Cucurrucucú
Paloma pervertida
El
protagonista (no el autor) de este famoso huapango, porque es un
huapango y no una ranchera, no dormía, no comía, se la pasaba
tomando y llorando... y con éso, que no es poca cosa, se compuso tan
hermosa canción, y su autor, Tomás Méndez Sosa, que dio a conocer
sus primeras composiciones en el burdel del pueblo, posiblemente en
Fresnillo, Zacatecas, se hizo famoso y conocido alrededor del mundo;
aunque no es su única composición. Otras muy conocidas son: “Bala
perdida”, “Gorrioncillo
pecho amarillo”, “Golondrina presumida”, “Huapango torero”,
“Las rejas no matan”, “Que me toquen las golondrinas”,
“Paloma negra”, “Puñalada trapera”, “Tres días”. Como
se ve, tuvo bastante producción romántica, lo que demuestra que las
mujeres no sólo sirven para éso, sino también para inspirarnos a
realizar bellas obras. Éste atributo femenino podría ser
desarrollado por ejemplo en alguna tesis o, por qué no, en una
extensa y detallada teoría, ahí le dejo la inquietud a algún genio
desocupado... yo puedo parecer desocupado, por andar escribiendo
estas simplezas, pero indudablemente genio no soy... así es que por
ese lado me escurro del bulto.
Volviendo
a nuestro querido y admirado Tomás, se sabe que murió
por complicaciones de su diabetes: un infarto y la consecuente
embolia; posiblemente al corazón, la fuente no lo aclara; cuando
estaba casi por cumplir su 69 aniversario (hermoso número al que no
llegó en edad pero quien sabe en otros aspectos posiblemente si)...
para un diabético, parrandero y retozón no está tan mal.
Éso
de no comer, no dormir y pasarse chupando... ya sea llorando o
vacilándose, puede tener nefastas consecuencias para la salud.
Abreviando: la tuberculosis, que por si los más jóvenes no lo
sabían, los puede terminar matando igual, aunque no compongan nada
ni estrenen canciones en los lupanares. El padre de Tomás murió de
esa enfermedad, pero trabajando como minero, triste destino de muchos
humildes. O sea que también sin parrandear y sin amanecidas en la
cantina te puedes morir tuberculoso... y en ese caso es mucho más
triste, más sufrido y más dramático porque ni siquiera te queda el
consuelo de decir... “A ver... que me quiten lo bailao.”
Una
de sus primeras composiciones se llamaba “Pervertida” y creo que
podemos imaginarnos el tema tratado y la gran aceptación que debe
haber logrado en su presentación, con un público tan comprometido
con el término. Por si acaso, la pervertida
de Agustín Lara era otra, pervertidas hay para todos los gustos y al
que se descuida le toca la suya, yo más bien diría que los
compositores se quedaron un poco cortos en ese filón poco explotado.
A la pervertida de Tomás Méndez no la he podido encontrar por
ninguna parte, aunque tampoco se puede decir ¡qué bruto... cómo la
buscó!
Pero...
¿qué es una pervertida? ¿qué se quiere decir con éso? - Veamos
el diccionario, que para éso está... para ver qué son las
pervertidas... ésto se pone bueno, el DRAE1
dice lo siguiente:
pervertido,
da.
- adjetivo. Dicho de una persona: De costumbres o inclinaciones sexuales que se consideran socialmente negativas o inmorales. U. t. c. s. (Usado también como sustantivo)
Bueno,
aquí tenemos una de esas interesantes palabras que podemos usar como
sustantivo, o sea para nombrar algo (Ejm.: Eres una pervertida, así
a secas) o como adjetivo, o sea para calificar a alguien o a algo
(Ejm.: Eres una perra pervertida, o sea eres perra primero y
pervertida después, como cualidad agregada que te adorna).
-
Dígame usted, si el diccionario dice pervertido, da ¿Porqué
sus dos ejemplos son en femenino?
-
Porque para el efecto da lo mismo, pero suena mucho mejor. Además
porque escribo yo y así me gusta más... ¿alguna otra pregunta?
-
Si: ¿Conoció alguna vez alguna pervertida?
-
De acuerdo a la definición: Sí, y a más de una.
-
Explíquese por favor.
-
Imposible, porque soy un caballero y las pervertidas son unas damas
que merecen todo mi respeto. Y sólo de mencionar cada perversión
ya se podrían ir dando por aludidas... o, lo que sería mucho peor:
se adjudicarían las perversiones unas a otras como si se pusiera
basura... para ser fino, en el ventilador, o como cuando se reparten
las sorpresitas en los cumpleaños. Permítame continuar, porque con
esas preguntas, incentivadas nada más que por el morbo y el chisme,
me está haciendo perder el valioso tiempo, tanto mío como de mis
improbables lectores.
Retomando la
perversión, vemos que ésta se circunscribe únicamente al terreno
sexual, veamos entonces, para proceder con método y orden, el
terreno del que estamos hablando.
No es precisamente
lo que se podría llamar un terreno, aunque la metáfora ayuda
bastante a referirse a los consiguientes elementos como si se
tratasen de accidentes geográficos o formaciones orográficas y/o
vegetales y porqué no, de ser necesario, hasta
cartográficas y para más señales podemos recurrir también a la fauna y la flora del
mencionado “terreno”. Tenemos entonces los siguientes elementos
que dividiremos en principales y secundarios.
Elementos
principales para la perversión:
- El tronco,
pájaro o mandioca (conocida también como yuca. Ejm.”Te metieron
la yuca”, lo cual no necesariamente es una perversión, pero
podría ser).
- Los aguacates,
cocos o guayabas (Conocidos vulgarmente como testículos).
- La cueva,
coneja o papaya (Conocida vulgarmente como... mejor me callo porque
el estudio se va a poner penoso).
- Las colinas,
protuberancias superiores o melones (Conocidísimas).
- La gran
montaña, protuberancia baja o principal, o pompón, sandía, cosa
más grande, etc. etc. (Conocida también como el que te jedi).
Elementos
secundarios para la perversión:
- Todo lo demás.
(Y no solamente dentro del estudiado terreno, sino así como suena:
todo, o sea cualquier cosa que puedas encontrar, digamos a mano).
Vemos que con sólo
cuatro elementos se pueden cometer todas las perversiones habidas y
por haber, con ayuda de cualquier otro elemento o en forma pura y
clásica. Las únicas condiciones que se exigen son dos: que sea
sexual y que la sociedad no lo acepte. Punto. La sociedad es entonces
la que califica de pervertidos y pervertidas a las personas que
considera socialmente negativas y/o inmorales, y punto, no hay
reclamo ni escapatoria. Sálvese quien pueda. En dos simples y
elementales pasos has caído en la categoría de pervertido.
-
Lo vi al pervertido de tu marido con una rubia ordinaria en el bar.
Veamos: Lo primero
que salta a la vista es la rubia, que de ordinaria debe tener muy
poco para causar justamente esa apreciación en el otro ejemplar del
sexo femenino que hace la supuesta y discutible descalificación,
posiblemente menos dotado y que por lo mismo ofrece tan virulenta
reacción.
En segundo lugar,
si están en el bar, ya lo interpretan como un preámbulo al
apareamiento carnal, como si el marido ése fuera una especie de
Indiana Jones que no falla una. Pero basta la intención, alegarán
con alevosía, y ahí sí que no queda escapatoria. No se puede
argumentar otro interés si te pescan con una fulana de cualquier
color en el bar y peor si la ordinaria es rubia y está buenísima; a
no ser que se trate de un maestro del escape, como el gran Huodini,
por ejemplo, en cuyo caso lo invito encarecidamente a darnos algunas
charlas sobre esa extraordinaria capacidad que algunos pueden estar
necesitando desarrollar. Lo que felizmente no es mi caso porque soy
un marido modelo y padre ejemplar. (Ampay me salvo2).
-
¡Pero si no me ligó! - ¡La bruja de tu amiga me malogró el plan!
Inútil argumento.
Había motivación sexual y la sociedad (o sea tu mujer y la bruja de
su amiga) lo considera inaceptable e inmoral. Te jodiste.
Veamos ahora la
situación inversa, es ella la que es pescada en falta:
-
¡Pervertida! - ¡Te vi saliendo con un hombre del hotel!
Ya está, ya se
jodió... No, cuidado con cantar victoria antes de tiempo.
-
¿Ah, sí? ¡¿Y tú qué hacías allí, inmundo, inmoral,
depravado, corrompido, vicioso, degenerado?! ¡Yo estaba con mi
abogado para obtener pruebas de tu adulterio!
Te jodiste igual,
porque... ¿qué hacías en el hotel pues, boludo?
-
Pero señor, si el tema tratado era el huapango, el cucurrucucú
paloma, ¿por qué nos fuimos por las ramas de la perversión?
-
Porque a don Tomás se le ocurrió componer la pervertida, y yo le
aseguro compadre, que a las pervertidas no las compone nadie... ¡ y
qué bueno que así sea!
FIN
1DRAE:
Diccionario de la Real Academia Española.
2“Ampay
me salvo” es la expresión usada en el juego de las escondidas...
una vez pronunciadas esas palabras mágicas, en el lugar y momento
adecuados, estás libre de todo riesgo o peligro.
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