domingo, 21 de enero de 2018

Soneto a la salamandra (y un recuerdo de Sofocleto)


Calibrando un apodo

O cómo escribir salamandreces para evadir la angustiante realidad



Recuerdo una décima de Sofocleto que leí hace más de cincuenta y tantos años, y por la facilidad que tienen las rimas para ser guardadas en la memoria - si no me equivoco ese es el origen de la poesía: transmitir narraciones que de otra manera sería imposible - la tengo presente hasta el día de hoy. No he vuelto a encontrarla para poder verificar cada palabra y cada verso, y el pequeño libro donde aparecía publicada hace mucho tiempo que desapareció, por lo tanto la copio de memoria, y no es que me enorgullezca, pero tampoco tengo por qué avergonzarme. Sofocleto fue uno de los primeros autores que leí cuando yo aún era un niño, y en mi mente se codea de igual a igual con Alejandro Dumas, Edgar Allan Poe, Mark Twain y otros grandes de la literatura, juvenil y no tanto.

La décima de Sofocleto, de la que no sé el título, la recuerdo (tal vez con algunos errores) de esta manera:


Cuando sube a mi balandra
Casandra, frágil alondra,
se alborota y se atolondra
si me pongo la escafandra
para traerle a Casandra
la acuática escolopendra
(salamandra en tono almendra
que fuera del mar se atundra)
y así, capturar es un drama
que mi interés acendra. 
(Sofocleto)

Con esos versos y la salamandra reverberando en un rincón de la cabeza, escribí lo que sigue:

En estos tiempos de feminismo fácil y machismo difícil, ponerle un apodo a una dama puede tener graves consecuencias para el caballero que se atreva a hacerlo, dependiendo del grosor del apodo puede hasta perder el derecho de ser considerado caballero y será degradado a la condición de simple villano, energúmeno o sinvergüenza de a pié.

Ángel, reina, mi tesoro, pueden mantenerte en el pedestal de los apreciados ejemplares masculinos dignos de aplauso y aprobación.

Ballena, vaca o hipopótamo son los peores apodos que puedes escoger, porque si los usas ya te puedes dar por muerto y enterrado, de eso no se vuelve más; cuando a las mujeres les tocas la balanza, estás acabado.

Lagartija, víbora, o salamandra son riesgosos; usarlos es como andar por el filo de una navaja, debido a que a pesar de la evidente carga negativa no se puede negar que una lagartija es bastante ágil, la víbora es astuta, inteligente, fría y calculadora ¿Y la salamandra? ahí sí que muchas quedarán confusas, te pueden mandar allá por si acaso, o quedarse calladas calculando (o dudando) que tal vez pueda ser algo bueno.
Advierto a las damas que me leen que lo más apropiado y recomendable que pueden hacer en este caso es apelar directamente a una mandada excrementicia preventiva, porque este animal, (la salamandra, no el otro) es bastante versátil en cuanto al significado que se le puede dar. Veamos:
Salamandra: Animal anfibio que puede regenerarse si pierde uno de sus miembros (ya vi algunas), pone los huevos en el agua (bueno, no sé si en el agua, pero te los ponen en remojo), tiene la piel venenosa (me consta), ser fantástico (¡no lo vas a creer!), espíritu elemental del fuego (cuidadito con quemarse). Todo esto sin dejar de ser un bicho extraño casi reptiliano y rastrero, lo cual no es nada que pueda enorgullecerlas. 

Total... ¿es insulto o halago? Todo depende, como diría Ramón de Campoamor*, del color del cristal con que se mire. (*En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira).

Aquí, en forma de soneto, mi modesta colaboración al extenso campo de los apodos, comparaciones y similitudes varias.



Para una salamandra


Es anfibia y resbalosa,
tiene fama de malandra
la famosa salamandra
que a todas horas me acosa;

vaya pues, extraña cosa,
peligrosa y tan mundana,
no se queda con las ganas,
es descarada y mañosa;

aunque fría y resbalosa
- lo sé porque la he probado -
es siempre muy peligrosa,

pero no es un animal,
es humana y tan furiosa
que hay que ponerle un bozal.
~

4 comentarios:

  1. Muy bueno todo, pero me trae a la realidad la parte en la que dices, "Feminismo fácil y machismo difícil", ah, si tuviera 25 años en estos días sería un hombre fácil, que como sabes dicho en femenino suena feo, sería tan fácil como dif´coles fueron las "chicas" (Ahora teclas, los hombres no envejecemos, solo nos sentimos usados en asuntos amatorios), pues adios salamandra resbalosa.

    Fernando Atala

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  2. Muy gracioso el articulo...y digno del analisis femenino ..principalmente....

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  3. Buenas noches ilustre amigo: Me permito solicitarle un gran favor. ¿ Sabe Ud. Dónde puedo encontrar el soneto con la letra ," a", que empieza, La caravana pasará mañana....de Sofocleto .Le pido disculpe la molestia. Soy su atento y seguro servidor. Muy agradecido por su respuesta.

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    Respuestas
    1. Recuerdo el inicio de ese poema:
      "La caravana pasará mañana,
      pasará para allá, cara al Sahara..."
      Es una pena que no se pueda encontrar gran parte de la obra de Sofocleto, estuve buscándolo pero infelizmente parece que no está disponible, si llego a saber algo más le haré saber. Gracias por su visita al blog, saludos.

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