domingo, 7 de junio de 2020

Pandemia: dudas y sospechas


Pobre niño, pobre gente.


Estoy, como todo el mundo y nunca mejor dicho, encerrado desde el 16 de marzo de este año 2020. Es por causa del Coronavirus, supuestamente, y cada vez más se me hace intragable esta situación orwelliana que estamos viviendo. No termino de asimilar el asunto, y no es porque no lo entienda, al contrario, entiendo bien lo que se explica, las estadísticas, el aplanar la curva, el temido colapso hospitalario (cosa permanente en ciertos países del tercer mundo) y todas las demás explicaciones.
Sin duda que un colapso hospitalario a nivel catastrófico se lleva por delante a cualquier gobierno, porque además de ser casi todos culpables por omisión, parece que muy pocos de ellos tendrían el apoyo popular necesario para superar ese caso extremo.
¿Orden desde el Caos? A balazos, puede ser.

Por eso tienen que cuidarse, y es lógico que lo hagan, lo ilógico es que muchos no lo están haciendo y quieren seguir robando, no igual sino más, con la tapadera de la pandemia. Casos abundan por diversos países, para eso están los noticieros y los periodistas de investigación, que yo no pretendo ser.

Mientras tanto hay gente que está como alucinada, se les ha manipulado tanto que se creen todo y a la vez no se creen nada, no importa lo que ven y sobre todo lo que no ven, lo que se les dice que crean es religiosamente creído y/o heréticamente cuestionado, y muchos piensan que tal vez el remedio está siendo peor, mucho peor, que la enfermedad.

Entre los que creen y los que no creen, la desconfianza es transversal, abarca a todos.

Ahora estamos en la etapa de mostrar los muertos, y se ven más o menos los suficientes para asustar a los más sensibles pero no a todos; eso donde hay, porque donde no hay, pues no hay; a pesar del horror inculcado, muchos siguen escapándose de la cuarentena y el aislamiento, y aunque no sea en todos los casos, en muchos es porque tienen que salir a buscarse el pan (hay quienes salen a buscar otras cosas) se trata de una lucha contra la más cercana muerte por hambre y otras necesidades que también matan, y como el virus no se ve, allá van y se arriesgan por amor a la vida o por miedo a la muerte que cerca sus hogares, no solo en forma de virus. 

Además del normal desasosiego que causa ver a nuestros semejantes envueltos en plásticos negros esperando a que los recojan de los hospitales (los vivos que están alrededor, porque los muertos ya no esperan nada), además de la pena, digo, causa también indignación: 
¿Cómo puede ser que una nación de, digamos unos 17 millones de habitantes, no pueda disponer decentemente el entierro de tres mil cuerpos en dos o tres meses? Es el 0.017 del total. Es un muerto por cada 5500 habitantes. Es que se ha descuidado tanto lo referente a salud que en muchos países ahora el déficit les salta a la cara como un feo sapo sarnoso y pegajoso. Y claro, nadie asume la culpa.

Para quienes esperan algún asomo de solución en estas líneas, les diré que no la hay, ni en estas líneas ni fuera de ellas: solamente aguantarse las consecuencias y seguir luego, quién sabe cómo porque no será igual, tratando de ganarse la vida... como si la vida no fuera un regalo y tuviéramos que pagar por ella. Así estamos hace rato, solo que ahora se nota más.

No son solo algunos, es la mayoría, porque "la realeza" vive gratis a costa de los demás.

Siguiendo con el tema casi exclusivo en estos tiempos.
USA, primero en el macabro ranking, tiene solo 0.033 % de muertos y le rebalsan por todas partes.
Brasil, primero en sudamérica, apenas alcanza el 0.003 % de muertos y el espectáculo es mayúsculo.
Y estamos hablando solo de Marzo, Abril y Mayo, tres meses, nada más, mientras que los muertos a nivel mundial, desde Enero hasta ahora fueron 0.32 %.
Y no estoy usando las estadísticas de manera equivocada, si unos hablan de muertos por millón de habitantes (sanos y enfermos), lo que aquí presento va en la misma línea. 

Vemos que sin mucha alharaca se viene muriendo más gente de cualquier cosa, pero esto había que usarlo para algo más; no se tiene un virus tan contagioso todos los años... que su mortalidad sea baja (menos del 6 % de los afectados) no importa, lo importante es que esté aquí y que aproveche.

En qué se aprovecha: en recortar más las menguadas libertades que le quedaba a la gente y seguir apretando las tuercas. No hablo de ningún maquiavélico plan oculto, hablo de un maquiavélico plan descaradamente visible y público para oprimir a los pueblos, a todos. Lo que se fue consiguiendo hasta mediados del siglo pasado se viene perdiendo en este. 

En tiempos normales los estados se hicieron los distraídos con la infraestructura necesaria para atender enfermos y enterrar a los que normalmente se morían de lo que había; también las funerarias disputaban los cadáveres, como verdaderos gallinazos; ahora no porque no se les va a pagar bien, y a los estados se les cayeron los precarios pantalones que cubrían su inoperancia y terminaron quedando con el culo al aire.

Vamos hacia un mundo nuevo... sí, seguro, a un mundo de calatos hambrientos muriendo de hambre mientras los mejor parados y medio vestidos andarán mendigando un miserable teletrabajo con mezquino sueldo reducido. Un mundo donde las plazas y parques estarán cerrados a las multitudes de pobres miserables sin derecho a usufructuarlos. Un nuevo mundo donde posiblemente se privatizarán las playas bajo cualquier disfraz que lo disimule, pero a eso apuntan. Y bosques y áreas paradisíacas no solo tendrán dueño, sino que ya se las han comprado y se trata de ocultar, lo cual ya no será necesario y podrán disfrutarlos sin temor a nada.

De esto vamos a salir, sin duda, porque el universo sigue su curso, pero el asunto es cómo. Ya pasados los años se verá claramente que este fue el principal punto de inflexión, más importante aún que ese setiembre aciago y criminal. Claro que hay conexión.
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