domingo, 14 de julio de 2019

Sonetos dedicados y sobre pedido


La pluma y el teclado

Sucede que a veces alguien te pide que le escribas un soneto, cosa rara porque los sonetos y toda la poesía clásica están reducidos a una pequeña porción de gente que se aferra o se agarra a lo que le gusta, no importa si en estos días parece anticuado el gusto y hasta el sujeto o la sujeta que de esto gusta. La sujeta que de esto gusta parece una insinuación, y lo sería si pudiera quitarme unos años de encima para darle gusto a la sujeta, pero como ya no estoy para sujeciones ni para nada que se le parezca, vuelvo al modoso estilo inofensivo, neutro y sin mañas.

- ¿Usted neutro? ¿Qué va a pensar la gente?

- La gente no va a pensar nada; están todos ocupados con el celular.

Pero, para tranquilidad de quienes puedan estar interesados en el asunto, no se trata de esa neutralidad ambigua que se discute tanto hoy en día, sino de la neutralidad que tiene que ver con la equidad, con la imparcialidad, con la equidistancia y con el equinoccio, que no está traído de los pelos porque pelos no tiene, y ya con eso me libro de ser criticado y/o acusado de desorientado, confuso o perdulario.

- No se entiende nada...

- Es que esta vez escribo así nomás, por amor al arte de no decir nada.

O sea que es como el amor por las teclas, las del teclado y las otras también, porque esa lindas muchachas en flor que adornaron mi vida, mis sueños y mis despertares, ya son teclas, pues... qué le vamos a hacer si es consecuencia del paso del tiempo, y el tiempo pasó para mí y también para esas que se quitan diez o veinte años de edad pero no se pueden quitar ninguno en la realidad.

Ese afán de querer ser joven a veces me enternece, y hay casos en que hasta comparto las motivaciones que creo adivinar; es que hay gente que de verdad no debería envejecer, o por lo menos no tan rápido como los demás. Si en mi poder estuviera les daría la juventud que ansían y que seguramente merecen, pero no tengo ese poder, y si lo tuviera lo usaría solo en esas personas que de verdad quieren ser jóvenes otra vez, para... no sé para qué, con el poder podría adivinarlo, pero como no lo tengo, queda todo como estaba.

Los sonetos sobre pedido quedaron fuera del interés del presente artículo, que como ven, es una especie de divagación irresponsable. A veces lo hago por jugar... sí, por jugar con esos apurados lectores que se saltan párrafos para ver en qué termina y de qué se trata, y aquí, si bien no hay nada que importe (risas) no se entenderá nada si se salta de párrafo a párrafo como liebre en el monte.

Si se lee todo de corrido y con atención, tampoco se entiende gran cosa, pero por lo menos queda uno al tanto de que se trata de un juego, y también de qué trata el juego. Algo es algo, dijo el diablo y se llevó un cura...

Aquí tres sonetos hechos a pedido y entregados a satisfacción del peticionario, o al menos eso creo...


Soneto para un hermano

(Un soneto muy humano)

Ayer mi hermano me pidió un soneto,
lo pidió sin palabras, sólo un guiño,
yo que soy servicial no le escatimo
ni soneto, ni prosa, ni cuarteto.

Por nuestras venas corre sangre ingente,
la misma del valiente Saladino,
nadie diga que huyó, sino que vino,
a declamar palabras a la gente.

Aquí están estos versos que contienen
un alma hermosa, un pensamiento nuevo,
que firmados dejo aquí como conviene.

Escrito está, completo, no lo muevo,
de fácil rima, dificultad no tiene,
¿Otro soneto? pues claro que me atrevo.
~

Soneto para una amiga

(Sin ninguna intriga)

Una amiga me pidió un soneto,
por su amistad yo haría cualquier cosa,
y si así la pongo cariñosa
mi alborozo también será completo.

Un soneto me pide y yo prometo
que se lo hago de manera talentosa,
si la musa se me hace la graciosa
me puede poner en un aprieto.

Soneto nada más, así de amigo,
pues no sé si hay moros en la costa
y termino mirándome el ombligo;

aclaro bien que el fin que yo persigo
es mostrar que mi pluma no es angosta,
y lo que me propongo, lo consigo.
~

Soneto de un amor truncado

(Soneto desastrado)

Perdido en soledad ahora vislumbro
que la culpa fue mutua, no lo niego,
tú alegabas que yo era mujeriego
mas con éso la duda no la alumbro.

Sigo a oscuras, como el nefasto cuarto
donde con esa flaca me pescaste
y mi mejor faena se fue al traste;
tú y tus sorpresas ya me tienen harto.

Si dicen que la fe mueve montañas
¿por qué no sacó a la flaca de la cama
para que no se fuera todo por la borda?

Pero mi único reproche, te confieso,
y no porque estés con sobrepeso
¿qué te costaba hacer la vista gorda?
~

3 comentarios:

  1. Muy bien Ricardo, de tu prosa no te digo nada, pues está bastante clara, con las intervenciones de tu otro yo, pero esta vez has escrito como un Cantinflas culto.

    Tus sonetos y tu arte me gustan aunque no se mucho de poesía, y como nombras al caballeroso y valiente Saladino, cuya sangre compartimos, éstos se ponen se ponen de colores y son bastante ágiles y claros, te felicito

    Fernando Atala Schaefer
    DNI 08804201

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  2. Estimado Ricardo,un soneto que juega con su naturaleza y se desliza con gracia y picardía, es el tercero. Enla línea del Soneto de repente de Lope, has encontrado un buen filón, que debes continuar.No quito mérito ni menosprecio a los dos primeros.

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  3. Estimado Ricardo, gracias por compartir tu arte y composiciones con tus seguidores. He leído con detenimiento el comentario introductorio y creo que lograste lo que pienso te propusiste, hacer un preámbulo que ponga en alerta al lector para disfrutar de las composiciones en verso. Estas últimas, me parece que también logran su objetivo; serían "sonetos express", que responden a las características e intenciones de las personas solicitantes. El último soneto, para mi gusto el mejor, tiene toda la características de tu producción, una mezcla de realidad, picardía y rima satírica. Toda la publicación deliciosamente grata.

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