miércoles, 15 de enero de 2014

Conversación sobre el más allá.

REENCARNACIÓN


Ha muerto un hombre importante. Después de varios años de estar en estado de coma ha dejado de existir definitivamente, al menos de este lado de la realidad, que es la única que conocemos de primera mano, y éso, en una mínima parte. Porque hay misterios en el mundo, sin contar el universo todo o el espacio exterior, que van más allá de lo que nos podemos imaginar. Hay quienes se figuran el mundo como un esquemático espacio simplificado y absolutamente manejado por el hombre. Fronteras y controles de todo tipo colaboran en difundir y hacer parecer normal esa temeraria idea, completamente falsa. Pura ilusión, delirios de grandeza del pobre humano que al final no es más que alimento de gusanos.

    - Está serio hoy.
    - Así es. Como usted sabe mi amigo, todos tenemos diversas facetas, es lo normal... hoy, desde la más humilde posición que cabe a un ser humano, estoy filosofando. No soy sólo chiste, joda y tango... ya verá, seguiremos conversando de muchas otras cosas.
Veamos a los pájaros, las abejas, el polen... minucias, pero que escapan a muchos afanes de control. Animales silvestres de tierra, agua y aire, se ven amenazados, hasta exterminados, pero no sojuzgados. Observemos las ciudades desde un avión en un viaje cualquiera, perdidas entre cerros gigantescos, selvas, desiertos o llanuras, y nos daremos cuenta que no somos más que una fina costra, a veces incómoda, sobre la superficie de este enorme planeta. Es enorme, aunque los haya mayores, y apenas estamos escarbando un poco en su superficie. Si incomodamos mucho, la tierra, Gaia, nos hará desaparecer y ninguna falta le haremos a nadie pues no somos lo único vivo en el planeta. Ella, la tierra, tiene recursos más que suficientes para hacerlo. Es como un único organismo, un ser vivo gigantesco. Y si tiene que deshacerse de nosotros, lo hará.

La hipótesis de Gaia es un conjunto de modelos científicos de la biosfera en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio)” http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_de_Gaia

En una de ésas, podemos salir sobrando. Quien sabe si todo será mejor así.
Hay mucha riqueza espiritual, hay mucha bondad, hay mucho de valioso que tal vez evite que desaparezcan completamente los hombres. Pero ésas son suposiciones nuestras. Nada comprobable. Todo es discutible.

    - ¿En el café...?
    - Si, por qué no... de todo se habla en el café, y recién nos estamos conociendo.
    - ¿Y qué era lo que decía acerca la muerte de un gran hombre?
    - No dije gran hombre... dije un hombre importante, que no es estrictamente lo mismo.

No es necesario que yo juzgue su vida, las posiciones acerca de ese personaje ya están bien definidas según quien sea cada uno. Cada cual lo juzga de acuerdo a lo que cree correcto, o tal vez según lo que le conviene. Pero éso no es lo que me llevó a las meditaciones anteriores, sino el hecho de que no sabemos nada del más allá, de la otra vida, si la hay, o de qué es lo que nos espera al pasar el ineludible umbral que suponemos final.

    - ¿Qué hay del cielo y del infierno? ¿Cree usted en éso?
    - No importa lo que yo crea, es una visión tan respetable como tantas otras, si bien no la más convincente y meditada.

Muchos hombres sabios creen y creyeron en la reencarnación. Por ejemplo, Sócrates dijo: “Estoy seguro de que en verdad se vuelve a vivir de nuevo, de que la vida emerge de la muerte, y de que las almas de los muertos están vivas.”
En el libro tibetano de los muertos se dan complicadas explicaciones de lo que acontece con el alma entre vida y vida, pues ellos creen en la reencarnación. Hasta te explican cómo es que se entra a la carne nuevamente, cómo el acto sexual atrae a los que están por nacer o renacer. Está también el libro de los muertos egipcio, con antiguas creencias y tradiciones.



    - ¿Los ha leído?
    - El tibetano, completo, es algo confuso... lo compré hace mucho en Encarnación, Paraguay... no sé si es sólo una coincidencia que el libro me fuera a encontrar a mí en un lugar con ese nombre: Encarnación. Es una traducción de la 5a edición inglesa del Lama Kazi Dawa-Samdup. El egipcio no lo he leído aún, sólo de pasada en la web.
Pero lo que me llevó a la meditación sobre la siguiente etapa de la existencia, al enterarme un sábado de la muerte de ese hombre que se aferraba, aunque en estado de coma, a la vida de este lado por varios largos años, fue una cita del Srimad- Bhagavatam (4.29.77), árbol de los deseos de la literatura Védica (Indú). (Asociación para la conciencia de Krisna). Copio al pié dela letra:

El estado de coma y la vida siguiente
Una entidad viviente excesivamente absorta en la actividad material, se apega demasiado al cuerpo físico. Hasta en el momento de la muerte, piensa en su propio cuerpo y en los familiares relacionados con éste. Así permanece por completo absorta en la concepción temporal de la vida, a tal punto que, aun en el momento mismo de morir, se resiste a abandonar el cuerpo. Por ello no es raro que un moribundo permanezca en estado de coma muchos días antes de abandonar el cuerpo. Puede ser que alguien esté disfrutando de la posición de primer ministro o presidente, pero al comprender que se verá forzado a tener un próximo cuerpo de perro o de cerdo, decide no abandonar el cuerpo actual. Así puede permanecer en estado de coma durante muchos días, antes de morir.
Srimad- Bhagavatam (4.29.77)

¡Qué duro! Lo había leído hace algunos años, y sin sospecharlo lo tenía guardado en algún rincón del pensamiento, porque me impresionó, me pareció cruel aunque tal vez justo. Quién soy yo para calificar creencias milenarias, sólo tratar de entenderlas ya me es difícil.
~ o ~

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