miércoles, 31 de diciembre de 2014

¡Qué año de mi...l recuerdos!

Imagen: labrecha.me

Cada fin de año se nos presenta como un buen momento para mirar hacia atrás, hacer un inventario de lo hecho, de lo conseguido; a veces de lo perdido o de lo que no pudo ser. También es tiempo de promesas y de planes para el futuro, para ese año nuevecito, inmaculado, que recién comienza. No faltan quienes pretenden ver hacia adelante para predecir el futuro y prever lo que nos traerá el siguiente calendario. 
No faltan los embusteros, claro,  y se van por lo que les parece seguro, por ejemplo:

- La muerte de Fidel Castro viene siendo una "fija" para ciertos "adivinos" desde hace varias temporadas... lástima para ellos que el personaje ni se da por enterado y sigue, no sólo vivo, sino que produciendo interesantes artículos de muy valiosa opinión basados en su amplia experiencia y en su extraordinaria vida.

- El fin del mundo y sus tres días de oscuridad vienen también persistiendo en las profecías a pesar de, lógicamente, no haber sucedido nunca, al menos no en los últimos 65 millones de años.

- La anunciada tercera guerra mundial es otra "firme" para cada año nuevo, y por lo menos de la guerra atómica nos hemos ido librando hasta ahora, más por miedo que por templanza de quienes manejan esos asuntos; sin embargo estamos otra vez al borde del cataclismo nuclear que puede ser más imprevisible aún que en los tiempos de aquella otra "guerra fría" que no se termina de acabar, sino todo lo contrario (¿Cantinflesco? - Muchas gracias).

La lista podría seguir, pero no quiero cansarlos. El 2014, con tantas guerras, matanzas de inocentes y diversas amenazas, a sido uno de los peores años que se recuerdan y aunque también ha tenido sus aspectos positivos creo que el balance hacia lo malo es evidente. Por éso una imagen de un niño que sufre puede ser la más fiel representación de este tiempo.


En lo personal ya es otra cosa. Felizmente no tengo de qué quejarme, por lo cual estoy agradecido a la vida, al destino y/o a quien corresponda. No pensaba escribir nada hasta enero pero imprevistamente me sobró algo de tiempo para escribir... éso, para escribir algo como despedida a este mal año, que sin embargo sé que pronto habré de añorarlo con nostalgia.

Así somos, como a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor... decía Jorge Manrique allá por el siglo XV.

No son coplas de pie quebrado lo que sigue, son sólo modestos octosílabos y si la letra fuera más alegre, hasta podrían servir para un corrido mexicano, aunque México es ahora otra herida sangrante en nuestro querido y maltratado planeta y creo que no está para corridos; y ya que de heridas hablo, pues cómo no recordar la llaga viva que es Palestina desde hace más de sesenta años.  No son las únicas. Y pasa el tiempo... y es cada vez peor.

No haré una relación de desgracias.

Aquí me bajo... hago mi poesía y me voy a la casa de mi hijo mayor a esperar el bendito 2015, todos juntos en familia.
Que ojalá nos agarre confesados.

¡Qué año de mi...l recuerdos!


Año que por fin acabas
dejando una triste huella
donde lo malo descuella
y lo bueno se echa en falta...

si tanta calamidad
cupo en tus aciagos días
déjame que te despida
con muy sobria cortedad,

y tan sólo lo que espero
es que nos tengas piedad
 y que tan grande maldad
no contagie al año nuevo,

lo cual encuentro difícil
por tanta cosa inconclusa
y será más que una excusa
que al próximo vuelva indócil,

sería mucha inocencia
esperar que un cambio de hoja
nos traiga lo que se antoja:
cordialidad y decencia.

 Si abuso de su paciencia,
si ya me expongo a cansarlos
no quisiera abandonarlos
sin dar una sugerencia:

Amen más, no esperen tanto,
reciban lo que les toca
que el tiempo todo trastoca
y amenaza algún quebranto;

por eso, si se conforman
con lo que ya han conseguido
podrán reír más seguido
sin tristezas que deforman.

Entonces, que feliz año
tengan todos mis amigos,
y si tuviera enemigos
que no nos hagamos daño.

~ o ~

1 comentario: