jueves, 8 de enero de 2015

Tres contra uno.



Una historia muy incómoda, de ésas que a algunos hace decir "mejor es mirar hacia adelante"; "lo pasado, pasado"; "hay que pensar en el futuro"; etc, etc.
Lo que se dice un carga montón; tres contra uno, la infame triple alianza de Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay, a instancias de la pérfida Albión (Inglaterra). Existía un tratado secreto que al descubrirse causó indignación en todos los demás países de Sud América. De esas cosas ya no se habla.

- ¿Y cuándo fue éso, mi estimado?

- Mmmmmhhh... en 1864.

- ¡A nadie le importa, entonces! ¡Hábleme de la actualidad!

- Lo que somos es efecto de lo que fuimos e hicimos, así que nada deja de ser actual.

- Con ese raciocinio nos quedamos anclados en el pasado.

- No señor. Todo lo contrario: anclados e inmóviles están los que ignoran la historia. He dicho. Y como es mi blog, de ésto quiero hablar... así es que, tómese otro café y continuemos.
 
Claro que da vergüenza recordarlo, especialmente si se pertenece a alguno de los países agresores, aunque habría que ver cómo se enseña la historia por esos lados. Yo, independiente y sin preferencias pre-establecidas creo narrar la versión más cercana a la realidad que es la que declaro en estas líneas.
Hicieron del Mariscal Francisco Solano López (un caballero ilustrado) el Sadam Hussein de su tiempo; basados en mentiras y exageraciones los agresores lo presentaron como poco menos que un monstruo que martirizaba a su pueblo, y la prensa interesada de esos días, igual que la de ahora, amplificó y difundió esas patrañas. Había que liberar al pueblo paraguayo... sin embargo ese pueblo, en su mayor parte prefirió morir y casi extinguirse antes que abandonar a su líder. Claro que a los desertores se los fusilaba, pero éso pasa en todas las guerras.
Aquí hay vídeo que resume los acontecimientos que tuvieron lugar entre los años de 1864 y 1870 

Es importante observar el mapa del Paraguay de antes de la guerra y compararlo con el mapa actual; el territorio paraguayo abarcaba una mayor superficie ya que la finalidad de esa guerra, además de derrocar a López y destruir la infraestructura, fue precisamente robar territorio, lo que hicieron por todos los lados. El documental es argentino, lo que le da mayor garantía de imparcialidad, pues hasta quienes fueron sus circunstanciales enemigos, reconocen el atropello que significó esa criminal guerra en el corazón de Sud América, aunque se cuidan de no tocar el tema porque les resulta muy espinoso y comprometedor.

Territorio paraguayo anterior a la guerra, en color naranja los que le fueron arrebatados hacia 1870.
En esa guerra abundaron los episodios de heroísmo, sacrificio y
Soldado paraguayo ante el cadáver de su hijo
también de infamia y vergüenza; para quien quiera dar una breve lectura de lo acontecido:


Uno de esos episodios, si bien no el más dramático, da a conocer algunos de los enormes sacrificios que se vieron obligados a hacer los paraguayos durante la guerra. No cabía la rendición, esa confrontación se había convertido en una guerra de exterminio y después que fue tomada la capital, Asunción, por el ejército enemigo, los buques del Mariscal López, ya desarmados, es decir sin armamento, huyeron hacia el norte por el río Paraguay y entraron luego por uno de sus afluentes, el Yhaguý. Una división de la armada brasileña salió a perseguirlos y tras muchas peripecias (los paraguayos hundieron algunas embarcaciones para cortar el paso de los enemigos, más adelante una fuerte lluvia elevó el nivel del río Yhaguý, permitiendo así que los perseguidores pudieran continuar la navegación) consiguieron alcanzarlos en un lugar llamado Caraguataý en referencia a un arroyo que corre entre matorrales de una especie de cardo llamada caraguatá (en el idioma guaraní la y representa una vocal de difícil pronunciación para quien no habla esa lengua, es una de las seis vocales que tiene ese lenguaje, a su vez y significa agua, por lo que muchos nombres de ríos en guaraní llevan esa letra: Yguasú, Monday, Acaray, etc.). En ese lugar, antes de ser atrapados, y en vista de la superioridad numérica de los brasileños y la falta de armas con qué enfrentarlos, el Mariscal López dio la orden de incendiar y hundir los barcos antes que caigan en poder de los invasores. Los que quedaban en ese momento eran seis:  Yporá, Paraná, Río Apa, Salto del Guairá, Piravevé y Anhambay.
Entrada al Parque Nacional y museo Vapor Cue

Ahora, en ese sitio se encuentra un museo al aire libre dentro del Parque Nacional de Vapor Cué que abarca 56 hectáreas, por el que pasa el río Yhaguý; allí se pueden ver algunos monumentos y los restos de los barcos rescatados después de la guerra; está a 4 kilómetros del pueblo de Caraguataý y a 98 kilómetros de Asunción. Es impresionante ver los restos de los barcos rescatados del río si se tiene en cuenta que esa zona era de muy difícil acceso antes que se hicieran las carreteras que existen ahora; se trata de un estero casi siempre inundado y los trabajos se hicieron en su mayor parte sólo con fuerza humana y ayuda de muy pocas máquinas; lo mismo que el hotel que se encuentra a la entrada del parque, obra del estado,  y que se ve a las claras que ya tuvo mejores días, sin embargo la lucha continúa en solitario. El hotel lo mantiene a flote, vaya ironía del destino, un señor argentino llamado Jorge; y el museo, donde los restos de los barcos prosiguen su descomposición y parece que se perderán inexorablemente, está bajo el cuidado de la Armada Nacional que por lo que se puede
Cigüeñal y caldera del "Ypora"
apreciar no cuenta con el presupuesto ni los medios necesarios para preservar tan valiosos testimonios de un pasado de gloria y sacrificio, limitándose a custodiar el lugar. Cabe aclarar que tampoco cobran por ingresar al parque que permanece siempre abierto. Esos barcos fueron hundidos en 1869 y lógicamente fabricados mucho antes. Es sorprendente el grado de desarrollo alcanzado por el Paraguay en esos tiempos, cuando superaba en diversos aspectos a los más grandes Brasil y Argentina, sus vecinos y enemigos de entonces junto al Uruguay.


Hélice y popa del "Piraveve"
En la fotografía de arriba se puede ver el cigueñal y la caldera del "Yporá" construido en Paraguay en 1856, a la izquierda aparecen la popa y la hélice del "Piraveve" construído en Inglaterra en 1865 y abajo se observa al "Anhambay", buque de guerra brasileño, también de origen inglés, capturado en 1865 por las fuerzas paraguayas precisamente a bordo del "Yporá" al mando del teniente Andrés Herreros y del "Río Apa" comandado por el alferez Ezequiel Román.
El barco brasileño (construido y comprado en Inglaterra) "Anhambay", capturado por los paraguayos en 1865 y que pasó a formar parte de su flota.


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