¡Auxilio, San Expedito!

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¡Pero qué tal caradura! Viajó al exterior antes de que lo metan al interior (de la cárcel). Millonario de a dos por medio, millonario de porquería, millonario gracias al ministerio que le tocó en la repartija de cargos entre ladrones y sinvergüenzas.

No hay pruebas, dice el otro pelotudo muy orondo. Como si alguien fuera a firmar por los sobornos recibidos. Ya nos vieron la cara, uno tras otro con la misma cantaleta, con el desparpajo que tienen los ladrones para negar lo que todo el mundo sabe y grita, pero no hay pruebas, claro: No hay recibo de la plata mal habida y entregada por lo bajo, pero hay pruebas a la vista de todos: dinero y riqueza que no se pueden justificar de ninguna manera. 

Ya no se puede creer en nada, ni en la "justicia", que es otro antro de delincuentes y hasta criminales.

- ¿De quiénes está hablando, oiga?

- Lo anterior se puede aplicar a muchos países, pero esta vez me estoy refiriendo a ese que ya saben, país secuestrado por una mafia acostumbrada a la coima gorda y las cochinadas de alto vuelo.

El hijo de la gran pluta salió del país el día anterior a la declaración que sabía lo iba a comprometer, y nos quiere hacer creer que esa fecha es pura casualidad, y que vendrá cuando lo llamen, claro que sí, cuando lo llamen los corruptos como él, y le aseguren que está todo arreglado. Porque si por un milagro de esos lo llaman sin anestesia, pueden estar seguros que el mencionado retoño de furcia no vendrá de ninguna manera.

¿Qué están esperando estos ladrones? - No están esperando nada, solamente que las cosas sigan como han estado hasta ahora y que nadie, nunca, jamás, perturbe la sagrada robadera.

De otra manera no saben vivir.

Y a estas alturas yo pregunto: ¿No son todos estos ladrones quienes nos están empujando directamente a la violencia? Porque si se pierde por completo la confianza en las autoridades y en la justicia, vamos directo a lo que ya sabemos porque lo hemos pasado recién, y parece que nada han aprendido quienes debían aprender, nada han mejorado quienes debían mejorar y siguen estirando la paciencia de la gente que en cualquier momento nos va a reventar a todos en la cara, y allí también, que no por estar bien sentados y atornillados en sus respectivos agujeros que conectan directamente con el presupuesto nacional, se van a salvar de la hecatombe final.

No sé si de ésta nos salva San Expedito, el santo imposible de las causas idem, así que por si acaso:

Súplica a San Expedito

San Expedito, te lo suplicamos,

con todo fervor y mucha esperanza,

líbranos de aquellos que llenan la panza

con esos impuestos que todos pagamos.

También te pedimos, glorioso Expedito,

que no les permitas cobrar comisiones

de minas, caminos, servicios y aviones,

haznos el milagro, no seas malito.

Te juro que a cambio de ese país nuevo,

ese que esperamos que tú nos ofrezcas,

no te abrumaremos con súplicas huecas

de esas que te cansan y te hinchan un huevo.

Que no manoseen nuestro presupuesto,

que no se aprovechen de las obras públicas,

atiende, Expedito, las humildes súplicas,

para que el país no se lleven puesto.

Te oro, te rezo, te imploro y calculo

que tú, tan decente, nos des una mano,

que nos libres pronto de tanto gusano,

y también, si puedes, rómpeles el culo.

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Datos interesantes acerca de San Expedito.

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