domingo, 6 de enero de 2019

A mi hermana mayor


No es mi hermana, pero podría ser


Es nuestro derecho tener a alguien preferido. Muchas veces nos sentimos culpables de querer más a una persona que a otra que merece sin duda igual aprecio, pero es así, que nadie se atormente por eso, más aún cuando la solución es simple: actuar con todos de la misma forma, darles el cariño que puedes dar y fingir un poquito si fuera necesario.

- ¿Hipocresía?

- Con hielo, por favor...

Sí pues, qué feo nombre. Pero la hipocresía es otra cosa porque se basa en la búsqueda del provecho propio y yo aquí estoy hablando de altruismo. El que no entienda puede salir de esta página porque seguro que ya se aburrió. Y gente con cara de aburrida no es bienvenida, ni aquí ni en ninguna parte.

Y hablando de preferidos, seguro que los tengo, pero también sospecho que yo he sido y tal vez siga siendo el preferido de alguien. Modestia aparte, creo que de mi hermana mayor, quien veía en mí sabe Dios qué ocultas virtudes que eran premiadas con tal vez injustificados mimos, los cuales yo rechazaba como corresponde a un varón que se respete, pero que en el fondo no me caían mal.

Puede ser que no sea cierto lo anterior, que sea solamente percepción mía, no importa, porque en estas cosas de amor y cariño, si te sientes amado es verdad aunque sea mentira y nadie te ame. 
Si le parece confuso, puede seguir leyendo: Un poema para la hermana mayor.
Tengo otra hermana, menor... a la que le quedo debiendo su poema, que sin ninguna duda se lo merece. 



A mi hermana, la mayor


Tú, que pides a Dios que me perdone
mi poca fe y toda mi herejía
y ruegas que a mi alma no abandone...

Tú que me cubres de alegría
sabiendo encontrar mi lado bueno
y adornando de amor la vida mía,

a ti que me cuidaste de pequeño
y fuiste para mí mamá chiquita,
hoy quiero regalarte este recuerdo.

Eras pequeña madre, tan bonita,
regalabas piedad, amor, ternura,
no sé si a llorar mis versos te invitan;

si quieres llorar, llora, que eso cura
las heridas del alma acumuladas...
¿quién no tiene tristezas y amarguras?

No hay cómo agradecer, siempre me dabas
tan tierna aprobación a lo que hacía,
que no imaginas cuánto me ayudabas;

eres tú mi hermana tan querida
que me muero de ganas de abrazarte
y sentir otra vez que alguien me cuida,

escojo estas palabras para darte
las gracias por tu amor y tu ternura,
y sepas que jamás voy a olvidarte
porque en mí siempre vives y perduras.
~


Son tercetos que culminan con un cuarteto, al estilo de Dante en La Divina Comedia... casi nada ;) 

2 comentarios:

  1. Lindo poema y muy merecido para Nancy, que desde acá, si lees esta nota, recibe un cariñoso abrazo y mis mejores deseos para ti y tu familia.

    Felizmente tu engreído hermanito no le ha hechado pimienta al poema, todo está lindo.

    Fernando Atala

    ResponderBorrar
  2. Ricardo, hermoso poema escrito con ternura y gratitud a esa persona que te hacía sentir una persona maravillosa, en momentos en que todos los seres humanos necesitamos ser comprendidos y valorados por alguien. Intuyo que los versos son dedicados a Nancy y siento doble alegría por ello. Por expresar tu gratitud con una hermosa pieza de tu producción artística, y porque estoy seguro que ella lo merece.

    ResponderBorrar