domingo, 8 de julio de 2018

La desvergonzada manipulación de la fe, según San Pablo y Jeff Sessions




Uno tranquilo, buscando en la lectura la elevación del espíritu, o al menos la paz que nos da una buena historia; pero como no se puede estar ajeno a los acontecimientos actuales, también hay que leer noticias y artículos, es así que me encuentro con que el fiscal general de los EEUU, para sustentar la macabra tarea de secuestrar y encarcelar niños, recurrió nada menos que al apóstol Pablo, San Pablo para los ilusos (o sea creyentes) que piensan que todo lo que se encuentra registrado en el famoso libro es verdadero y tiene que ser obedecido. Aquí la nota.
Si ese bendecido y esclarecido fiscal llamado Jeff Sessions cita al muy vivo Pablo de Tarso, creo que lo menos que uno puede hacer es verificar la cita: Romanos 13, y allá vamos:
Nos encontramos con que tiene catorce versículos, pero para no abusar, además que no los van a leer, solo voy a comentar los cuatro o cinco primeros: Para los más curiosos, aquí está completo.

Comienza su histórica epístola dando por sentado que los romanos son todos unos cojudos, de lo contrario no se entiende esa desfachatez que derrama generosamente línea tras línea, con una convicción que que más parece de convicto que de convencido.
"Sométanse", dice, a las autoridades porque éstas son establecidas por Dios ¡Huy! Ni antes ni ahora ningún dios hubiera puesto en ese lugar a los marranos que estamos viendo y no sólo allá sino por otras partes; y qué tan fuera de lugar está esa recomendación lo demuestra el hecho de que los pueblos siempre han tenido y ejercido el derecho a la rebelión.

Continúa explicando que quien se opone a la autoridad se opone a Dios, y por lo tanto ¡se condena! Ay, ay, ay, (pausado y con comas) no me haces reír santo Pablo porque tu chiste no tiene chispa ni salero. Así es que con cara de perro, continúo:

" Los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo." Textual. Avisenle donde está el bacín, porque claramente está deponiendo fuera.

Ya no solo roza el ridículo sino que se zambulle completamente cuando aclara que no solo hay que temer el castigo sino también a la propia conciencia, y entonces es inevitable preguntarse ¿Tenía conciencia el susodicho Pablo? Porque si la tenía, no hay cómo explicar que se atreviera a escribir lo que escribió, y si no la tenía, está de más hacerle caso.

Lo que sirvió a tipos como Calígula y Nerón para hacer de las suyas, y luego a tantos reyes, reyesuchos y reyezuelos, cómo no iba a servir ahora a Donald HdP Trump para hacer lo suyo, y así, la absurda patraña escrita por Don Pablo, (ya no "san" porque nadie es menso) se quiere mantener vigente en esta nueva edad media que estamos viviendo. 

Termino de escribir, releo, pienso que esto no sirve para nada, porque lo primero que me van a criticar es que cómo me atrevo yo, un simple mortal, a interpretar y juzgar lo dicho por tan excelso y respetado (?) personaje. Y yo respondo, si uno se quita el prejuicio, no solo va a ver la intención, por no decir pendejada, en esa interesada epístola sino en muchas partes más, y ya no me refiero a un solo libro.

Nunca mejor dicho: Dios los cría y ellos se juntan. Se "arrejuntaron" Trump, Sessions y Pablo de Tarso. Qué Dios nos proteja.

- Entonces ¿Usted cree en Dios? porque no parece, oiga...

- En Dios sí, pero no en las religiones.

-ooOoo-


No hay comentarios.:

Publicar un comentario