Gobernabilidad y democracia = Impunidad y cleptocracia

Así nos roban

Ya no saben ni lo que hacen

Lo que estamos viendo desde hace mucho tiempo es la política del chanchullo, se hace cualquier cosa, no importa nada más que el momento y a veces ni siquiera eso. Como dijo muy orondo el periodista entrevistador a la jefa del gabinete: "En política nada se hace gratis". O sea que se cobra, y se cobra por lo bajo, o con testaferros; en cualquier caso nadie firma nada. No faltaba más.

En realidad ya se sabía, pero decirlo así, como si nada, ya es el colmo de la desvergüenza.

- Firme aquí, Doctor. El recibo por la coima.

- ¿Estás huevón?

Todos; menos Ollanta y Nadine que tuvieron que poner la cara y son los únicos que están presos, lo cual solo demuestra su menor habilidad para la rapiña; utilizaron testaferros, o felipillos, o como se quiera denominar a esos ilusos fusibles encargados de recibir y entregar la marmaja. Veamos:

PPK tiene a Susana la socialité; la hija del ladrón tiene a Jaime y Augusto, par de rascuachos que salieron corriendo cuando se olieron lo que se venía, y que a pesar de su "alta posición" han demostrado una total falta de clase y categoría, no como la antes mencionada y ensuciada que se movía con tal desparpajo que ya no se puede creer.

Rata gorda, el gran roedor que nos jodió dos veces, encomendó la sucia tarea a Luis: triste final para quien alguna vez aspiró a algo más que a ser un simple cargador de efectivo ajeno.

Pero ninguno lo hizo gratis, por supuesto; o sea que tampoco son candorosos beneméritos sacrificados por la sucia causa de la repartija partidaria. Inocentes acá no hay, ni uno.

Alejandro el Mamao tenía a su jefe de seguridad, de extraño nombre pero previsible procedencia: ciudadano importado del pseudo-país más corrupto del planeta; no se andaba con pequeñeces el aborigen sagrado que se quiso asesorar por los más duchos en el tema. Igual la cosa le reventó en la jeta y por ahora está prófugo.

Si me olvido de algunos, no pido que me disculpen, al contrario, ojalá los recuerde a tiempo para dedicarles también su vals, polca, huayno o marinera, según lo requiera cada caso particular.

Pero a donde quiero llegar y ya voy llegando, es a lo siguiente:

Estos hijos de la grandísima salchicha se presentan como demócratas, nos quieren enchufar la conveniente (¿para quienes?) noción de que para salvar la democracia los tenemos que salvar primero a ellos y aguantarles todo, aun sabiendo que son ratas asquerosas que con fatal peste han contaminado hasta el último vestigio de dignidad, de decencia, de esperanza. Ensuciaron todo.

Eso es lo que han hecho con la tan deseada democracia: mierda.
La han hecho mierda y si suena mal es porque está mal, está aún peor de lo que suena, y si a algo le tienen miedo es a la verdadera democracia pero SIN ELLOS, como debería ser, porque ya demostraron lo que son capaces de hacer. Y por si acaso: Gallina que come huevo, aunque le taponen el culo.

- Aunque le corten el pico, dirá, oiga usted.

- Es que estos no son como cualquier gallina.

Ya nos han mostrado hasta la nausea lo que hacen con la democracia, y aunque piensan que tienen a la masa en permanente reposo, las mentes en monótono formateo, el pueblo adiestrado hasta niveles de ciega obediencia, que no se atreve a formular crítica alguna contra el sistema corrupto y solo se limita a acusar a uno que otro peje flaco y a mantener a los verdaderos enemigos públicos a salvo de cualquier intento de justicia verdadera; a pesar de todo eso, de que a quien reclama se le acusa de terrorista, no están del todo seguros que la explosión social no les reviente en la cara. Por eso tanto afán en desprestigiar a los otros.

A todo esto hay que agregar lo que la vergonzosa "ley de ajuste venezolano" impuesta desde USA le está causando al pueblo peruano, agobiado por ajustes de todo tipo y necesidades primarias no resueltas. La gente ve cómo vienen turistas "inmigrantes" de primera, mientras los huaycos siguen arrasando, mientras los habitantes del altiplano volverán a morir de frío este invierno que viene, mientras a quien aspire a mantener su sustento lo agarrran a palos si interfiere con alguna "importante inversión" que en nada ayuda al desarrollo nacional porque todo se va en coimas y repartos de los que estamos hasta el cuello.

- ¡Aja! ¿Usted no quiere que se ayude a los venezolanos?

- Estamos más para que nos ayuden; pero aparte de eso, la intención no es ayudar sino hacer lo que el patrón manda.

Así se está alentando la revolución, palabra maldita para los demócratas de la podredumbre.

Claro que saben muy bien que al fin y al cabo cuentan con la última y definitiva ¿? carta en caso de extrema necesidad: La represión. Mientras tanto, con tremenda ostra, nos piden que...  

...Salvemos la democracia

Salvemos la democracia

¿es que lo dicen en serio?

porque no es ningún misterio

que quieren salvarse ellos.

La gobernabilidad

es un valioso tesoro,

lo repiten como loros
sin dejar de succionar;

que todo se quede quieto,

que siga la robadera,

se esconden tras la bandera

de un patriotismo coqueto;

al país han ultrajado

de formas viejas y nuevas,

nos tienen hasta las huevas

¡cómo nos han rebajado!

A una sola cosa temen

y la atacan con vehemencia:

que se acabe la paciencia

que a ese estado lo sostiene,

y con ese gran cinismo

del cual a diario hacen gala,

nos quisieran ver la cara

y están cerca del abismo.

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