domingo, 25 de diciembre de 2016

Otra vez navidad

 
Feliz navidad jo jo jo

Algunos quieren convertir la navidad en la fiesta del consumo, de la frivolidad y del materialismo, y creo que van ganando. Gracias al monstruoso lavado cerebral multimediático donde la televisión (basura) es la reina y señora indiscutible, la gente está convencida que la navidad es la fiesta del derroche, los regalos, la comilona y la borrachera, todo ello decorado con la figura del gracioso Papá Noel que como prostituta en viernes santo se presta para cualquier cosa. El personaje no tiene la culpa, obviamente, sería como culpar a Pinocho por ser de madera. Los que manejan los hilos, o gruesas sogas del negocio, hacen lo que quieren con el tristemente alegre invento del Viejito Jo Jo Jo, que si se me acerca a jorobar esta vez no se escapa de que lo agarre a bastonazos. Ya estoy preparado.

- Oiga... no dijo que el personaje no tiene la culpa?

- El personaje no, pero el delincuente disfrazado sí.

Para los que ya se olvidaron, Navidad viene de nacimiento y en este caso concreto se conmemora el nacimiento de Jesús, ese que terminó muerto por insidia de sus compueblanos judíos que no pararon hasta verlo entregar su alma en la cruz... según los mismos libros en que se basa dicha religión, y aunque no haya ninguna pista para suponer que Jesús nació un 25 de diciembre, se escogió ese día para recordarlo y ya está, habría que respetar. Pero no... mejor es comer hasta reventar, chupar, y salir borracho a dar tiros al aire a ver a quién le perfora la cabeza la bala que caerá del cielo tras el tiempo requerido, porque sepan, caballeros: las balas no se quedan orbitando en el espacio exterior, no. 
Los cuetecillos, cuetes y cuetones ya son capítulo aparte, sirven para volar manos y pies de tantos infortunados que irán a desearle feliz navidad al personal de los hospitales y centros de salud ya abarrotados de alegres conductores; allí, los que no pasan a mejor vida, van a armar otra clase de festejo.
Y no es que lo diga yo, lo dicen las estadísticas, que también mienten pero en estos casos no mucho, porque al último que dijo la verdad lo crucificaron hace dos mil años... años más, años menos, y parece que esa fue la única moraleja que muchos sacaron de esa historia: Miente para que no te crucifiquen.



Otra Navidad



Otra vez es navidad
pues insiste en regresar,
panetón en vez de pan
y comida a todo dar
para quien pueda pagar,
de los pobres no me olvido
por eso he de ser sencillo
a la hora de celebrar.

La fiesta ya no me gusta,
no sé si es porque he crecido,
mejor dicho, envejecido,
y los ruidos me disgustan;
o será porque me ajustan
los dos que se me han hinchado
que ya me tienen lastrado
y si los muestro se asustan.

En plena carnicería
alguien "indulta" algún pavo
y en seguida es festejado 
con mentirosa alegría,
¡a qué tanta algarabía!
como si el pobre animal
por su condición de tal
a él pertenecería.

Ya basta de hipocresía;
Jesús, que comió pan solo,
va a meter al mismo hoyo
curas y feligresía
que con cabeza vacía,
pero la panza bien llena,
no ven la desgracia ajena
mientras rezan a María.

Cada cual con su propuesta,
a mí, mejor ni me inviten,
preferible es que se irriten
a sucumbir en la ingesta,
lo único que me resta
será contarle a mis nietos...
(si consigo que estén quietos)
de qué trataba esta fiesta.
~

1 comentario:

  1. Ricardo con el dibujo ya has dicho bastante, viene el Salvador, Jesús, y los usureros y avaros (ya sabes quienes, además de otros), se aprovechan de la inconciencia de la gente, que equivocadamente trata de regalar lo mejor en nombre del amor, pero no en nombre del niño Jesús.

    Bastaría con seguir las enseñanzas de Jesús para festejarlo con verdadero amor

    Fernando Atala

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