domingo, 12 de junio de 2016

Lo que dejan las elecciones





Donde menos se espera salta la liebre, y de quien menos se piensa surge el insulto. Los de la sonrisa hipócrita acusan a los demás de generar odio, los corruptos no tienen ningún reparo en inventar argumentos estúpidos pretendiendo justificar su fortuna y posesiones sabiendo que nadie les cree, pero a la vez ejecutando una especie de salto imposible de la lógica que supone que lo que dicen es no sólo creíble sino verdadero.
Quien robó millonadas acusa de ladrón a quien robó miles y éste a quien robó centenas o pesetas, y la población, que tampoco es santa, se va llenando de delincuentes de todas las clases y pelajes. El ladrón idiota e irresponsable que mata por un celular o por diez soles, el guachimán que muere en el servicio mientras otro se asocia con los criminales; la policía también contaminada, donde unos se arriesgan y mueren por un pobre sueldo mientras otros se dan maña de ganar mucho dinero sin importarles si se mancha el uniforme.
Los que no se sienten delincuentes pero roban en el impuesto, que si lo pagan se lo roban los políticos y/o funcionarios del estado, que seguramente también los hay honestos y trabajadores, pero es que el mal ejemplo viene de más arriba, de las principales autoridades que son como las flores venenosas que brotan de la inmundicia en que se ha convertido la política, ésa del roba pero hace, que al final no hace, o hace mal hecho, pero sí roba, ¡y cómo!.
Está todo podrido, cada vez más, y sazonado con mentiras, engaños, discursos y alucinante desparpajo sostenido por el cinismo más rastrero y ordinario que se pueda imaginar. Por lo menos tuvieran altura para robar, pero no, son unos simples rateros que se encontraron con mucho más de lo que esperaban, y allá van, como cuando rapiñaban menudencias, a esconder lo mal habido a como de lugar. No se salva nadie de su entorno en cuanto a la utilización de identidades para repartir el botín. Sólo en los papeles, claro.
Ni se salten las líneas para ver en qué termina esta nota, porque no termina en nada, qué esperaban, que yo iba a tener la solución para tanta asquerosidad, pues si la tuviera ya la habría aplicado, de éso pueden estar seguros.
La especie humana, incluidos los peruanos, se va a revolcar eternamente en su inmundicia y no la salva PPK, así como no la salvó el Apra ni la salvará la chinita de la yuca, ni Mauricio, ni Michel ni la eterna primera mujer presidente de USA, doña Hilaria Corneja.
Todos metidos en la misma bolsa de gatos, que si hubiera poder suficiente para hacerlo, habría que lanzarlos a todos al más maldito de los ríos de fuego del infierno. Ya me rayé, me lleva la que me trajo y no les doy otra nomás porque... es domingo.
~

El soneto que postulo


¡Por la recontra mucha que se explaya!
por la protuberancia que te jedi,
por la materia implícita en la raya
y por la mosca metida en la papaya.

No quisiera mostrarme lisuriento
mas tamaña es la ostra, que me asombra,
que hasta a la de mil y una le hace sombra,
pero la conocemos y no engaña.

¿Quién podrá con valeroso empeño
henchir de podredumbre las entrañas
del que piensa de todos ser el dueño?

Por lo pronto mi bronca la encapsulo,
y al primero que encuentre, aunque risueño,
se la empujo bien hondo por el zulo*
~

* zulo

  1. m. Agujero.
  2. Escondite subterráneo:

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