosa es famosa y otra es importante), de parecido título y que sí se publicó en vida del fraile, se trata de aquella que llamé su hermana menor, pícara ella, y se titula: "Brevísima Historia de la Destrucción de la Indias", que como vemos se enfoca en el aspecto de la destrucción de estos territorios americanos llamados Indias en esos días.

- ¿Y a las indias también las mataban?

- También, pero antes les hacían eso.

Fray Bartolomé la escribió para conmover al rey y lograr de esa manera que los indios fueran tratados como gente, o por lo menos como animales domésticos, porque esa vez eran tratados peor que la más baja de las alimañas, con crueldad innecesaria y por motivos de lo más triviales y egoístas, siendo que los indios eran gente sencilla y generosa, dispuesta a compartir todo lo que tenían con el extranjero. Como se ve, fueron muy mal pagados.
Al lado de la otra Historia, ésta es en verdad muy breve: apenas 64 páginas (o 39, según el formato, tamaño de letras, etc), pero que chorrean sangre, sesos, fetos arrancados, maldad, injusticia, terror, locura, pestes, traiciones y cuantas infamias se os ocurran. Todo en un lenguaje sencillo y nada alarmista porque las atrocidades no necesitan amplificación.

- Pero... ¿No dicen que la conquista de las Indias fue una hazaña de nobles y valientes caballeros?

- Así querían presentarla, pero vino el cura a escribir lo que vio y lo que pasó y les jodió el prestigio para siempre.

- Pero nos trajeron la bendita religión cristiana, eso nomás ya justifica cualquier error involuntario.

- La parte de la religión es de las más escalofriantes, o tal vez deba decir más quemantes porque a los indios los quemaban vivos en tremendas parrillas; el olor a carne asada, sabiendo que era humana, era terrible... ah! y no fueron errores involuntarios, era el método empleado, era el modus operandi, y los quemaban en grupos de trece indios para "reverenciar al redentor".

- ¡No me diga!

- ¡Sí le digo...!


Llegaban los conquistadores medio muertos de hambre, embrutecidos por los meses en el mar comiendo sus escasas provisiones, viviendo entre gallinas, chivos, caballos y corderos; escatimando el agua que tomaban, sucios y sin bañarse porque además de no estar muy acostumbrados al baño el agua salada no es muy buena para eso, y encima se los podía comer un tiburón mientras tenían que parar el barco para que no se les perdieran los bañistas... ¡no jodan! ¡ni pensar! quién iba a ser el estrafalario que iba a querer hacerlo; por eso llegaban alterados debido al hacinamiento en las naves de la época, comidos por piojos y pulgas, oliendo a sazonador del diablo y saltaban de los barcos como quien salta del brasero al agua fresca; cómo deben haber sufrido en los viajes, pero traían también con ellos el ansia de riquezas, no para vivir bien en esas nuevas tierras, sino para cargar con lo que hallaran y volver ricos a su patria para darse la gran vida sin tener que volver a trabajar jamás: venían a saquear, venían a robar, ése era el objetivo de la gran mayoría de individuos sin cultura y sin fortuna que se embarcaban a las indias y que consideraban el trabajo como una maldición de la que había que librarse. Algunos volvían ricos, compraban propiedades y realizaban su sueño, y con ello estimulaban a muchos otros a intentar lo mismo, pero por cada indiano1 rico que volvía, habían cientos que no regresaban y morían o mal vivían a duras penas en esas extrañas tierras a las que no estaban acostumbrados.
Entonces tenemos que el sufrimiento estuvo presente en los dos bandos, pero con una importante diferencia: unos se lo buscaban mientras que los otros ni idea tenían de por qué les estaba pasando lo que les pasaba.

Fray Bartolomé escribiendo a mano
A Fray Bartolomé de las Casas podríamos compararlo con Julián Assange, el de WikiLeaks, ese machote que consiguió y publicó información verídica de las atrocidades que hacen los políticos y militares de USA (y sus aliados) en las guerras por "La Libertad". Julián hasta hoy está asilado en la embajada de Ecuador en Londres, si asoma la nariz lo liquidan.
A causa de la tecnología disponible hoy día, la información ofrecida por Julián es mucho mayor que la de Bartolomé que escribía a mano lo que veía usando plumas de ganso o de lo que hubiera, pero ambas son de indudable importancia y las buenas intenciones también son similares. 



Julián Assange, escondido por contar.
Pero no perdamos el hilo porque también podemos perder la aguja y ahí sí que la cosa se complica. Veamos qué cosas nos cuenta Fray Bartolomé de primera mano; él se compadeció de los indios y lo que al fin consiguió fue que trajeran negros esclavos de África para que sufrieran lo que sufrían los indios; al final sufrieron los negros y siguieron sufriendo los indios, porque todas las leyes de protección a los indios quedaron como letra muerta en el papel... servían sólo para calmar algunas malas conciencias y para que todos vieran cómo España protegía a los indígenas; lo mismo que sucede ahora con tantas leyes que no se aplican, porque si se aplicaran... otras serían las Indias, las Américas y el mundo entero.

Él dividió su obra en capítulos que coinciden con los lugares saqueados y asolados, que son todos, así tenemos la isla Española y sus reinos, las islas de San Juan y Jamaica, Cuba, la llamada tierra firme (o sea el continente en sí), Nicaragua, Nueva España, Guatemala, Pánuco y Jalisco, Yucatán, Santa Marta, Cartagena, Las Perlas, Paria, Trinidad, el río Yuyapari, Venezuela, La Florida, el Río de la Plata, los reinos y provincias del Perú y el reino de Nueva Granada. 

Paso a paso nos va relatando lo acontecido, con una simpleza que asombra tratándose de la relación de salvajadas que cometían los foráneos de forma sistemática, premeditada y fríamente calculada porque la desesperación del viaje ya se les había pasado.

No hay forma de encarar con gracia este horrendo tema, no hay manera de hacerse el gracioso con semejante tragedia.

¿Y cuál es la finalidad de este escrito? - Nada más que despertar en unos cuantos un poco de humildad, al ver nuestra historia sin esos teatrales ropajes de lujo con que se suele vestir normalmente, más aun en esta etapa cruel y sanguinaria.

Y pensar que hay quienes pretenden demostrar que todo esto es falso con argumentos que uno no sabe si reír o mandarlos... a rezar mil padrenuestros.

Muchos no tendrán tiempo de leer el libro de Fray Bartolomé, este no es un resumen de la obra, simplemente he entresacado algunas palabras del mismo autor, y de lo que nos narra en las primeras páginas. Dice así:


En La Española:


En la isla Española destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse e para usar mal dellos e comerles sus comidas lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes, come un cristiano e destruye en un día) comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo; escondían sus comidas; otros sus mujeres e hijos; otros huíanse a los montes.
Los cristianos dábanles de bofetadas e puñadas y de palos, hasta poner las manos en los señores de los pueblos. E llegó esto a tanta temeridad y desvergüenza, que al mayor rey, señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza su propia mujer.

Los cristianos con sus caballos y espadas e lanzas comienzan a hacer matanzas e crueldades extrañas en ellos. Entraban en los
pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban e hacían pedazos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. Hacían unas horcas largas, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos.  Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera:  poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos, desesperados, se les salían las ánimas... enseñaron y amaestraron perros bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos y lo comían que si fuera un puerco.

Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas.



Los quemaban de trece en trece, en honor a Jesucristo.
(Ya me imagino la gracia que le causaría a Jesucristo tamaña salvajada)



En Cuba: 


Una vez, saliéndonos a recebir con regalos a diez leguas de un gran pueblo, y llegados allá, nos dieron gran cantidad de pescado y pan y comida; súbitamente se les revistió el diablo a los cristianos e meten a cuchillo en mi presencia (sin motivo ni causa que tuviesen) más de tres mil ánimas que estaban sentados delante de nosotros, hombres y mujeres e niños. Allí vide tan grandes crueldades que nunca los vivos tal vieron ni pensaron ver.
En tres o cuatro meses, estando yo presente, murieron de hambre, por llevarles los padres y las madres a las minas, más de siete mil niños. Otras cosas vide espantables.

Un cacique anduvo siempre huyendo de los cristianos desque llegaron a aquella isla de Cuba, como quien los conoscía, y al fin lo prendieron. Y sólo porque huía de gente tan inicua e cruel lo querían matar e oprimir hasta la muerte a sí e toda su gente y generación, lo hubieron vivo de quemar. Atado a un palo decíale un religioso de San Francisco, sancto varón que allí estaba, algunas cosas de Dios y de nuestra fee, (el cual nunca las había jamás oído), lo que podía bastar aquel poquillo tiempo que los verdugos le daban, y que si quería creer aquello que le decía iría al cielo, donde había gloria y eterno descanso, e si no, que había de ir al infierno a padecer perpetuos tormentos y penas. Él, pensando un poco, preguntó al religioso si iban cristianos al cielo. El religioso le respondió que sí, pero que iban los que eran buenos. Dijo luego el cacique, sin más pensar, que no quería él ir allá, sino al infierno, por no estar donde estuviesen y por no ver tan cruel gente. Esta es la fama y honra que Dios e nuestra fee ha ganado con los cristianos que han ido a las Indias.

Me imagino que cualquier cristiano, cualquier persona decente, debe estar con el corazón en la boca ante tantas maldades que se realizaron inútilmente. Creo que ya basta con los pocos ejemplos que he sacado de la Brevísima Historia de la Destrucción de las Indias. Yo mismo ya no quiero seguir leyendo. Me perdonan.

Termino con las palabras del propio autor:

... no han querido cumplir las leyes, e con color de suplicar dellas están tan alzados como los otros. Porque se les hace de mal dejar los estados y haciendas usurpadas que tienen, e abrir mano de los indios que tienen en perpetuo captiverio. Donde han cesado de matar con espadas de presto, mátanlos con servicios personales e otras vejaciones injustas e intolerables su poco a poco. Y hasta agora no es poderoso el rey para lo estorbar, porque todos, chicos y grandes, andan a robar, unos más, otros menos; unos pública e abierta, otros secreta y paliadamente. Y con color de que sirven al Rey deshonran a Dios y roban y destruyen al Rey.
  
Fué impresa la presente obra en la muy noble e muy
leal ciudad de Sevilla, en casa de Sebastián Trujillo,
impresor de libros. A nuestra señora de Gracia. Año
de MDLII.
(1552)  

1 Indiano fue la denominación coloquial del emigrante español en América que retornaba rico.
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Invito a mis amigos y amigas que gustan de la poesía, a releer este poema de marzo de 2014: (Genocidio). No podría escribirlo mejor ahora.
~
Y para quienes deseen leer las obras mencionadas, les dejo los enlaces correspondientes.

Historia de las Indias 1

Historia de las Indias 2

Brevísima historia de la destrucción de las Indias
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domingo, 20 de noviembre de 2016

Nuevo libro: GUERRA GUASÚ




GUERRA GUASÚ


Horror en la Tierra sin Mal





Tengo el gusto de informar a mis amigos y a quienes me siguen por este medio que ya está disponible en Internet mi último libro, para variar, pero para variar en serio, esta vez se trata de un poema épico basado en hechos reales, ocurridos el siglo XIX en América del Sur: La mayor guerra del sub continente, sólo superada por la guerra de secesión de Estados Unidos, esta última la mayor de todas fue en América del Norte.
¿Debería dar explicaciones de por qué este tema? 
¿O tal vez debo aclarar que no escribo solamente en broma?
Creo que no es necesario, ya antes he publicado sobre asuntos bastante respetables y esta ocasión es una de ellas.

Me llamó la atención la gran similitud de esta invasión, que más que guerra fue eso, con lo sucedido este siglo en diferentes países, como Irak, Libia o Siria, para citar sólo algunos, en todos ellos se acusa de atrocidades al jefe de estado y luego cuando ya es tarde para remediarlo nos enteramos, algunos, no todos, que habíamos sido engañados por los medios de comunicación más grandes e importantes.
La guerra ya estaba decidida y cualquier pretexto era bueno para comenzarla. Lo malo de las guerras es que uno puede comenzarlas pero no puede terminarlas cuando quiere. Escapan a todo control, y los muertos y países destruidos ya no se recuperan.
¿Estoy hablando de las guerras de ahora o de la guerra guasú (guerra grande) del siglo XIX? - Da lo mismo, estoy hablando de todas ellas porque al final son la misma cosa: Invasión, muerte y saqueo.
Guerra guasú significa guerra grande, así fue conocida esta confrontación en que tres países, impulsados y financiados por Inglaterra (después cobraron el capital y los intereses) atacaron y destruyeron al Paraguay, uno de los países más desarrollados de la región en esos años. Precisamente ese fue el motivo verdadero, acabar con su desarrollo independiente, y el pretexto: que había un tirano en el poder... ¡qué coincidencia! ese es el pretexto más utilizado hasta nuestros días.

Los guaraníes creían en la existencia del Yvý mara neý (pronunciación aproximada: Iví maraneí), o la Tierra sin Mal, un lugar paradisiaco donde el maíz y otros alimentos crecían solos y los hombres eran inmortales, donde la tierra era virgen y no existía el mal, y fue precisamente eso lo que destruyeron los invasores, el sueño casi logrado de la tierra sin mal. Paraguay era el país más seguro y pacífico de la zona.

Mi obra es en verso, son 848 versos que componen el poema y trata de lo más importante de la guerra mencionada, también incluye bibliografía y enlaces para archivos de vídeo con documentales sobre el tema.


Ya que estamos en ello, me permito poner a su consideración algunas versos, a modo de ejemplo de cómo se presenta la obra.


GUERRA GUASÚ

Horror en la Tierr sin Mal

(Fragmentos)

 
- ¿Es la civilización
que traéis a cañonazos? 
Así dijo a los soldados
que arrancaban de un tirón
los dedos y las orejas
del cadáver ya desnudo
del que fuera su marido,
presidente y mariscal
Francisco Solano López,
el héroe del Paraguay.


A Elisa Alicia Lynch
irlandesa y paraguaya
la guerra no dejó nada,
a su posición dio fin
quitando lo que ha tenido,
lo que más había querido
lo perdió, desamparada,
hoy es una desgraciada,
la amante del dictador,
no podía ser peor.


A visto morir a su hijo,
el coronel de quince años,
Panchito, al que con sus manos
ella misma ha enterrado
en el barro que ha formado
con la tierra, sangre y llanto;
- - - - - - 


Sucedió en la Argentina
y también en el Brasil,
en las manos el fusil
y así a marchar los obligan,
a la fuerza los dominan
y los mandan a la guerra;
la que ordena es Inglaterra
y los pueblos no imaginan,
el otro socio es Uruguay,
los tres contra el Paraguay.
- - - - - -


La guerra ya había acabado
desde mucho tiempo atrás,
oficiales y otros más
con dolor se retiraron,
se volvió una cacería
de famélicos errantes,
escasos sobrevivientes
que apenas se defendían,
calculadamente cruel
transcurría el tiempo aquel.
~

Sólo huesos y pellejo,
en harapos o desnudos,
pobre gente;
era un fúnebre cortejo
por los rincones del mundo,
tras su jefe.
- - - - - -

Estas son algunas estrofas tomadas de tres partes diferentes del poema.

Se puede conseguir en Amazon.com


Versión en papel (Carátula a colores, interior en blanco y negro)

Versión electrónica para leer en la PC o tablet

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domingo, 13 de noviembre de 2016

La babosada: Análisis y consecuencias.




Con ese título se estarán haciendo muchas ilusiones, tranquilos que es sólo para atraer eruditos, ahora en confianza, vayamos a lo que importa.

"Cualidad innata del varón es la de ser mirón", sabias palabras de Monsieur Fisgón de la Tocatta Ligera, también conocido como el Palma Inquieta de París, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente pero sí a través de sus ilustres obras, las mismas que enaltecen las más distinguidas bibliotecas del orbe. Precisamente la cita que abre este artículo la he tomado, literalmente, del segundo tomo de su  "Les Comprendre" ("Entendiéndolas" a ellas pues, a quién más sino... ¿a las gallinas?).  Monsieur Fisgón es un afamado Voyeur, palabra casi decente para decir mirón, o más bien para no tener que decirlo.

- Qué feo... ¡un mirón!

- Si, pero lo que mira no es tan feo, al contrario.

Sí señores, señoras y señoritas, es una verdad grande como un mulo el hecho que cualquier varón, si cree que cuenta con la necesaria privacidad, o impunidad, va a mirar.

- ¿Va a mirar qué?

- Eso; es lo que va a mirar... ¿En serio pregunta?

En la mencionada obra el autor da consejos a los Voyeurs que quieren pasar desapercibidos, o sea cómo mirar sin que se note, o cómo ver sin ser visto y pescado in fraganti, porque lo que se mira es el pescado y no es gracioso que lo pesquen a uno viéndolo.

Ejemplos.

- ¿Vio cómo se están usando ahora las carteras?

Y se aprovecha para auscultar de arriba a abajo a la portadora del mencionado elemento.

- ¿No era allí el local del chino Fu Manchú?

Y se da vuelta la cabeza tranquilamente para topografiar a la hermosa morena que pasa y se va, tal vez para no volver. El chino no interesa.

- ¿Cambiaron el piso?

Y ya le clavaste los ojos a las pantorrillas de la agraciada que cruzó tu campo visual... - Ah, no... es el mismo - agregas, y al levantar los ojos te ganas algo más de la mencionada individua.

La imaginación es el límite, como lo dice el mismo M. Fisgón en la página 334 del mencionado volumen, no del bulto, que es otra cosa que también hay que saber apreciar.

Bueno, en realidad la poesía de hoy está inspirada en una dama, graciosa ella, pero que no era fácil de hacer reír, hasta que un día comenzó a reírse como una descosida, desatada, o mejor desabotonada... como quieran, y yo no estaba seguro de cuál era la causa de tanta algarabía... con tal que se ría, a mi no me importa mucho el porqué. Tengo mi autoestima a prueba de balas, y de risas también, claro. La iba a titular ¿De qué te ríes, pendeja? pero debido a la gran variedad de significados que tiene esa palabra, pendeja, me refiero a la palabra y no a la pendeja, decidí ponerle un título menos incierto:



¿De qué te ríes, preciosa?


Como represento al gremio
de poetas y humoristas
los sábados tengo listas
las que publicar espero,
a las rimas me refiero,
o chistes con poesía
como ésa que te decía
junto con aquel "te quiero";
el "te quiero" lo entendiste
pero no captaste el chiste.

No era chiste ese "te quiero",
era en serio y lo sostuve
por lo menos mientras pude,
pero el chiste quedó en cero
y hasta hoy tu risa espero:
por lo menos un "ji ji",
si eres todo para mí
es la verdad que no niego,
pero ansío con fervor
tu sentido del humor.

Si calladita eres linda
y cuando quieres me hechizas
con una simple sonrisa,
no imaginas lo que brinda
una alegre carcajada,
 tu risa cascabelera
si yo siempre la tuviera
ya no buscaría nada.
¡Ríete mi mamacita
y no me causes penita!
 
. . . ¡Tampoco hay que exagerar,
una hora hace que ríes!
para que tanto la estires
la gracia no va a alcanzar,
lo que me hace sospechar
que otra cosa es la causante
de tu ánimo hilarante,
y no quiero adivinar
si te parezco gracioso
o me ves como un baboso.

Total, si a ti te permito
cosas extrañas y osadas,
sencillas o rebuscadas,
para nada te limito;
por lo tanto no me agito
ante tanta risotada:
antes no reías nada
y ahora lo haces facilito;
que si es por la babosada
debe ser muy animada.

Ya para con tanta risa
que no le encuentro motivo,
yo me creía muy vivo
y me das una paliza;
tómate una Yerba Luisa
que te quite lo chistosa
que ya para escandalosa
alcanza con tu melliza...
pensar que le dije adiós
¡y ahora ríes por las dos!
~

domingo, 6 de noviembre de 2016

Sonetos agarrados y dedicados

www.domestika.org/es/projects/103852-la-ciudad-y-los-libros


Ah... la literatura... arte y ciencia intelectual por excelencia, disfrute de sabios y filósofos... y también de algunos cuantos entrometidos que no sabemos gran cosa de ella pero que le hemos agarrado el gusto, a la literatura, se entiende, que tampoco es todo lo que se puede agarrar como verán más abajo, si siguen leyendo como se espera que se lea y no se ponen boca abajo y ya no sé dónde quedará lo que sigue; decíamos que las letras forman palabras, las palabras forman frases, las frases tejen oraciones y argumentos... y el autor, perdido entre los gustos de sus lectores va dando manotazos de ciego para ver si agarra algo. A veces algo se agarra y las posibles reacciones son variadas, hay tipos con suerte, como yo, que entre manotazo y manotazo me he topado con cada elemento que no me queda nada más que agradecer a la vida, a la suerte, o la generosa proveedora de tan magníficos agarrones.
Porque yo, cuando agarro... ¡agarro!

- Agarratum est, se dice en latín, y qué bien suena.

¡Ya te agarré! se dice en castellano, y tampoco suena mal, sobre todo dependiendo de qué sea lo que agarraste.

A continuación unos sonetos dedicados a la familia, donde se abarca poco y se aprieta menos.




UNO
Un soneto me pidió mi hermano
y en aquel momento le fue dedicado,
uno de mis primos también lo ha pedido
y aunque no podré dárselo en la mano

lo pienso, medito y al final calculo
que no queda forma ni rima decente
si yo se lo mando, como alguna gente,
habrá imaginado por donde yo intuyo.

La prima tampoco se ha quedado atrás
y pide con justicia lo que corresponde:
quiere su soneto, no faltaba más...

es razón tan fuerte aquella que expone
por qué a su pedido no debo fallar,
y no es sólo aquello que ya se supone.



DOS
La prima me quiere y yo la idolatro,
el primo sospecha, se pone saltón,
y yo no imagino que llegue a la acción
ni que me haga escenas de teleteatro.

¡Cómo se complica la literatura!
aunque yo la ejerzo con tal dignidad
mi puro soneto quisiera acabar
antes que la cosa se ponga más dura.

Para mi primita, todo el alfabeto,
y seguro estoy que se ha de alegrar
porque de sus gustos conozco el secreto;

y para mi primo quedó este terceto
con el cual espero poderlo agradar,
a pesar que él lo pidió completo.
~