domingo, 9 de octubre de 2016

Ahora son charlas de café

Antes que nada, notarán que el título del blog ha cambiado, ya no es TE INVITO UN CAFÉ, por varias razones, entre ellas que hay quienes se lo tomaban al pié de la letra y exigían el café, cosa imposible con la tecnología actual que no permite aún la tele-transportación del café ni de ninguna otra cosa, y aunque tuviera la posibilidad de hacerlo, me resultaría demasiado caro porque quienes visitan el blog pueden ser sesenta, cien o más personas al día, lo para un blog no es demasiado pero para servirles café a todos sí es mucho; y hay otros (u otras) que no quieren café, sino otra cosa (otra cosa de tomar, o comer... no sean mal pensados), entonces, que cada quien se sirva lo que desee, yo ya no invito pero sí propongo la charla; siéntense a mi mesa por favor, obsequien-me su agradable compañía y yo, con todo respeto y la mejor voluntad, abriré la conversación, con mi taza de café delante.
Así es que el nuevo título corresponde mejor al contenido del blog:

CHARLAS DE CAFÉ 

Pidan lo que gusten, sin preocuparse por nada, la cafetería es imaginaria y la cuenta también lo será.

En cuanto a los temas, este ínfimo blog pretende abarcar el universo, y como el universo es infinito la tarea desde ya es imposible; sin embargo no me rindo... pasito a paso - como Chabuca Granda - iremos cubriendo por lo menos algunas fracciones de tan abrumadora tarea y podremos decir que la obra por lo menos está comenzada; el amor, la belleza y el dolor son parte del universo; todo lo es, la bella chica que pasa y nos deja la dulce angustia de no tenerla, el pájaro que nos canta en la mañana y el imbécil que se estaciona mal en doble fila, todos ellos son parte del universo; pero vayamos tratando, ya hemos hablado de tangos, de amores, de pérdidas y abandonos; hemos hablado de las órbitas de los planetas, del tamaño de los astros; hemos hablado del tiempo, de la muerte y del dolor; hemos hablado de Pedro Albundia, de Calderón de la barca, de Miguel de Unamuno y de la minifalda, hemos hablado del shortcito, de lo que transluce la blusita, del ajustado pantalón que nos trastorna, y hasta hemos publicado la famosa trilogía de "Lo de arriba, lo de abajo y lo de atrás", que en su momento espantó a muchos lectores y atrajo a otros tantos.
Hemos hablado de la imponente y bien proporcionada mujer, aunque con cara de perro, que encontré en el supermercado cuando hacía una investigación de campo.... y tantas cosas más que no puedo seguir enumerando pero que las hemos tocado, no se hagan los inocentes, y no sólo en el blog, porque para tocar hay que tener ciertas habilidades que a casi nadie le faltan pero que su virtuosismo es escaso.
En fin, este blog es imprevisible, un día te habla de flores y otro día de temblores... y la poesía, formal o picaresca, está por todas partes.
Hay poesía para quien gusta de ella, y también para quien no gusta, como es el ejemplo de esta entrega, que no se necesita ser un amante del arte para apreciarla.
Y voy alcanzando niveles cantinflescos, mejor paro la mano, o el dedo. Hoy toca algo de joda, digamos que gracioso, porque qué sería la vida sin una sonrisa, sin una alegría, aunque se trate de lo elegido esta vez.

Vayamos al tema de hoy, que es etéreo, volátil... gaseoso...
¡Esperen! ¡No se vayan!



PEDATA Y FUGA




 

Dejar salir lo que se tiene dentro...



Hay que dejar salir lo que uno tiene adentro, dicen refiriéndose al arte, a la escritura, en fin a diversos aspectos de la vida, pero puede ser peligroso y contraproducente tratándose de cosas más mundanas y ni qué decir de cuestiones fisiológicas... ¡cuidado!
Hay sitios, entornos y lugares adecuados para cada elemento a compartir: una exposición de cuadros será el lugar idóneo para exponer alguna obra de ese tipo...

- ¿De cual tipo? ¿De ése que vendía cuadros en la esquina?

- ¡No! No hablo de ese tipo, hablo de tipos de arte: pintura, literatura, danza, escultura... música! 

Una muestra o exhibición relacionada a lo que se quiere mostrar es sin duda el espacio que ha de buscarse para mostrar la obra que uno espera lucir ante el público, ya sea plástica, literaria, musical, culinaria, en fin, las posibilidades son muchas.

"Dejar salir lo que está adentro", qué bien suena la expresión... sin embargo es excesivamente obvia y previsible, primero que nada, para que algo salga, ese algo debe existir, formarse, desarrollarse, y si ha de salir, es lógico que tiene que estar adentro porque de afuera no se sale... ya se salió, qué más, sino no estaría afuera. Para salir, tiene que estar adentro... Dejar salir lo que se tiene dentro... dicho con seriedad ¡hasta impresiona!

- ¿O sea que es una perogrullada?

- Más o menos. Su valor dentro del campo semántico está en la íntima arenga que impulsa al autor a expresarse, aunque desde el punto de vista filológico-prosódico-coreográfico tiene una cierta debilidad connatural que la presenta evasivamente prescindente en al ámbito comedido y sobrio de lo utilitario. Está claro... ¿No le parece?

- Sí... ¡Como el agua cristalina de la fuente! (Mocedades)



Escogiendo el escenario


Yo he frecuentado museos, teatros, exposiciones...  la ópera me gusta mucho también, sobre todo cuando orquesta y coro retumban en un crescendo ensordecedor... es allí cuando uno puede manifestarse y sacar eso que tiene dentro y que tal vez incomoda a nivel gastro-intestinal. Un potente flato pasará desapercibido en el momento cumbre... lo malo es el olor que viene después, y con la prohibición de fumar en espacios cerrados nos han quitado el mejor recurso disponible: encender un fósforo, y encima hay que tener en cuenta que la sabiduría popular posee variados recursos para detectar al ejecutor.

"Quien primero lo siente, abajo lo tiene", dice uno de esos adagios, así que cuidado... espere a que otro haga algún gesto o comentario, y limítese a observarlo con los ojos fijos por un largo segundo... nada más. Déjelo al otro (a) con la responsabilidad del asunto y siga tan campante como antes.

Hay virtuosos del Pedata y fuga, que como el nombre deja entrever, se trata de una planificada eyección gaseosa seguida de disimulada e impecable huida, pero para eso hay que conocer perfectamente no sólo los tiempos intestinales y esfintéricos, sino también las diversas consistencias y propiedades permeático-filtrantes de los elementos que forman parte del atuendo del solista. Conocimientos de ingeniería textil y física cuántica también ayudan. Si se da el caso de un inesperado coro de flatulencias, manténgase fuera de la aromática conjunción, porque lo que puede parecer gracioso en un momento, traerá futuras desdichas. Solamente en patota de amigos se puede hacer gala de las aptitudes propias en este arte, lo cual tiene una franja etaria bastante estrecha - digamos que entre los catorce y lo veinte años - y no creo que ninguno de mis lectores ni lectoras pertenezca a dicho grupo, entonces tenemos que, fuera de ese ámbito (de la patota juvenil) es de muy mal gusto, y de mal olor.

- ¡Oiga usted! ¡Está promoviendo la pedantería entre los jóvenes!

- ¡Ja! Vaya a ver lo que hacen ellos y después seguimos discutiendo.

Uno de los mejores lugares para desarrollar este talento, según los entendidos, es la sección embutidos de los supermercados. Párese junto al jamón ahumado, o cerca de los tocinos en oferta, o mejor aún si es época de bacalao seco, al natural; solamente ponga atención a la parte sonora: si es usted un virtuoso del instrumento puede ejecutar la sinfonía cuando le plazca, pero si es un aficionado y/o no está seguro de la nota, bemol o sostenido, o sea del acompañamiento sonoro, no se haga problemas; simplemente espere a que empiece a girar cualquier motor cercano, la cortadora de jamón, la moledora de café o por último espere a que se le acerquen uno o dos niños chillando en dúo (que bien se merecen el gaseoso obsequio) junto a su atormentada madre... ése es el momento: ¡entonces o nunca! Déjelo ir, deje salir eso que lleva dentro y recuerde que más vale una tripa que cien amigos, en este caso salvará la tripa, y los amigos, felices, se recrearán en el variado aroma de los embutidos allí exhibidos.

- ¡Qué raro! - Dirán luego en casa - este jamón me parecá más oloroso cuando lo compré...

No diga nada, sólo deje vagar la mirada en un espacio indefinido entre su propia nariz y el interlocutor que espera alguna respuesta. El silencio es oro.
Puede decir algo neutro, como ¿Te parece?, pero cuidado con sonreír, que ese es el peor momento para hacerlo, si te preguntan ¿de qué te ríes? ya estás hecho. Es preferible no arriesgar y mantener una cara de zombi satisfecho hasta que cambie el tema de conversación. O hasta que se terminen el jamón, lo que suceda primero.

Este tema que tiene que ver directamente con la inspiración, no podía quedarse sin su copla, décima o duodécima, conformémonos esta vez con un humilde soneto, que es inspiración y sonido, sonora inspiración: Soneto... ¡Quédese usted quieto!




Soneto al plato

(o al flato, que viene luego)


Eclosión inesperada que nos turba
o soltura calculada que relaja,
intestino abarrotado que trabaja
en intrínseca faena que te arrulla.

Lo ingerido se elabora paso a paso:
se diluye, se revuelve y se desdobla,
elementos que entre gases ya redoblan
la potencia que ocultaban en el plato.

Lo comido y lo bebido se han juntado,
entrelazan sus efluvios, y en olores,
nos vendrán a sorprender por otro lado;

por lo tanto, es mejor ser precavido,
camuflándose entre aromas distractores
¡y que nadie adivine qué has comido!

~



4 comentarios:

  1. A estas alturas ya no importa el tono del alivio intestinal, hablo de mi, pues cuando empieza la sordera hay que mirar a los cuatro costados para aliviarse, pero a veces hay sorpresas y tarde te das cuenta que detrás tuyo hay una guapa chica, en este caso solo queda poner cara de circunstancia y hacerse el loco.

    Muy apropiado el cambio de nombre de tu blog, ya te iba a reclamar mi café, y sobre todo jocoso elegante y divertido en tu línea, felicidades

    Fernando Atala

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  2. Qué divertido que eres Ricardo, espero nos sigas teniendo entretenidos... ya es necesidad leer ahora las "Charlas de Café"

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    1. Mientras Dios me de salud ... claro que sí. Muchas gracias por tu opinión de este ínfimo filósofo.

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