lunes, 14 de abril de 2014

Estabas tan bella.

 

PISTOLERA

Mis recuerdos son veraces;
en el mes de carnavales
hacíanse festivales
también fiestas con disfraces;

la que voy a recordar
fue en el club de policía,
y fue allí querida mía
que me empezaste a gustar.

Recuerdo bien cómo estabas:
con botas, mini y sombrero,
esa noche de febrero
a todos ilusionabas,

con pistolas de juguete
y dos lindas cartucheras
pegadas a tus caderas
y en tus labios, colorete;

una hebilla muy hermosa
que en tu figura sin par
me permitía observar
tu cintura esplendorosa ;

quedé extasiado contigo,
con tu andar, tu gracia toda,
digna de una mejor oda,
mas con la mía prosigo.

Estabas tan atractiva
como para no olvidarte,
y aunque era lindo mirarte
tanta hermosura dolía.

De qué me había vestido
no recuerdo... de pirata,
de lobo o de garrapata,
pues de ti quedé prendido;

y se me quedó grabada,
cual marco de tu sonrisa,
una suave y leve brisa
que en tus cabellos jugaba.

Con tan linda pistolera
sólo podía rendirme,
que si quisieras herirme
lo hacías de mil maneras;

el climax de tu belleza
estaba en tus lindos ojos
que entre gráciles sonrojos
resaltaban tu nobleza,

me dejaron de una pieza
todos tus lindos encantos
y tus atractivos tantos
que hacían de ti una alteza.

Muchos otros atributos
me faltan enumerar,
y ya siento con pesar
a mis versos diminutos;

tus piernas bellas y suaves,
tu pecho erguido y turgente,
tu rostro resplandeciente,
eran del cielo las llaves;

nada más esa visión,
una vez haber estado
tan cerca de ti, a tu lado,
produjo mi conversión,

yo que había sido ateo
o cuanto menos hereje,
permíteme que festeje:
desde esa vez en ti creo.
~ o ~

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