domingo, 29 de noviembre de 2015

Todo se come - Epicuro y la sabiduría del pollero.


Si naciste pa' martillo, del cielo te caen los clavos, decía cantando el ahora casi pre-histórico Rubén Blades, y lo traigo a la memoria para comentar esta anécdota que nos muestra que la vocación del individuo se impone a cualquier otra consideración circunstancial.
Hay quien tiene inclinaciones hacia lo filosófico y encontrará sentencias, pensamientos, profundas relaciones y enunciados hasta debajo de las piedras, o entre los pollos y la yuca (mandioca) como ese filósofo de pollería que tuve la suerte de encontrar, hace ya bastante tiempo, pero cuya sentencia se me quedó grabada y ahora dejo aquí lista y embalada para usufructo de la posteridad. Porque, como el culito de rana: si no me leen hoy, me leerán mañana.

Éso también es filosofía.

Habiendo dejado bien claro cuál es el nivel de estos pensamientos, no menos elevados que los que podemos encontrar combinados o acompañados de otros no tan memorables por ejemplo en una chicharronería de callejón gagá,1 un puesto de anticuchos,2 en el congreso de cualquier democracia pichiruchi3 o en las puertas de los baños para varones de la terminal de ómnibus (a los de damas no he entrado, por lo que me abstengo de mencionar asuntos que desconozco - aunque imagino - de los cuales no podría citar la fuente), lo anterior ya puede satisfacer a una parte de la selecta audiencia, para la otra parte vayamos al café, y hagamos una disección de este achabacanador de la filosofía, o este filósofo de la chabacanería, lo cual cambia de forma sutil pero determinante la cualidad epistemológica4 y el enfoque holístico5 del mensaje dejado por ese ahumado y engrasado pensador.
Trabajar entre llamas, de las que queman o de las que escupen,6 le da al individuo una elevada plataforma y una infrecuente visión para juzgar y ponderar el comportamiento del homo sapiens, calibrando finamente la condición humana, y como supremo juez, si alguno hubiera que le parezca merecedor de cierto castigo o escarmiento... para ésos tiene guardados los pollos descompuestos del día o de la semana anterior, y se los entrega con su clásica y demoníaca cortesía.

- Pero así pierde clientela...

- Dos cosas debe tener usted en cuenta: 1: Que no siempre es el dueño del negocio quien atiende a la clientela, y 2: Que el filósofo del chimichurri7 piensa que esos elegidos es mejor que no regresen.

- Sabiduría popular que le dicen...

- O crimen alevoso y premeditado, por éso no hay que pelearse con los mozos ni con los polleros. Ahora vayamos al grano...

- ¡Qué asco!

- Entonces vayamos al pollo.

Como explico en las décimas que siguen, se trata de la historia que narra cómo me encontré con el ya mentado pollero (que bien mentado está) y cómo fue que surgió esa sabia sentencia que aunque muchos tildarán de machista, grosera y ordinaria, tiene en el fondo una verdad irrefutable: que al igual que el humilde aunque generoso tubérculo, no hay mujer fea; así lo dice la sabiduría popular: "La mandioca (yuca) y la mujer, no hay feas... todas... bueno, lean las décimas y lo sabrán.
Y antes de que alguien me quiera saltar a la yugular, quiero aclarar que yo soy un caballero respetuoso de las damas, a las que no considero el sexo débil ni el sexo hermoso, sino simplemente... el sexo supremo. He dicho, y ampay8 me salvo.



Todo se come

Más décimas costumbristas

Un filósofo tiznado
se dedica a vender pollos,
la vida tiene sus rollos
y allí tuve que encontrarlo
por éso quiero contarlo
tal cual como sucedió,
exacto como pasó
y sin querer enredarlos,
sin mucho ruido y petardos
porque no lo inventé yo.


Fue una noche de verano
muy caliente y pegajosa,
para cenar... cualquier cosa,
lo que sea que esté a mano...
y me acordé del fulano
que a unas cuadras de la casa
vende pollos a la brasa,
no es comer de lo más sano
pero no queda lejano,
lo malo que es mucha grasa.


Allá voy si no me caigo
y si me caigo... resbalo,9
dije como buen peruano
y agregué: ahora los traigo.
Algarabía ya oigo
de la familia completa
que gusta de la receta
del fulano de los pollos,
suculentos y criollos
que te tumba cualquier dieta.


Allá en el quiosco10 del cuate11
la gente se apelotona,
¿será sólo por glotona
o estará haciendo un remate?
no importa, mientras se trate
de sus pollos afamados
que tan bien condimentados
a todos nos dan placer,
al montón me he de meter
a escoger los más dorados.


Los pollos salen con yuca
llamada también mandioca
que ayuda a llenar la boca
y el pollo no queda muca,12
la mandioca está caduca,
no tiene muy buena pinta
y alguna gente requinta13
exigiendo que se escoja
lo que a cada cual le antoja
y el fulano suda tinta.14


¡Qué tanto con la mandioca!
dice el pollero alterado
del colerón que le han dado
que retrucar le provoca
y como un genio la emboca: 
- Con escoger no me embromen,
la que les ofrezco tomen.
La mandioca y la mujer,
es cosa que hay que saber,
no hay feas: todas se comen. 


El silencio se hizo duro,
todos quedan asombrados
por la enseñanza que ha dado
este moderno Epicuro,15
cada cual toma lo suyo
y acepta con humildad
sin mirar la calidad
de la raíz recibida,
alguno hasta da propina
con grata amabilidad.


Éso sí es filosofía
y no las otras cantadas
que vienen acompañadas
de sesudas asnerías,
al pollero le daría
doctorado en La Sorbona,
si se usan dos neuronas
no es difícil darse cuenta
que esas cosas no se inventan
ni tal verdad se cuestiona.
~

 ~

1 Gagá: De sociedad, de clase social alta
2 El anticucho es un plato sudamericano, originado durante el virreinato e Perú. Especie de brocheta.
3 Pichiruchi o pichirruchi: Persona o cosa de ínfima categoría o calidad.
4 Epistemología: Parte de la filosofía que estudia los principios, fundamentos, extensión y métodos del conocimiento humano. (Nada que ver con el tema tratado)
5 Holístico(a): Del todo o que considera algo como un todo.(Ídem al anterior)
6 Llama: Mamífero andino, suele escupir con fuerza bajo ciertas circunstancias.
7 Chimichurri: Salsa de consistencia líquida, muy condimentada.
8 Ampay me salvo: fórmula salvadora en el juego de las escondidas, dicho éso se repele cualquier amenaza.
9 Expresión que denota entusiasmo y ganas de ir a algún lugar.
10 Quiosco: construcción ligera formada por varias columnas o pilares que sostienen una cubierta.
11 Cuate: amigo íntimo, amigo.
12 Quedar muca: quedar pobre.
13 Requintar: Insultar, ofender a uno provocándolo e irritándolo con palabras y acciones.
14 Sudar tinta: Pasar por graves apuros o dificultades.
15 Epicuro: Como el pollero, Epicuro (filósofo griego) defendía una doctrina basada en la búsqueda del placer.
~

viernes, 27 de noviembre de 2015

Nuevo libro: Johann y el espejo acuático.


Esta vez se trata de un cuento infantil, ya está publicado, por ahora está disponible sólo en forma de libro.


Johann es un niño de seis años que atraviesa un extraño pasaje a través del agua hacia un mundo desconocido donde debe recuperar una joya robada a su abuelo por un maligno brujo con muy malas intenciones, para ello cuenta con la ayuda de un perro sabio y también de la sencilla comunidad de los obelungos a quienes conquista con un simple acto de responsabilidad hacia el medio ambiente. El niño tiene que ser valiente para enfrentar los obstáculos y peligros que lo esperan en ese insólito espacio.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

La vida en tiempos del pichuleo*

*Estimados amigos: publico este artículo poniendo en riesgo mi discutible y enrarecido prestigio, porque creo que no debe haber temas prohibidos ni vedados al conocimiento general, alguien debería haber escrito ya sobre este delicado asunto, pero no, nadie lo ha hecho, todos están esperando que otro lo haga, que aparezca algún ingenuo que se tire de cabeza al agujero negro de la duda o la vergüenza. Pues aquí estoy, cual suicida al borde de la azotea, cual kamikaze en el último momento, en la difícil circunstancia de tener que decidir si lo publico o no.
Si están leyendo estas líneas, es porque al final decidí aventarme de cabeza en el ya mentado agujero negro. Mentado por mí antes y ahora a la hora de tirarme en él: Compasión no quiero... (dice la rumba). 
  


Cada vez más gente vive pichuleando, o vive del pichuleo; la crisis mundial está llevando el arte u oficio de pichulear a dimensiones inusitadas, es que la necesidad tiene cara de hereje, ya se sabe, lo que no se sabe muy bien es qué cara tiene el hereje para de alguna forma prevenirnos a su  llegada; lo veremos en otra ocasión.
Es increíble a qué niveles está llegando la pichuleada o pichuleo propiamente dicho; todos pichulean, el que no pichulea mucho, pichulea poco, pero en ningún caso deja de pichulear.

- Oiga usted - ¿Qué es éso de pichulear?

- Mejor que lo diga la real academia del pichuleo, perdón, de la lengua española, porque si lo digo yo puede ser que no lo crean.


pichulear.
1. tr. coloq. Arg. y Ur. Buscar afanosamente ventajas o ganancias pequeñas en compras o negocios.
2. tr. Chile. tomar el pelo.
3. tr. C. Rica. camaronear (tener trabajos ocasionales).
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Como se puede observar, en Perú no existe y no se usa el verbo en estudio (la palabra existe solo como sustantivo), felizmente, porque de lo contrario este artículo podría tener una interpretación muy diferente a la propuesta por el autor. Que el lector haga una derivación por cuenta propia, ya escapa a la responsabilidad de quien esto escribe.

- Entonces, no hay pichuleo en Perú.

- Pichuleo hay ¡y cómo! y otras cosas más de las que la RAE no se quiere dar por enterada. 


Según el diccionario, eso es pichulear: pedir rebajas, suplicar o exigir la "yapita", un pancito más, una bolita de manteca... lo que sea, pero gratis o de regalo. Como se puede apreciar, en este sesudo estudio hemos optado por la acepción que se le da en la Argentina y Uruguay, por lo tanto encaramos el tema con el significado que tiene en esa parte del globo, que de globo tiene bastante por lo hinchado que está. No voy a escamotear esfuerzo alguno en su desarrollo, en otras palabras, nada de andar pichuleando con la información o la dedicación al presente trabajo.
Ya metidos de lleno en la materia tantas veces pichuleada pero nunca abordada en profundidad, comencemos por la conjugación del verbo en estudio, para evitar confusiones en el uso del término adecuado a cada circunstancia en que puede desarrollarse el pichuleo, porque no es lo mismo pichuléame que pichuleando o pichulearéis (no es decente andar pichuleando por todas partes sin criterio ni recato alguno) cada pichuleada en su debido tiempo, lugar y circunstancia, como se puede ver a continuación:

Pichulear

(verbo)

Infinitivo

pichulear

Participio

pichuleado

Gerundio

pichuleando

INDICATIVO

SUBJUNTIVO

Presente

pichuleo
pichuleas / pichuleás
pichulea
pichuleamos
pichuleáis / pichulean
pichulean

Futuro simple o Futuro

pichulearé
pichulearás
pichuleará
pichulearemos
pichulearéis / pichulearán
pichulearán

Presente

pichulee
pichulees
pichulee
pichuleemos
pichuleéis / pichuleen
pichuleen

Pretérito imperfecto o Copretérito

pichuleaba
pichuleabas
pichuleaba
pichuleábamos
pichuleabais / pichuleaban
pichuleaban

Condicional simple o Pospretérito

pichulearía
pichulearías
pichulearía
pichulearíamos
pichulearíais / pichulearían
pichulearían

Pretérito imperfecto o Pretérito

pichuleara o pichulease
pichulearas o pichuleases
pichuleara o pichulease
pichuleáramos o pichuleásemos
pichulearais o pichuleaseis / pichulearan o pichuleasen
pichulearan o pichuleasen

Pretérito perfecto simple o Pretérito

pichuleé
pichuleaste
pichuleó
pichuleamos
pichuleasteis / pichulearon
pichulearon

Futuro simple o Futuro

pichuleare
pichuleares
pichuleare
pichuleáremos
pichuleareis / pichulearen
pichulearen

IMPERATIVO

pichulea (tú) / pichuleá (vos)
pichulead (vosotros) / pichuleen (ustedes)
Real Academia Española © Todos los derechos reservados.

Ya se sabe que muchos lectores se saltaron la tabla de conjugación, sí, no soy tan bobo como para no haberlo adivinado, y si la puse fue precisamente para éso, para saltarla, porque nadie se va a poner a leer un diccionario, ése (el diccionario) y ésta (la tabla del pichuleo) son elementos de consulta y no precisamente material de lectura, pero aquellos que se tomaron el trabajo (¿inútil?) de leerla detenidamente, ya habrán encontrado la forma de uso correcta y adecuada para cada caso, sujeto, persona, tiempo y forma de pichuleo. Además habrán notado la gracia que tiene, sobre todo la primera parte que es un primor de la simplicidad llevada a sus últimas consecuencias, cito textualmente, pongan atención y ahora sí que no se escapa nadie: Infinitivo pichulear, participio pichuleado y gerundio pichuleando...

Gerundio Pichuleando, para servir a Usted... hasta alguien podría llamarse así. Seriedad, retomemos la p... exposición.  

Vosotros que la leísteis, pichuleareis con propiedad; y aquellos que no la leyeron, seguirán pichuleando igual como ya pichuleaban antes de la presente explicación, aunque el verdadero pichuleo no se aprende en los libros ni en artículos pichuleros como éste; no... se nace pichulero, se mama desde chico (éso no) en el ambiente pichuleril correspondiente, y un pichulero converso o improvisado tal vez por la necesidad, difícilmente llegará al virtuosismo que puede alcanzar quien ya creció y se formó desde chico succionando y embebiéndose de tal ambiente y provisto de la genética pichulera.

Pasemos a su uso. Por ejemplo, no es apropiado decir: ¡Basta de pichuleo! o ¡Basta de pichulear! cuando vemos que el Imperativo nos indica con meridiana claridad: pichulea tú, pichuleá vos, pichulead vosotros, pichuleen ustedes.  
En qué quedamos entonces, pichuleamos o no pichuleamos... a este dilema hamletiano, respondo con energía: ¡Pichuleamos, si señor!

Otro ejemplo: Si tú pichuleaste y yo pichuleé, dependiendo de qué lado esté cada uno, podemos salir ganado alguito, por lo menos alguna yapita, una bolsita más, un caramelo o un pichulín.

- ¿Qué es un pichulín?

- Un pichulín es como la materialización del pichuleo; o sea la pichuleada hecha materia, la concreción real, palpable y chupable del pichuleo: es un palito con caramelo en un extremo.

- ¡Pero éso es un chupetín o un pirulín!

- ¿Ya ve? Hasta el nombre ya le pichulearon.

Pero si ellos (todos) pichulean, nos llevan a la quiebra en menos de lo que se dice pichuléame. No pudiste evitar que te pichulearan, o pichuleasen, ambos son correctos pero lo que está mal es que pichuleasen todos al mismo tiempo.

Hoy se pichulea en la farmacia, en la heladería, en la estación de gasolina... en todas partes, hasta para dar limosna; ya no sólo en el tradicional mercado de abastos que muchos no conocen porque sólo han visto los súper mercados, donde al pichuleo aún le falta introducirse e imponerse... ya lo hará.

- Oiga... ¡todavía hay un poco de gasolina en la manguera... échemela toda!

- Bueno, pero ponga el vehículo más abajo, entonces... o agáchese usted y se la lleva puesta.

Las posibilidades del pichuleo son infinitas, desde la pequeña lata de aceite hasta el camión cisterna, del pedacito del pan en el sándwich hasta el colgajo de tripa en la carnicería, de la gota de helado a la migaja o caramelito de la torta... todo es pichuleable: el pollo más grande, el hot dog más largo, la botella más llena, el que te jedi más pulposo, todo, absolutamente todo es plausible de pichuleo.

- Ah... palabras finas...

- ¿Cuál? ¿Plausible?

- No: Pichuleo.

Creo que ya está, quien no entendió es que me está pichuleando su capacidad de comprensión.
  
Como es costumbre en estas páginas, y para hacer la desvergüenza completa y absoluta, culminemos con una composición poética, esta vez es una canción y además bailable, la música les va a venir sola, ya lo verán, y creo que el baile también; así como el nombre le vino solo ¿De qué otra manera podría llamarse...?



El Pichulero 

 

 

(Coro)
Voy a pichulear
soy el pichulero
pichulero quiero
quiero pichulear

(Estrofa)
Ahora todos pichulean
pichulean noche y día
 al que va y al que venía
pichuleando lo marean

¡y dice!

(Coro)
Te va a pichulear
viene el pichulero
pichulero bueno
para pichulear

(Estrofa)
No todo el que pichulea
consigue sacar ventaja
viene alguien y lo ataja
lo refrena y se chasquea 

¡éso!

(Coro)
Para pichulear
basta un pichulero
aunque yo no quiero
voy a pichulear

(Estrofa)
Te dije que pichulees
pero no me hiciste caso
ahora termina el trabajo
pero a mí no me gorrees

¡otra vez!

(Coro)
Vengo a pichulear
soy el pichulero
pichulero lero
quiero pichulear

(Estrofa)
Vengan todos pichuleen
pichuleen bien sabroso
pichuleen trozo a trozo
pero siempre pichuleen 

¡cuidado!

(Coro)
Viene el pichulero
y se hace el gracioso
pues quiere animoso
pichulear primero

(Estrofa)
Cuando  todos pichulean
éso ya es el acabóse
que la paciencia rebose
y se lleven lo que queda

¡así!

(Coro)
Pichulero lero
jodido y cargoso
pichuleaste un trozo
pichuleaste entero

(Estrofa)
Todo el día pichuleaste
y ya me tienes nervioso
entero, pedazo o trozo,
sin dinero me dejaste

¡y se va!

(Coro)
Se va a pichulear
se va el pichulero
por que ya no quiero
verlo pichulear.
~

QDmp



domingo, 22 de noviembre de 2015

Una mujer difícil



Conocí a una señorita, tal vez hoy señora, cuya identidad no es necesario revelar, pero quien sabe al leer estas líneas se reconozca en ellas...

- Oiga... Usted no es de confiar ¿va a narrar sus intimidades? 

- ¡Ja! Éso quisiera usted... no, el propósito es otro.

Tuvo varios pretendientes, no diré muchos para que ningún mal pensado la catalogue en el nivel de vivarracha, lo que no tendría nada de malo pero mejor cuidemos las palabras. No encontró ninguno de su gusto, a pesar de haber atraído con sus encantos a caballeros de elevada posición intelectual, moral y profesional. Se puede decir que tenía el límite de exigencia o de expectativas bastante corrido hacia el nivel difícil del espectro. Éso creían todos.
Algunos llegaron a pensar que era mala, mala de maldad, como suelen ser las mujeres cuando están más que buenas; lo cual era el caso pero sólo en la segunda parte de la ecuación, porque... cómo la puedo llamar para que no se sepa... ¡Ya sé! Esmeralda, nombre más ficticio que ése no se me ocurre en este momento; decía que Esmeralda estaba buenísima por donde se la viera, hasta desde un helicóptero, lo cual ya es mucho decir porque ése suele ser el lado menos interesante de las mujeres, pero Esmeralda tenía lo que hay que tener y un poco más, sin exagerar pero sí como para hacer temblar a un paralítico...

- Disculpe usted, pero muchos paralíticos tiemblan.

- Es que han visto a Esmeralda, y no me discuta.

Maldad tampoco tenía, y a pesar de los atributos que la naturaleza le había dado con tal generosidad no había desarrollado la exagerada auto estima que podría haberla hecho menos encantadora. Resumiendo, era y estaba buena.

Un día, paseando por la orilla del mar, o del río o de la laguna... para que menos todavía adivinen dónde, un tipo de aspecto cercano a lo insignificante se cruza en el camino de la exuberante belleza. Tanta hermosura junta lo asusta pero no lo anula.

- Buenas tardes, señorita - se atreve a hablarle.

Ella lo mira, lo cual ya es mucho, intrigada precisamente por el hecho de que tan simple individuo se haya atrevido a tanto.
Mediana edad, medio pelado, delgado tirando para flaco, tal vez de su misma altura pero siendo éste del sexo masculino y sin mayores atributos físicos, daba la impresión de ser más bajo que ella. No iba mal vestido y tenía cierto aire de distinción pero no como para llamar la atención por éso, había que observar bastante para llegar a esa conclusión y no sabemos hasta qué punto la bella mujer notó esa semi oculta cualidad.
Por un breve instante ella lo observó y siguió su camino.
A dónde iba Esmeralda, no importa; a dónde iba el esmirriado, importa menos aún. Tal vez no iba a ninguna parte o se olvidó de su destino, porque dio la vuelta y caminó tras ella. Pobre... para qué...
Esmeralda era hermosa por donde se la mire, ya lo dije, pero la retaguardia no era para que cualquiera la pudiera ver sin algún tipo de protección o prevención. El tipo; al que no quiero ponerle nombre ni siquiera ficticio porque se me puede morir mientras voy pensando en alguno que le cuadre; al borde del pre-infarto iba tras ella tironeado por sus propios ojos que no lo dejaban mirar nada fuera del área localizada en la parte que ya se sabe, y era tal el contraste de la bella redondez con la fineza de la cintura que el pobre susodicho ya no sabía ni quién era ni qué hacía en este mundo aparte de mirar aquello.
Esmeralda, que vestía un traje de finísima textura con el que la brisa se entretenía en mostrar sus encantos de las más variadas formas y combinaciones, se detuvo; él se detuvo también.
Esmeralda se sentó solitaria en un banco de madera debajo de un mango, un durazno o un nogal, para que no adivinen cual. El hombre quiso morirse al no saber qué hacer; se le ocurrieron tres opciones aparte del suicidio:
1 - Pasar por delante de ella como un pelotudo sin mirarla. (Recordemos que ella no había contestado a su saludo)
2 - Dar media vuelta e irse a la misma parte donde van muchos.
3 - Sentarse junto a la escultural mujer que al menos por el momento estaba sola.

- ¡No puede estar sola, pelotudo! - Le gritaba una voz interior - ¿No ves semejante mujerón? ¡Viene su novio o su marido y te mata!

A una mujer de ésas no se le puede dejar sola - pensó el fulano enfocando ahora las piernas de la gacela en reposo que habían quedado expuestas de tal manera que terminaron con su libre albedrío - que digan que aquí murió pero no que aquí corrió. Y optando por la tercera posibilidad, se acercó lo más naturalmente que pudo y se sentó al lado de Esmeralda. Ella no sintió molestia alguna, menos aún temor... me contó más adelante que sintió pena y algo de curiosidad mezclada con una pizca de vergüenza de ser vista con ese individuo.

- Linda tarde, señorita, pero ante su presencia ya la vemos morir de envidia.

Poca cosa, encima cursi, cosas parecidas se las habían dicho mil veces, debería sentirse fastidiada, pero la voz del tipo la sorprendió de una extraña manera. No sabía explicar bien qué tenía de especial, si el timbre, el acento, la calma al hablar o tal vez cierta seguridad y aplomo que contrastaban con su apariencia general, o quien sabe si simplemente era que sonaba sincero, tanto que podía ser mentira, y éso la puso en guardia.

- Este banco está ocupado, señor - le dijo lo más seria que pudo.

- Sí señorita, está ocupado por un ángel y una sombra; la sombra no la olvidará nunca, pero usted tampoco podrá olvidarme. Dígame por favor cuál es su nombre.

- Esmeralda - respondió ella, sin saber por qué le decía su nombre a un extraño.

Los dos sintieron lo mismo: que algo tenían que ver uno con el otro, pero que la relación sería imposible. Ella por no poder bajar a las llanuras, él por temor a no alcanzar las alturas requeridas. Ya no eran tan jóvenes como para soñar o llorar juntos, ya no eran tontos... sabían muchas cosas de la vida.

- Solamente quería oír su voz, Esmeralda, para tenerla completa en la memoria; que la vida la colme de bendiciones - dijo el hombre y levantándose tal vez tristemente, se marchó.

- Gracias - alcanzó a decir ella - y sintió que era el deseo más puro y desinteresado que había oído en su vida... gracias, estaba segura que él la oyó y éso le dio alguna sensación de haber sido justa y buena con ese extraño, al que jamás volvió a ver pero que como bien él dijo, tampoco olvidó nunca.

Es un simple cuento sin argumento ni acción, sin principio ni final concreto, ella misma me lo contó, hace tiempo, cuando yo también soñé con ella y como los otros no conseguí conmover su inapelable temperamento, porque no creo que exista alguien que conociéndola no se haya ilusionado y soñado con su hermosura; y no sé ni por qué ni para qué lo he escrito.
Creo que tiene algo de mágico, y no quiero que se pierda. Nada más.


Desde lejos 

 


Una señorita muy fina y hermosa
es tal su belleza que me ha deslumbrado
y por su semblante ya la he calibrado
no es para mandarse a hacer cualquier cosa;

se sabe que a muchos rechazó sin pena
ya fueran cercanos o a veces distantes,
los había humildes, sinceros, pedantes,
le hablaron de muchos y variados temas.

Hasta aquella casa con prudencia llego
ya que por lo menos conozco a su hermano,
la moza me gusta y como soy terco

aunque a mí me mande a lo más lejano
una vez al menos a ella me acerco,
a buscar el cielo rozando sus manos.

~
Todo lo imagino, nos separa el tiempo,
acumulo años, varios más que ella
aunque no lo quiera me dejaron huellas
y nos encontramos los dos a destiempo

pero ciertas cosas a veces se saben
y hasta hubo quien le auguró un castigo
mas de lo contrario he sido testigo
que mayores dichas en ella no caben

hay quien ve tristeza en quedarse solo
no tener con quien compartir la vida
o sólo cumplir ciertos protocolos

esa misma gente a veces se olvida
 que mucho peor es fingirlo todo
en una existencia que es falsa y mentida.
~

jueves, 19 de noviembre de 2015

¡Qué rica comida!

Gil Elvgren


La homilía se pasó de larga, por lo extensa, y a pesar de éso no llego a mencionar más que una pequeña parte de la culinaria peruana, que está de moda, dicen, y hasta están creando o desempolvando platos que casi nadie conocía. Lo que va a continuación es sólo una minúscula parte de la cocina tradicional, la que se comía y aún se come allá, en lo que todavía se llama Perú.
Faltan mariscos, peces de mar y de río, llamas, vicuñas y alpacas (que ya se las están comiendo), ranas, algunos insectos y otros elementos que escapan, tal vez porque están vivos y no son zonzos, al objeto de lo que va abajo. Abajo de estas líneas, se entiende... ¡cómo es gracioso el castellano! 


Eres tú mi sancochado,
verduras, papas y carne,
de sabor haces alarde
que sólo en ti he encontrado;

eres también mi cebiche1 
fresquita pero picante
y de aquí en adelante
no quiero que otro te pinche;

mi amada pachamanca2 
muy abundante y sabrosa,
tan caliente y generosa
que casi no se te aguanta.

Un lomo fino a caballo,
y por qué no a la yegua
y aunque se nota a la legua
me estoy haciendo al zapallo3 

Qué bien me pachamanqueo4 
y que venga lo que venga,
con tal que a ti yo te tenga
no habrá límites ni freno.

Un suspiro a la limeña,
otro más a la serrana
y también como de yapa5 
un suspiro a la charapa6.

Y de suspiro en suspiro
nos vamos acomodando,
mientras tú vas cocinando
yo voy preparando el cirio,

y será una linda cena,
 romántica a luz de vela,
allí junto a la candela
y bajo la luna llena.

Qué rica tu comidita
potajes a la peruana,
y yo con pasión y maña
les doy una mordidita.

La mazamorra morada
me la ofrece la limeña 
y si estoy con la tarmeña,
manjar blanco y mermelada;

la papa a la huancaína7,
la mejor cosa del mundo,
desde mi valle profundo
se extendió tal maravilla;

pero de la huancaína8 
no sólo gusta la papa,
toda ella es bella y guapa 
aun fuera de la cocina.

Pero hay mucho más que éso:
tiene el Perú mil sabores,
quisiera hacer los honores
a panes, dulces y quesos,

a ensaladas y aderezos,
con tanta buena comida
¿cómo cuidar la barriga
y evitar el sobrepeso?

La disertación recorto
porque en cuestión culinaria
aunque con tanta fanfarria
en verdad me quedo corto;

la encojo lleno de pena,
me falta el norte y el sur
y el oriente del Perú
con comida de la buena. 

Una parte muy pequeña
es la que aquí he citado
muy feliz y emocionado
aunque humilde es la faena,

pero no por mi ignorancia
suspendo las alabanzas
ni he de llenar la panza
con alardes de abundancia,

hay mucho que aquí me falta:
los camarones, las paltas,
juanes, rocotos y ocopa,
entrada, segundo y sopa;

que de dónde es la melcocha,
cómo es la chicha de jora,
la morada mazamorra
que no probó Viracocha;9 

también hay chicha morada
y revolución caliente,
pa que rechinen los dientes
y para tomarla helada;

la humitas y tamales,
el pan con ajonjolí,
la patita con maní...
combinaciones geniales,

el turrón de doña Pepa,
el mondongo o el cau cau,
no es lo mismo ni es igual
porque es otra la receta.

Pero por lo que me toca
con ésto estoy satisfecho,
del comedor paso al lecho
donde otras cosas provocan,

y lo que entonces suceda
ya no sé si es culinaria,
turismo o veterinaria,
pero en secreto se queda,

pues lo que hace un caballero
tratándose de comida
nobleza y principio obligan
que evite ser un cuentero.

~


1 Cebiche: plato peruano a base de pescado y limón
2 Pachamanca: Comida típica peruana.
3 Hacerse al zapallo o hacerse al sapo: darse de muy listo.
4 Pachamanquearse: disfrutar al máximo de lo que se tenga entre manos. (Tiene otros significados, éste es el tradicional)
5Yapa: añadidura, regalo.
6 Charapa: Perú: Persona natural del oriente peruano (amazonía).
7 Papa a la huancaína: plato típico de Huancayo – Perú.
8 Huancaíno (a): gentilicio de Huancayo.
9Viracocha o Wiracocha: dios inca.

martes, 17 de noviembre de 2015

Te conozco mosco

Éste no es el mosco, es la "mosquita"


"Te conozco mosco y sé cómo picas"
a mí me dedicas tan gracioso dicho
pero en realidad aún no sabes nada
espera nomás que ahora te pico,

te conozco mosco, me dices coqueta,
y hasta me parece que es una jugada
si con la picada te dejo chiflada
con una mordida ya te quedas quieta,

te conozco mosco, ja ja, pretensiones,
ilusiones vanas que sólo imaginas,
pregúntale a Gloria, a Lucy o Cristina
si encontraron otros igual de dulzones;

no sé si soy mosco, moscón o mosquito,
pero ten cuidado que al mirar tu cuello
en parte cubierto por suave cabello
te clavo los dientes y ya no los quito.

Es tuya la culpa, tus comparaciones
me llevan a mundos de audaz fantasía,
si debo ser mosco para que seas mía
quedaré enredado entre tus mechones,

pero no hagas trampas ni pongas veneno,
deja que este mosco te enseñe a volar,
que vibre a tu lado, que te haga soñar,
que venga en picada sin timón ni freno;

guarda el matamoscas, el spray y el humo,
deja que el moscón muestre sus encantos
y no te preocupes al ver que son tantos*,
porque en estos casos van uno por uno.

~

* Que son tantos los encantos, no los moscones.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Pedante te dicen

Pedante, según el diccionario es un adjetivo que significa: Engreído, que hace alarde inoportuno de sus conocimientos. Como sinónimos, o sea que son igualmente pedantes, tenemos:
Engolado, pomposo, pretencioso, afectado, cargante, sabiondo, redicho, y hasta allí ya está bueno para lo que quiero demostrar, y es que hay otra acepción para pedantería que no está todavía en el diccionario pero ya la gente la viene usando hace rato. 
Ese pedante que no falta en alguna reunión íntima, en el micro, en el colectivo, en la misa... en el tren, ¡en el ascensor! Estos últimos son además alevosos, porque lo sueltan justo antes de salir del habitáculo y dejan a los demás encerrados y sin salida, impregnándose de su pegajoso efluvio hasta que la puerta se abre nuevamente... entonces sale un tropel de semi asfixiados individuos a los que muy poco les importa en qué piso están. Aguzando el oído se pueden percibir palabrotas, a veces sin aguzarlo también. El olfato no hace falta aguzarlo y es uno de los pocos momentos en que los que sufren de sinusitis pueden sacar relativa ventaja, muy relativa porque al final se lo tragan todo. Sigamos.

- Hay pedantes que prefieren la sección de embutidos en el supermercado, los saca de apuros y a veces hasta promueven la venta en dicho lugar.

- ¿Lo dice por propia experiencia?

- Usted qué cree... hay cosas que no se aprenden sino que son creación propia, heroica y espontánea.

Aquí tenemos unos versos para esta clase de pedantes, dedicado... creo que a todos, porque ¿Quién puede alegar que nunca incurrió en esa clase de pedantería? Éso sí sería el como del pedante.



 Pedante



Pedante te llaman
los que te conocen
pobre de quien roce
los gases que emanas,

pedante aseguran
y no se equivocan
los que te colocan
tal nomenclatura,

pedante te insisten
si están a tu lado
pues queda pegado
y a todo resiste,

pedante... ¡por qué!
¡qué cosas comiste!
ya las digeriste
y salió el "fumé"

Pedante, en fin,
porque todo comes
y luego "descomes"
con olor afín.

Pedante te gritan
y como si nada
haces la esfumada
 aunque no lo admitas,

pedante, te atacan,
 mas no tienen culpa
 si toda esa pulpa
ya te huele a caca,

pedante difuso
 tira de la cuerda,
todo huele a mierda
y ya es un abuso,

pedante das miedo
porque ya se sabe
que aunque se te trabe
siempre sale el pedo,

peor es que tarde
tu temible pedo,
mejor retrocedo
antes que me grabe,


después que se atracan
parecen torpedos
y ni con diez dedos
su furia se aplaca;

por éso, pedante,
te va a sentar bien
agua de culén
más un buen purgante.
 ~