domingo, 1 de diciembre de 2019

Defensa de mis hermanos bolivianos...

... y de otros indígenas.

Mujer boliviana con la Wiphala

Entre las muchas cosas que están sucediendo estos días en el continente, lo de Bolivia representa la más completa colección de infamias que sirve como un muestrario de los abusos que han generado todas las otras justas protestas de los pueblos oprimidos por un sistema de saqueo que no repara ante nada y maneja las conciencias de mayorías de incautos a los que cargan gratis en su haber, los usan y los desechan cuando quieren, y así también manejan a su antojo las organizaciones internacionales, donde siempre habrá un Almagro que se vende barato a quienes lo miran con desprecio mientras le dan las instrucciones de las inmnudas acciones que esperan de él. A veces estos chupamedias profesionales adivinan lo que deben hacer y se esmeran en dar gusto a sus patrones. Todos estos engendros ambiciosos se desviven por dos cosas: dinero y aceptación. El dinero lo consiguen, al fin y al cabo sobra papel sin más valor que el que le da la prepotencia de la nación infame, la aceptación la tienen, pero solo a nivel de personal de servicio, jamás se van a igualar a esos que no les permiten igualdad ninguna. Pero con esas dos limosnas creen vender cara, o al menos a buen precio, su alma barata.

Ni Dios se salva de estos infelices contaminadores de lo que tocan, Midas de caca que hacen mierda lo que agarran, manosean con sus sucias extremidades con garras los evangelios cristianos, que independientemente de que se crea en Jesucristo o no se crea, no se puede negar que su contenido rechaza lo que ellos desean y buscan. En los evangelios se condena la riqueza, como ni siquiera un socialista se atrevería a hacerlo: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.” Lo dijo Mateo, autor de uno de los cuatro evangelios que la auto proclamada presidente y su compinche ni han leído, y si lo han hecho, no han entendido, y si han entendido, no les da la gana de aceptar y solo por eso irán a parar con sus huesos al fuego eterno.
Creen que con su ciencia y su hipocresía podrán meter el camello, tal vez hasta metan el camello desintegrado o tele transportado, pero esos ricos que lo son a costa de la sangre de los pueblos no irán más que a los infiernos. ¿Querían biblia? ¡Ahí tienen biblia! 


Racistas que ni tienen raza


Qué fácil es para algunos
despreciar a los nativos,
cerrar los ojos y oídos
si son otros, no los suyos,
los que están haciendo ayuno,
los que viven mal comidos,
mal dormidos, bien jodidos.
Hijos del tawantinsuyo
otra vez son abusados,
otra vez asesinados.

Ya no vienen de alta mar
a robarles sus rebaños,
son engendros re mezclados
que han nacido por acá
y que mirando hacia allá,
hacia el país de sus amos,
no se sienten sus esclavos;
sueñan la falsa igualdad
que les da el pelo teñido
y el inglés mal aprendido.

Pero qué barbaridad
que estos impuros incultos
se atrevan al gran insulto
de la "superioridad"
que pretenden encontrar
en sobras de cualquier raza
que llevan en su carcasa
sin ninguna dignidad,
no se ven como mestizos,
operados y postizos
chuecos, pintados, petizos.

Me rebajo a su nivel
para lograr que me entiendan,
qué se creen estas mierdas
para burlarse de aquel
que cumple con su papel,
que vive en su propia tierra,
que a su cultura se aferra
porque es sano y porque es fiel.
De indios es el país,
respeta pues infeliz.
~

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