¡CÓMO GUSTA EL RELAJO!
¡Cómo gustan del relajo
mis
queridos compañeros!
cuando
escribo versos bellos...
ni
un joraca, pocos leen,
a
no ser las amiguitas
cariñosas,
que me quieren,
aunque
muchas ya no tengo
de
mis tiempos quinceañeros.
Pero
si enrulo en los versos
lo orto-pédico o pirulo,
se
acrecientan los conversos
aunque
“like”no da ninguno,
no
es que sea hipocresía...
¡yo
tampoco lo daría!
pues
sería inoportuno
festejar tal cachirulo.
Mas
si hay algo extraordinario
en
mi estilo raposuno,
es
que siendo pasionario
no
cometo mal alguno,
que llegar a octogenario
sin
haber sido montuno,
mejor
ya ni me embetuno
ni
gasto el abecedario.
Como
les voy dando a diario...
sólo
versos ¿Qué pensaron?
cuando
los haya acabado
esto
ya será un bestiario,
y
seré beneficiario,
aunque
muchos ya lo duden,
conseguiré
que me engruden
un
título nobiliario.
Pues
entonces ya lo saben
puedo
ser conde o marqués
o
por lo menos vizconde,
y
que ninguno se asombre
que diga tal cojudez:
que
no hay cosa que se nombre
que
al fin en bromas no acabe
y
nos dé risa después.
Entonces
mis perdularios
no
piensen que los insulto,
más
bien es casi un indulto
queridos
resignatarios,
que
si quisiera burlarlos
aunque
mañas yo no sé,
me
atrevo a decirles que
conseguiría
agarrarlos.
Estos
versos lapidarios
ya
se van a terminar
y
aunque pueda no gustar
que
yo, sin intermediarios,
y
encajando dromedarios
con
tal de poder rimar,
ya me quisiera arrimar
unos
buenos tafanarios.
~ o ~
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