domingo, 6 de agosto de 2017

Preludio, acercamiento, Introducción, desarrollo, conclusión y retirada.


El maestro



(Fragmento de "Manual para Manuel", obra inédita inconclusa; en perenne preparación.)


Preludio.

Es lo que acontece antes, porque si fuera después se llamaría final, conclusión o epílogo. El preludio puede ser cualquier cosa, desde ceder el lugar en la fila hasta dar un pisotón en un delicado pie, pasando por todas las circunstancias que se les ocurra. Algunos preludios pueden ser catastróficos, pareciendo que no llevarán a nada bueno, y sin embargo, encauzando los acontecimientos, pueden llegar a buen puerto; y viceversa, un buen inicio puede transformarse en un desastre si no se sabe acomodar los tiempos y las cosas. Las cosas se verán después, a su debido tiempo, y los tiempos serán desarrollados de acuerdo a las dimensiones y comportamiento de la cosa (o cosas).

Acercamiento.

Es indudable que si pretendemos una introducción, la distancia hasta el objetivo debe ser recorrida y transitada; esto será así hasta que se invente el tele-transportador o la cosa portátil, que ya hay pero no sustituye a la natural. Por lo cual no será posible ninguna introducción si se está lejos o separado del objeto, lugar o elemento a ser tratado. Acércate pues Manuel, con optimismo contagioso (el optimismo debe ser lo único contagioso en estos casos), tratando de transmitir tu alborozo y tu buena disposición a la parte complementaria. Notarás, Manuel, que no digo parte contraria ni contraparte: hazlo con alegría, Manuel. Entonces el acercamiento es justamente éso: acercarse.

Introducción.

(Falta un fragmento) ...te decía Manuel, que la introducción debe ser ingeniosa, fina; en lo posible estructurada especialmente para la persona a la cual dedicas tu esmero. No seas serial, no se trata de meter por meter... el tema, hay que lograr que quien lo reciba sepa apreciarlo, ansíe tenerlo y degustarlo, en pocas palabras, que quiera que estés y continúes estando.

Desarrollo.

El desarrollo es sin duda la parte más importante del asunto, es allí donde mostrarás tu valor y tu valer, donde se verá qué tan merecedor eres de que se continúe aceptando tu obsequio y que seas apreciado posteriormente y hasta, por qué no, solicitado repetidas veces. Esfuérzate, Manuel, hazlo con ganas.

Conclusión.

La conclusión, aunque pueda parecer contradictorio, no es necesariamente el final de tu labor; no se concluye así como así, no, Manuel, la conclusión es todo un arte, se debe llegar a ella en el momento preciso, ni antes ni después; no antes porque faltará desarrollo, obviamente, y no se aprovechará en su totalidad lo que apresuradamente dedicas; tampoco después, porque si ya está lograda la meta propuesta, es de mal gusto insistir en lo que ya a nadie importa. Concluye pues, sabiamente, en el preciso momento. La conclusión es justamente el clímax de tu esfuerzo, y si la haces en el momento justo, serás merecedor de todos los halagos, no así si concluyes fuera de tiempo; ni qué decir fuera de lugar (salvo previo acuerdo); en ese caso serás merecedor de abundantes y odiosos adjetivos.

Retirada.

Y por último, la retirada. No es tampoco cualquier cosa, hay que tener bastante cuidado para no echar a perder una faena impecable solamente por no saber retirarse con elegancia, con gracia y con delicadeza. Exactamente es así como se sale; pensando que tal vez puedas, quieras o tengas que regresar; y no diré que es solo como se extrae aquello sino como se retira uno del escenario; como ves, Manuel, sacar y salir, aunque se confunden, no son sinónimos, nunca lo fueron y nadie dijo que lo fueran; se prudente entonces, y asegúrate de apartarlo correctamente y retirarte en consecuencia, cuando y como corresponda. Tampoco esperes que te boten.




Dos Sonetos completos



I
Con tanto afán te lo explico
esperando que lo logres,
no creo que lo malogres
después de lo que te he dicho:

sigue nomás derechito
los consejos de esta hoja
y verás, oh paradoja,
que al final queda marchito.

Pero no será un fracaso
ni faltará mano de obra,
aunque sea un bien escaso,

ahorra lo que hoy te sobra
y no te hagas el payaso,
que al final, todo se cobra.



II
Esmérate pues Manuel,
para eso está el manual,
y no seas animal:
escoge bien el motel;

porque si una garrapata,
piojo, liendre o jarachupa
se te suben por la grupa,
habrás metido la pata;

deberás ser cuidadoso,
sin llegar a los extremos
que son siempre molestosos;

por eso no nos burlemos
de ningún menesteroso,
que el mismo riesgo corremos.
 ~

1 comentario:

  1. Ricardo, me he reido hasta las lagrimas, eres genial, te pareces en el palabreo a Cantinflas, pero con la diferencia que el hablaba mucho y no decía nada, pero tú hablas mucho y dices mucho
    y con la picardía que le da la sazón en su punto, tanto en la prosa como en la poesía, felicitaciones.

    Fernando Atala

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