domingo, 28 de junio de 2020

Leer o mirar, he ahí el dilema


Que no sea este nuestro futuro

Estamos ante una situación no tan nueva pero impredecible, y no me refiero al asunto de la pandemia con la consiguiente cuarentena  que ya pasa de centena, sino a algo que viene de antes, desde la popularización cada vez más invasiva de la llamada multimedia a través de la tecnología que evoluciona sin pausa de manera sorprendente y rápida, además de omnipresente.

Nadie discute que para ciertos temas y ciertas áreas, es mejor un vídeo con audio que un texto; también en ciertos casos una fotografía es necesaria y hasta insustituible, pero no siempre. Hay veces en que se distorsiona el uso y se emplea la multimedia, sobre todo el vídeo, de manera transversal para todo asunto a tratar. Eso ya es contraproducente.

Antes de continuar, es preciso mencionar que estamos viendo (o ya vimos) cómo el destino de toda esta innovación tecnológica seguirá los pasos del grandioso invento del cinematógrafo: que pudiendo ser usado para revolucionar el mundo y las sociedades, terminó convirtiéndose en un medio para difundir frivolidades, estupideces, violencia y pornografía antes que cultura y conocimiento, cosa que no es casual ni se debe, como algunos alegan, a la libertad de elección.  Sé que este es un tema complejo, y aunque no lo trataré ahora, dejo sentada mi posición al respecto: no es responsabilidad del ganado sino de quienes lo pastorean.

Leer es descifrar símbolos escritos que representan sonidos (hay escrituras ideográficas, no es el caso de la mayoría de las lenguas), es así que el lector individual pasa de la grafía a la idea sin necesidad de pronunciar el sonido representado. Digamos que el texto dice: la casa está encima de la colina; son letras que representan el sonido de palabras de las cuales sabemos el significado, y sin necesidad de pronunciarlas (salvo que se lea en voz alta) tenemos la idea de una colina y una casa sobre ella.
Puede parecer una perogrullada, pero no es así. Se trata de la mayor invención de la historia del conocimiento humano: poner en símbolos todo cuanto somos capaces de ver, pensar e imaginar, incluidas las ciencias, las artes y las matemáticas.
Pongo aparte a las matemáticas por su particular condición dual de ciencia/descubrimiento.

Antes de la escritura podíamos hacer dibujos, representar de cierta forma algunos elementos de la realidad y tratar de dejar con ello algún mensaje, pero desde su invención, la claridad y precisión de la escritura nos llevó a niveles jamás alcanzados de otra manera y abrió el camino para llegar a donde estamos ahora. Con dibujos, ideogramas y jeroglíficos no hubiera sido posible este desarrollo.

Ver y entender dibujos, decía, es un estadío anterior e inferior a la lectura. no requiere de ese poder de abstracción, generalización ni exactitud que posee un texto, entonces, si nos limitamos a ver vídeos y dejamos de leer ¿no estamos de alguna manera regresando a niveles ya superados?

No creamos que porque la tecnología utilizada sea de lo más moderna y sofisticada estamos en niveles superiores, la mayor parte de los actuales Homo Videns solo saben encender el dispositivo (a veces ni siquiera eso) y mirar absortos lo que les salga. Estamos reduciendo nuestra capacidad de entendimiento a niveles inferiores a los de nuestros antepasados de la edad media, utilizando términos y cosas que no entendemos y hasta retrocediendo intelectualmente a extremos de creer en la magia, en fenómenos inexplicables que nadie puede demostrar, en esoterismos de toda clase, creando una monstruosa mezcolanza en la que es cada vez más difícil separar lo cierto de lo supuesto y de lo absurdo.

Muchos utilizan los equipos que tienen en sus manos con tan poca concentración que bien podrían ser comparados con simios, y además con riesgo de salir perdedores.

Se entiende que hay asuntos y temas que no se pueden desarrollar mejor de otra manera: como viajes, representaciones gráficas, obras que no tienen otra forma de expresión, bienvenidos el vídeo, el sonido y todos los adelantos de la multimedia, pero hay temas que se expresan mejor con la escritura, y llevar esos temas al vídeo los empobrece enormemente.

Que una imágen vale más que mil palabras, lo hemos oído infinidad de veces y para algunos desprevenidos esta sentencia es sagrada e indiscutible, permítanme que los saque de tan cómoda mentira: eso no es más que un dicho sacado de contexto. Debería decirse: En ciertos casos, una imagen puede valer más que mil palabras, y esto es así porque hay cosas que basta mostrar en imagen y otras que no se pueden expresar de esa manera, y si no nos ponemos a jugar irresponsablemente con palabras impactantes y conceptos nebulosos, podemos decir con mayor propiedad que hay ideas que no se pueden expresar ni con mil imágenes.

Los pensamientos, la filosofía, las ciencias y conocimientos humanos no son abordables de mejor manera en vídeos de 15 ó 30 minutos, ni tampoco en tiempos mayores, hay asuntos que se leen o de lo contrario no se entienden o no se abarcan ni se penetran cabalmente. Además están las pausas que uno se toma para procesar lo leído, el retroceder y releer, que no es lo mismo que detener o retroceder el vídeo. Y no menos importante: quien hace el vídeo seguro que sí lee, y si no, pues sálvese quien pueda.

Aunque tal vez no sea necesario, pero por si acaso alguien no lo entendió, debo decir que no estoy de acuerdo con quienes piensan, de acuerdo a la moda actual, que toda actividad debe tener una aplicación práctica inmediata, y si no la tiene, no sirve. Ese pensamiento nos llevará sin ninguna duda a convertirnos en algo parecido a una colmena de abejas o a un hormiguero, y seguramente el destino del hombre es algo mucho mayor que eso.

No hay duda que pasar de lectores a espectadores tendrá un efecto a nivel neuronal en toda la población a nivel mundial; también es verdad que los niños de hoy nos parecen más inteligentes y hábiles que los de antes; solo espero que estemos transitando por el camino correcto y adecuado.
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domingo, 21 de junio de 2020

La Pandemia y la transición dimensional


Viene Nibiru, a meterse bajo la cama
Hay libros que existen y libros que no existen, parece un delirio decir eso pero, como introducción, ahora es necesario mencionar tan enorme simpleza. El libro al que me refiero no existe, aunque sí las ideas que en él se expondrían si existiera, por lo tanto, no es necesario esperar que se publique para hacerle la crítica literaria, ya se la tengo lista antes de que se publique el libro. No soy el primero en hacer esto y seguramente lo volveré a hacer.

Tengo ante mí el último libro del ignoto escritor Muncher Huever, titulado "La Pandemia y la Transición Dimensional", y por si quedara alguna duda de su contenido, esta (la duda) quedó eliminada por completo con el descarado subtítulo: Travesía cuántica a la Quinta Dimensión.

Hay que tener muy sueltos los huesos o lo que haga falta, para escribir y tratar - quiero creer que en serio - de tan etéreo como esotérico asunto y meterle el adjetivo cuántico. ¡Cuántico cojúdico anda por allí regodeándose con ese término que ni saben de dónde salió!

cuántico, ca
1. adj. Fís. Perteneciente o relativo a los cuantos de energía. Física, mecánica, teoría cuántica.

Que vayan a estudiar primero y después, a ver si les quedan ganas de seguir pavoneándose con lo cuántico.  Realmente la ignorancia sí que es atrevida.

Tal vez al autor le convendría poner sus ideas en forma de vídeo, de esos que entretienen e idiotizan para que su perpetrador se gane unos centavos, que multiplicados por el enorme número de incautos con que sueña, le dará, o tal vez no, una suma bastante interesante. No todos los vídeos son de esa clase, cabe a cada uno saber diferenciarlos. Pero Huever prefiere escribir, y allá él; tal vez no sabe que muy poca gente lee... o tal vez sí lo sabe y por eso mismo prefiere publicar libros que casi nadie ha de leer. Si es así, hasta comparto y aplaudo la idea.

Está de moda la quinta Dimensión. también está de moda todo lo cuántico; no importa si en gastronomía, en economía, en geografía o en prótesis mamarias... si es cuántico es mejor, está a la altura... y si no es cuántico pues debe ser una reverenda y despreciable reliquia de tiempos pasados.

Bueno, veamos qué nos dice Huever.

Ya desde el prólogo se manda con la explicación de que tenemos que "trascender" (esa es la expresión que usa) a la quinta dimensión, y no a la cuarta, porque asegura, como si ya se tuviera todo resuelto, que la cuarta dimensión es el tiempo. Como vemos, comienza armando su andamiaje para tratar de llegar a alturas que ni él mismo entiende. Y la transición será cuántica porque a ese nivel se dará el fenómeno, cual es el de purificar la tierra de malos espíritus que serán absorbidos por un gigantesco planeta que él llama indistintamente Hercólubus, Nibiru, Ajenjo o simplemente planeta X.

Ese planeta que la NASA está escondiendo (?) vendrá y pasará a cierta distancia y con la vibración precisa que se requiere para llevarse a todas los espíritus ruines y mezquinos, entre otros, a malos políticos, abogados sin ética, jueces venales, gente chismosa, mequetrefes insufribles, policías infieles, mujeres pecaminosas, hombres disipados, niños que no toman la sopa, cavernarios y cavernarias que involucionaron a estados anteriores ... así dice... y blogueros sin gracia (sospecho que se refiere a mi persona). 

Ya está casi todo el libro dicho y explicado en pocas palabras, por eso me asombra cómo es que Muncher consigue llenar páginas y más páginas tamaño A5 y letra 11 con especulaciones, explicaciones y contradicciones hasta llegar a la sorprendente cantidad de 1174 carillas. Son como 350.000 palabras para decir una, dos y tal vez tres ideas más. Tuve la curiosidad de compararlo con algo más conocido (supuestamente), y encontré que La Biblia completa - Antiguo y nuevo testamento - tiene 773.693 palabras, y sin importar si estamos de acuerdo con ella o no, lo que no se puede negar es que trata de una enorme cantidad de asuntos, cosa que no sucede con "La Pandemia y la transición dimensional"  que básicamente dice que durante esta pandemia, y estando cada cual donde le corresponde, vendrá el monstruoso planeta para llevarse a los más indeseables y problemáticos especímenes en cuanto a espiritualidad se refiere: las malas almas, repite de manera insistente.

Y ojalá sea así, pues de esa forma todos quedarían contentos, los que se quedan vivirán en santa paz y los que se van, al menos tendrán la certeza de encontrarse entre sus semejantes.

Pero hay que ser Muncher Huever para llenar 1174 páginas solo para decir eso.

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domingo, 14 de junio de 2020

Planeta de humanos - Michael Moore / Jeff Gibbs



Este documental fue retirado de algunas plataformas debido a inexactitudes alegadas por algunas empresas, instituciones y/o personas que no están de acuerdo con lo que se muestra en él, hay quienes van más allá y denuncian que está lleno de errores sin entrar en mayores explicaciones; también lo acusan, de forma más infantil todavía; de querer pinchar el último bote salvavidas de la humanidad ante el cambio climático; o que no tiene en cuenta las últimas tecnologías, sin indicar concretamente a cuáles se refieren... ¿Será la energía nuclear? Si se trata de eso... ¡Que los dioses nos agarren confesados! 

Esa es la clásica reacción de quien quisiera matar al mensajero cuando no le gusta lo que este dice.
  
Es muy difícil contradecir lo que Moore y Gibbs muestran en este documental, y lo que parece ser la verdad aplastante e indiscutible es que no se trata de cambiar de fuente energética sino de moderar su uso y consumo en general. La cuarentena, justa o no, nos está mostrando que sí es posible vivir con más austeridad, o con alguna austeridad para quienes nunca han practicado ninguna.

Lo que nos va a matar no será tanto lo que usamos sino cuánto lo usamos, y hasta que no se descubra o se invente alguna forma de energía abundante y sustentable, que hasta ahora no la hay, tenemos que vivir de acuerdo a lo que tenemos, que es mucho menos de lo que estamos usando, porque aquello que tardó millones de años para desarrollarse lo estamos despilfarrando en uno o dos siglos con un miopismo y una ceguera incomprensibles en una especie que se dice racional e inteligente.

El documental ha sido eliminado de algunos sitios pero sigue en Youtube, aunque hasta ahora sin versión en español, ese es mi aporte y lo dejo aquí para quien quiera verlo, aunque puede ser demasiado fuerte para personas sensibles, sobre todo el dramático final que hasta sacará algunas lágrimas, aunque no a los psicópatas, por supuesto.





domingo, 7 de junio de 2020

Pandemia: dudas y sospechas


Pobre niño, pobre gente.


Estoy, como todo el mundo y nunca mejor dicho, encerrado desde el 16 de marzo de este año 2020. Es por causa del Coronavirus, supuestamente, y cada vez más se me hace intragable esta situación orwelliana que estamos viviendo. No termino de asimilar el asunto, y no es porque no lo entienda, al contrario, entiendo bien lo que se explica, las estadísticas, el aplanar la curva, el temido colapso hospitalario (cosa permanente en ciertos países del tercer mundo) y todas las demás explicaciones.
Sin duda que un colapso hospitalario a nivel catastrófico se lleva por delante a cualquier gobierno, porque además de ser casi todos culpables por omisión, parece que muy pocos de ellos tendrían el apoyo popular necesario para superar ese caso extremo.
¿Orden desde el Caos? A balazos, puede ser.

Por eso tienen que cuidarse, y es lógico que lo hagan, lo ilógico es que muchos no lo están haciendo y quieren seguir robando, no igual sino más, con la tapadera de la pandemia. Casos abundan por diversos países, para eso están los noticieros y los periodistas de investigación, que yo no pretendo ser.

Mientras tanto hay gente que está como alucinada, se les ha manipulado tanto que se creen todo y a la vez no se creen nada, no importa lo que ven y sobre todo lo que no ven, lo que se les dice que crean es religiosamente creído y/o heréticamente cuestionado, y muchos piensan que tal vez el remedio está siendo peor, mucho peor, que la enfermedad.

Entre los que creen y los que no creen, la desconfianza es transversal, abarca a todos.

Ahora estamos en la etapa de mostrar los muertos, y se ven más o menos los suficientes para asustar a los más sensibles pero no a todos; eso donde hay, porque donde no hay, pues no hay; a pesar del horror inculcado, muchos siguen escapándose de la cuarentena y el aislamiento, y aunque no sea en todos los casos, en muchos es porque tienen que salir a buscarse el pan (hay quienes salen a buscar otras cosas) se trata de una lucha contra la más cercana muerte por hambre y otras necesidades que también matan, y como el virus no se ve, allá van y se arriesgan por amor a la vida o por miedo a la muerte que cerca sus hogares, no solo en forma de virus. 

Además del normal desasosiego que causa ver a nuestros semejantes envueltos en plásticos negros esperando a que los recojan de los hospitales (los vivos que están alrededor, porque los muertos ya no esperan nada), además de la pena, digo, causa también indignación: 
¿Cómo puede ser que una nación de, digamos unos 17 millones de habitantes, no pueda disponer decentemente el entierro de tres mil cuerpos en dos o tres meses? Es el 0.017 del total. Es un muerto por cada 5500 habitantes. Es que se ha descuidado tanto lo referente a salud que en muchos países ahora el déficit les salta a la cara como un feo sapo sarnoso y pegajoso. Y claro, nadie asume la culpa.

Para quienes esperan algún asomo de solución en estas líneas, les diré que no la hay, ni en estas líneas ni fuera de ellas: solamente aguantarse las consecuencias y seguir luego, quién sabe cómo porque no será igual, tratando de ganarse la vida... como si la vida no fuera un regalo y tuviéramos que pagar por ella. Así estamos hace rato, solo que ahora se nota más.

No son solo algunos, es la mayoría, porque "la realeza" vive gratis a costa de los demás.

Siguiendo con el tema casi exclusivo en estos tiempos.
USA, primero en el macabro ranking, tiene solo 0.033 % de muertos y le rebalsan por todas partes.
Brasil, primero en sudamérica, apenas alcanza el 0.003 % de muertos y el espectáculo es mayúsculo.
Y estamos hablando solo de Marzo, Abril y Mayo, tres meses, nada más, mientras que los muertos a nivel mundial, desde Enero hasta ahora fueron 0.32 %.
Y no estoy usando las estadísticas de manera equivocada, si unos hablan de muertos por millón de habitantes (sanos y enfermos), lo que aquí presento va en la misma línea. 

Vemos que sin mucha alharaca se viene muriendo más gente de cualquier cosa, pero esto había que usarlo para algo más; no se tiene un virus tan contagioso todos los años... que su mortalidad sea baja (menos del 6 % de los afectados) no importa, lo importante es que esté aquí y que aproveche.

En qué se aprovecha: en recortar más las menguadas libertades que le quedaba a la gente y seguir apretando las tuercas. No hablo de ningún maquiavélico plan oculto, hablo de un maquiavélico plan descaradamente visible y público para oprimir a los pueblos, a todos. Lo que se fue consiguiendo hasta mediados del siglo pasado se viene perdiendo en este. 

En tiempos normales los estados se hicieron los distraídos con la infraestructura necesaria para atender enfermos y enterrar a los que normalmente se morían de lo que había; también las funerarias disputaban los cadáveres, como verdaderos gallinazos; ahora no porque no se les va a pagar bien, y a los estados se les cayeron los precarios pantalones que cubrían su inoperancia y terminaron quedando con el culo al aire.

Vamos hacia un mundo nuevo... sí, seguro, a un mundo de calatos hambrientos muriendo de hambre mientras los mejor parados y medio vestidos andarán mendigando un miserable teletrabajo con mezquino sueldo reducido. Un mundo donde las plazas y parques estarán cerrados a las multitudes de pobres miserables sin derecho a usufructuarlos. Un nuevo mundo donde posiblemente se privatizarán las playas bajo cualquier disfraz que lo disimule, pero a eso apuntan. Y bosques y áreas paradisíacas no solo tendrán dueño, sino que ya se las han comprado y se trata de ocultar, lo cual ya no será necesario y podrán disfrutarlos sin temor a nada.

De esto vamos a salir, sin duda, porque el universo sigue su curso, pero el asunto es cómo. Ya pasados los años se verá claramente que este fue el principal punto de inflexión, más importante aún que ese setiembre aciago y criminal. Claro que hay conexión.
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lunes, 1 de junio de 2020

Quevedo y Borges: Dos desconocidos.


Borges y Quevedo: Dos desconocidos
Borges y Quevedo: Dos desconocidos
Caricatura de Borges: marcokap.blogspot.com
Caricatura de Quevedo: Martin Elfman


Como cualquiera se dará cuenta, no es que no se conocieran entre ellos, pero si bien Don Francisco de Quevedo no pudo conocer a Borges porque éste nació siglos después de aquel; aquel, osea Quevedo sí fue conocido por Borges a través de su obra y su biografía. Lo que quiero señalar aquí es que tanto Don Francisco de Quevedo como Jorge Luis Borges eran y son dos desconocidos para el gran público, incluso para algunos que estarían obligados a saber algo más de ellos.

Borges, estimado autor que me acompañó mentalmente, intelectualmente, a veces hasta espiritualmente, mediante sus obras profusamente publicadas, parecía que me hablaba solo a mí a través de las páginas de esos libros que siempre llevaba conmigo a todas partes; porque esa es la magia de la lectura, de la escritura, que permite intimidades  y conversaciones que no siempre se pueden encontrar a disposición cuando uno así lo quiere - hasta podemos, como decía el genial Quevedo "escuchar con los ojos a los muertos." Aquí está ese soneto, para deleite de los amantes de  la literatura y la poesía:


Desde la torre

(Francisco de Quevedo)

    Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.

    Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

    Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh, gran don Iosef!, docta la imprenta.

    En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquella el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.
  ~

Así es que uno, conocido por "Los Chistes de Quevedo" y el otro como el muy complejo autor que pocos eruditos comprenden, fueron y siguen siendo desconocidos precisamente por tener que cargar con esas adjetivaciones y etiquetas que les han endilgado los años de poca o nula lectura de sus obras.

Quevedo era, entre otras cualidades, gracioso, pero principalmente era serio, sesudo y filosófico, y no andaba por allí contando chistes verdes o colorados como algunos suponen; mientras que Borges, curioso, inventivo y multifacético, no es especialmente complejo, oscuro ni trágico como muchos suponen.

Borges, con su ameno lenguaje, sencillo sin caer en lo ordinario y a la vez erudito sin llegar a lo incomprensible para quien tenga una cultura digamos normal para el siglo XX (no es error, hablo del siglo XX), es uno de los autores, desde mi modesto entender, más incomprendidos y tergiversados de estos tiempos, que aunque ya nos dejó, son todavía sus tiempos... ¿hasta cuándo?  - No lo sé.

Incomprendido, porque sin leerlo se enorgullecen de él y de su obra, sobre todo los argentinos, porque Borges tenía esa nacionalidad y especialmente al principio de su obra escribió bastante sobre Argentina, sus personajes, sobre Buenos Aires y sus barrios y cosas así, tanto en prosa como en verso. También muchos otros latinoamericanos lo colocan sobre un pedestal supuestamente inalcanzable para cualquier simple mortal... ¡leer a Borges! es cosa seria, no es para cualquiera, y así por el estilo.

No me termina de sorprender esa nefasta suerte del prolífico escritor, y a la vez no deja de admirarme la surte mía que consistió en encontrarme con dos cuentos de Jorge Luis Borges antes de saber siquiera que ese nombre significaba algo tan grandioso, algo que tal vez un chico de diez o doce años no iba a poder entender.

Al contrario de Francisco de Quevedo, a quien tuve que buscar más tarde en las enciclopedias, a Borges me lo encontré de pura casualidad y si previo aviso. Lo recuerdo bien: era un librito de edición rústica, tamaño cuartilla, (aproximadamente un A5) que compré por escasas monedas a un vendedor callejero de libros usados que lo tenía entreverado entre muchos otros volúmenes en el frío suelo de la vereda de una calle del pueblo de la sierra peruana en que crecí - Huancayo, capital del entonces departamento de Junín. Era casi el único libro que podía comprar con la escasa fortuna que me quedaba de la propina recibida ese domingo... el título del libro me atrajo como un imán: "Antología de literatura fantástica" (Biblioteca del estudiante peruano, tomo X - Octubre 1958), y me lo llevé con la emoción de quien encuentra un tesoro tirado en la calle.

Había cuentos de autores peruanos y extranjeros, entre esos últimos estaba Borges, a quien no conocía, y figuraba con dos cuentos: La forma de la espada y Animales de los espejos, no hace falta decir que me gustaron y que me impresionaron lo suficiente como para dejar el nombre guardado en mi memoria por si acaso me volvía a encontrar con algún escrito de ese autor: Jorge Luis Borges... pasaron varios años antes que yo me enterara que había estado leyendo a un grande de la literatura, a un monstruo sagrado, a un complejo autor de inescrutables composiciones... menos mal... para mí era más humano, era el autor de dos cuentos que me gustaron,  lo había conocido antes de que su gran nombre y colosal prestigio me intimidaran, y así fue que llegué a conseguir, esa vez de primera mano y en una librería del aristocrático distrito de Miraflores, en Lima, los cuatro tomos de su "Prosa Completa". La poesía de Borges la empecé a leer después, cuando él, para mí, ya era un viejo conocido.

Recuerdo que por esos años había quienes murmuraban diciendo que yo llevaba esos libros en el asiento trasero de mi utilitario solo para hacer creer a quienes se asomaran a hurgar por las ventanillas, que yo leía a Borges... aún cuando los libros fueran de cualquier otro autor... a ese nivel llegaban quienes vivían para aparentar, porque a otra clase de gente jamás se le ocurriría siquiera pensar así. Escuché una vez decir a alguno, hablando de mí:

- ".. los lleva para que crean que lee novelas de Borges."

- Desde aquí le digo, al posiblemente ya occiso interlocutor, que Borges nunca escribió novelas.

Es así que Borges ha llegado a ser el autor menos leído y más comentado entre todos los escritores conocidos; no diré el más vendido ni el más comprado porque, aunque no tengo ni necesito los datos, estoy seguro que no lo es. Sin embargo, sí estoy muy seguro de que casi todos los que lo mencionan y dicen haberlo leído, no lo han hecho; y eso porque saben (o calculan) en su fuero interno que sus interlocutores tampoco lo han leído... y/o cuentan con que si alguno lo leyó no entendió... porque Borges tiene fama de ser muy complejo, y que cualquiera no lo entiende. Cosa más falsa no hay.

Borges escribió, entre otras cosas, bastantes cuentos, que si bien son de gran calidad y de ingeniosos y fantásticos (de fantasía) argumentos, no son difíciles de entender... tal vez haya por allí algún ensayo poco conocido que presente un grado de dificultad que esté por encima de lo fácilmente asimilable, pero, al menos en los cuatro tomos que tengo y que se titulan "Prosa Completa", no hay nada que una persona normal no pueda entender. Ya tratándose de la poesía puede ser diferente, como me dijo una vez un amigo de vasta cultura y con vena de escritor, que compartió conmigo muchas de sus páginas inmerecidamente inéditas; este amigo me confió que, debido al deterioro de sus facultades mentales por causa de cierto padecimiento nervioso, ya no era capaz de interpretar lo escrito en verso, pues debido a las exigencias de la rima y la métrica se suele invertir o alterar la posición de algunos elementos de la oración... pero él estaba enfermo... creo que para gente en su sano juicio leer a Borges, en prosa o en verso, no será más difícil que leer a cualquier otro, incluso me atrevería a decir que es más fácil, porque quien sabe escribir correctamente y usar el idioma con propiedad, siempre será más fácil entender.

Comenzamos esta página con un soneto de Francisco de Quevedo, cerrémosla con un soneto de Jorge Luis Borges.


El espejo

(Jorge Luis Borges)

¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?
¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?

Eres el otro yo de que habla el griego
y acechas desde siempre. En la tersura
del agua incierta o del cristal que dura
me buscas y es inútil estar ciego.

El hecho de no verte y de saberte
te agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas

que somos y que abarcan nuestra suerte.
Cuando esté muerto, copiarás a otro
y luego a otro, a otro, a otro, a otro…
~