domingo, 23 de abril de 2017

El más allá


Clásica imagen de la muerte


Me permito otra vez salir de lo risueño y jocoso, en estos días de renovada incertidumbre causada por las arremetidas de modernos personajes metidos en viejos conflictos no solucionados, por el contrario, agravados debido a la mayor potencia tecnológica que existe y a la escandalosa falta de inteligencia y sentido común de los llamados a lidiar con dichos asuntos. Me detengo un momento a pensar con calma en el próximo y trascendental paso que me (nos) espera.
Ya hemos oído muchas veces que hay una sola certeza absoluta en nuestras vidas: la muerte. Es lo único de lo que no cabe dudar, tan cierta y a la vez tan ignorada por la mayoría de las culturas occidentales que tratan de conjurarla eludiéndola, ignorándola, como dicen que hace el avestruz al meter la cabeza en un agujero creyéndose a salvo de aquello que no ve. Así es que no queremos mirar a la muerte de frente... y no es culpa de uno... la pintan tan fea a la pobre...

- Oiga usted, parece que está buscando que lo consuelen.

- No, en eso no hay manera, te las arreglas solo porque no te ayuda nadie.

Pero existe lo que se llama la buena muerte, y como ya lo dice la misma expresión, es algo así como morir feliz, morir bien... y quedar bien muerto ¿Por qué no?
Si todos morimos (pruebas no faltan: muchos ya han muerto), esperemos que algo de cierto haya en las expectativas que tenemos del más allá. ¿Quién no quiere creer? casi todos quisieran que la existencia se prolongue y de ser posible con ciertas ventajas que acá no tenemos (como alas, belleza y eterna juventud); unos más y otros menos, algo quieren, algo esperan. 
Además, es imposible no pensar que nos están aguardando... y si es con buenas intenciones, tanto mejor.
He aquí mi pensamiento acerca de este asunto, en este día que tengo la tranquilidad que da la fuerza, la salud y la supuesta lejanía del día final: 




Al otro lado



¿Quién me estará esperando
cuando pase al otro lado?
Quién seguirá aguardando
hasta que yo haya llegado
¿Quién...?

Será que papá y mamá
nos siguen amando igual,
que su amor no acabará
aun en la eternidad
¿Será...?

Estará ese alegre amigo
tan bromista y generoso,
aquel que estando conmigo
era alegre y animoso
¿Estará...?

Volveré a ver a la niña
tan querida y delicada
que mirando sus pupilas
a cualquiera consolaba
¿Me verá...?

Encontrar tíos y primos
sin penas y sin edad;
abuelos, suegros, sobrinos,
mi camino al culminar
¿Estarán...?

Otra vez a mis amores
quiero volver a encontrar,
ya calmados los ardores
me brindarán su amistad
¿Se podrá...?

Solo les pido paciencia,
no me vayan a apurar,
aunque es limpia mi conciencia
no tengo prisa en llegar,
que lo entiendan...

Me dan pena los que queden
después que yo haya partido,
les aseguro que pueden
vivir sin estar conmigo,
aunque lloren...

Siento la curiosidad
de saber qué hay más allá
y mi día llegará
de saberlo de verdad,
al final;

  ya sea solo por eso
consuélense los que quedan,
que a pesar de verme tieso
mi espíritu libre vuela,
que se alegren...

Si caigo en oscuro abismo
sin clemencia ni piedad,
cumpliéndose el pesimismo
que me empeño en rehusar,
si caigo...

alguien me socorrerá;
amoroso ha de salvarme
del mar de incredulidad
y con él me llevará,
Alguien...

que no pedirá que sepa
qué es o cómo se llama,
sentirá lo que yo sienta,
me dará la ansiada calma,
sí vendrá.
~

2 comentarios:

  1. Como bien dices, lo único seguro en la vida, es la muerte, que tal contradicción tan cierta, la muerte es parte de la vida, as´como el nacer.

    Morir es nacer a otra dimensión, en la que los creyentes tenemos la certeza, por la fe, que viviremos en nuestro propio cuerpo, ya sin preocupaciones de nada y seguramente encontraremos a parientes y amigos con sentimientos de amor en su más pura expresión y felicidad eterna de contemplar la luz de Dios, o la oscuridad y tiniebla más siniestra con el cúmulo de nuestras culpas, si Ricardo vamos a ver como es todo lo que hay detrás de la muerte y saber lo que hay; y como alguien dijo, "No le temo a la muerte, pero no quisiera estar ahí cuando llegue"

    Fernando Atala

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    Respuestas
    1. A ver qué hay al otro lado... lo sabremos a su debido tiempo, quién sabe hasta nos encontremos por allá. "No quiero estar allí cuando llegue" - qué buena ocurrencia!

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