jueves, 26 de diciembre de 2013

PERVERTIDO, DA


Cucurrucucú

Paloma pervertida

El protagonista (no el autor) de este famoso huapango, porque es un huapango y no una ranchera, no dormía, no comía, se la pasaba tomando y llorando... y con éso, que no es poca cosa, se compuso tan hermosa canción, y su autor, Tomás Méndez Sosa, que dio a conocer sus primeras composiciones en el burdel del pueblo, posiblemente en Fresnillo, Zacatecas, se hizo famoso y conocido alrededor del mundo; aunque no es su única composición. Otras muy conocidas son: “Bala perdida”, “Gorrioncillo pecho amarillo”, “Golondrina presumida”, “Huapango torero”, “Las rejas no matan”, “Que me toquen las golondrinas”, “Paloma negra”, “Puñalada trapera”, “Tres días”. Como se ve, tuvo bastante producción romántica, lo que demuestra que las mujeres no sólo sirven para éso, sino también para inspirarnos a realizar bellas obras. Éste atributo femenino podría ser desarrollado por ejemplo en alguna tesis o, por qué no, en una extensa y detallada teoría, ahí le dejo la inquietud a algún genio desocupado... yo puedo parecer desocupado, por andar escribiendo estas simplezas, pero indudablemente genio no soy... así es que por ese lado me escurro del bulto.
Volviendo a nuestro querido y admirado Tomás, se sabe que murió por complicaciones de su diabetes: un infarto y la consecuente embolia; posiblemente al corazón, la fuente no lo aclara; cuando estaba casi por cumplir su 69 aniversario (hermoso número al que no llegó en edad pero quien sabe en otros aspectos posiblemente si)... para un diabético, parrandero y retozón no está tan mal.
Éso de no comer, no dormir y pasarse chupando... ya sea llorando o vacilándose, puede tener nefastas consecuencias para la salud. Abreviando: la tuberculosis, que por si los más jóvenes no lo sabían, los puede terminar matando igual, aunque no compongan nada ni estrenen canciones en los lupanares. El padre de Tomás murió de esa enfermedad, pero trabajando como minero, triste destino de muchos humildes. O sea que también sin parrandear y sin amanecidas en la cantina te puedes morir tuberculoso... y en ese caso es mucho más triste, más sufrido y más dramático porque ni siquiera te queda el consuelo de decir... “A ver... que me quiten lo bailao.”
Una de sus primeras composiciones se llamaba “Pervertida” y creo que podemos imaginarnos el tema tratado y la gran aceptación que debe haber logrado en su presentación, con un público tan comprometido con el término. Por si acaso, la pervertida de Agustín Lara era otra, pervertidas hay para todos los gustos y al que se descuida le toca la suya, yo más bien diría que los compositores se quedaron un poco cortos en ese filón poco explotado. A la pervertida de Tomás Méndez no la he podido encontrar por ninguna parte, aunque tampoco se puede decir ¡qué bruto... cómo la buscó!
Pero... ¿qué es una pervertida? ¿qué se quiere decir con éso? - Veamos el diccionario, que para éso está... para ver qué son las pervertidas... ésto se pone bueno, el DRAE1 dice lo siguiente:
pervertido, da.
  1. adjetivo. Dicho de una persona: De costumbres o inclinaciones sexuales que se consideran socialmente negativas o inmorales. U. t. c. s. (Usado también como sustantivo)
Bueno, aquí tenemos una de esas interesantes palabras que podemos usar como sustantivo, o sea para nombrar algo (Ejm.: Eres una pervertida, así a secas) o como adjetivo, o sea para calificar a alguien o a algo (Ejm.: Eres una perra pervertida, o sea eres perra primero y pervertida después, como cualidad agregada que te adorna).
    - Dígame usted, si el diccionario dice pervertido, da ¿Porqué sus dos ejemplos son en femenino?
    - Porque para el efecto da lo mismo, pero suena mucho mejor. Además porque escribo yo y así me gusta más... ¿alguna otra pregunta?
    - Si: ¿Conoció alguna vez alguna pervertida?
    - De acuerdo a la definición: Sí, y a más de una.
    - Explíquese por favor.
    - Imposible, porque soy un caballero y las pervertidas son unas damas que merecen todo mi respeto. Y sólo de mencionar cada perversión ya se podrían ir dando por aludidas... o, lo que sería mucho peor: se adjudicarían las perversiones unas a otras como si se pusiera basura... para ser fino, en el ventilador, o como cuando se reparten las sorpresitas en los cumpleaños. Permítame continuar, porque con esas preguntas, incentivadas nada más que por el morbo y el chisme, me está haciendo perder el valioso tiempo, tanto mío como de mis improbables lectores.
Retomando la perversión, vemos que ésta se circunscribe únicamente al terreno sexual, veamos entonces, para proceder con método y orden, el terreno del que estamos hablando.
No es precisamente lo que se podría llamar un terreno, aunque la metáfora ayuda bastante a referirse a los consiguientes elementos como si se tratasen de accidentes geográficos o formaciones orográficas y/o vegetales y porqué no, de ser necesario, hasta cartográficas y para más señales podemos recurrir también a la fauna y la flora del mencionado “terreno”. Tenemos entonces los siguientes elementos que dividiremos en principales y secundarios.
Elementos principales para la perversión:
    - El tronco, pájaro o mandioca (conocida también como yuca. Ejm.”Te metieron la yuca”, lo cual no necesariamente es una perversión, pero podría ser).
    - Los aguacates, cocos o guayabas (Conocidos vulgarmente como testículos).
    - La cueva, coneja o papaya (Conocida vulgarmente como... mejor me callo porque el estudio se va a poner penoso).
    - Las colinas, protuberancias superiores o melones (Conocidísimas).
    - La gran montaña, protuberancia baja o principal, o pompón, sandía, cosa más grande, etc. etc. (Conocida también como el que te jedi).
Elementos secundarios para la perversión:
    - Todo lo demás. (Y no solamente dentro del estudiado terreno, sino así como suena: todo, o sea cualquier cosa que puedas encontrar, digamos a mano).
Vemos que con sólo cuatro elementos se pueden cometer todas las perversiones habidas y por haber, con ayuda de cualquier otro elemento o en forma pura y clásica. Las únicas condiciones que se exigen son dos: que sea sexual y que la sociedad no lo acepte. Punto. La sociedad es entonces la que califica de pervertidos y pervertidas a las personas que considera socialmente negativas y/o inmorales, y punto, no hay reclamo ni escapatoria. Sálvese quien pueda. En dos simples y elementales pasos has caído en la categoría de pervertido.
    - Lo vi al pervertido de tu marido con una rubia ordinaria en el bar.
Veamos: Lo primero que salta a la vista es la rubia, que de ordinaria debe tener muy poco para causar justamente esa apreciación en el otro ejemplar del sexo femenino que hace la supuesta y discutible descalificación, posiblemente menos dotado y que por lo mismo ofrece tan virulenta reacción.
En segundo lugar, si están en el bar, ya lo interpretan como un preámbulo al apareamiento carnal, como si el marido ése fuera una especie de Indiana Jones que no falla una. Pero basta la intención, alegarán con alevosía, y ahí sí que no queda escapatoria. No se puede argumentar otro interés si te pescan con una fulana de cualquier color en el bar y peor si la ordinaria es rubia y está buenísima; a no ser que se trate de un maestro del escape, como el gran Huodini, por ejemplo, en cuyo caso lo invito encarecidamente a darnos algunas charlas sobre esa extraordinaria capacidad que algunos pueden estar necesitando desarrollar. Lo que felizmente no es mi caso porque soy un marido modelo y padre ejemplar. (Ampay me salvo2).
    - ¡Pero si no me ligó! - ¡La bruja de tu amiga me malogró el plan!
Inútil argumento. Había motivación sexual y la sociedad (o sea tu mujer y la bruja de su amiga) lo considera inaceptable e inmoral. Te jodiste.
Veamos ahora la situación inversa, es ella la que es pescada en falta:
    - ¡Pervertida! - ¡Te vi saliendo con un hombre del hotel!
Ya está, ya se jodió... No, cuidado con cantar victoria antes de tiempo.
    - ¿Ah, sí? ¡¿Y tú qué hacías allí, inmundo, inmoral, depravado, corrompido, vicioso, degenerado?! ¡Yo estaba con mi abogado para obtener pruebas de tu adulterio!
Te jodiste igual, porque... ¿qué hacías en el hotel pues, boludo?
    - Pero señor, si el tema tratado era el huapango, el cucurrucucú paloma, ¿por qué nos fuimos por las ramas de la perversión?
    - Porque a don Tomás se le ocurrió componer la pervertida, y yo le aseguro compadre, que a las pervertidas no las compone nadie... ¡ y qué bueno que así sea!
FIN


1DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
2“Ampay me salvo” es la expresión usada en el juego de las escondidas... una vez pronunciadas esas palabras mágicas, en el lugar y momento adecuados, estás libre de todo riesgo o peligro.

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