domingo, 25 de septiembre de 2016

Discriminación en el Perú I

Parte 1 de 2


elotroladodelima.blogspot.com/


Cómo cualquier (ignorante) discrimina a los cholos.



En el Perú se da el caso indignante en que la población autóctona a sido discriminada y despreciada durante siglos por extranjeros venidos de no importa dónde, sin visa ni invitación. Los primeros fueron los que llegaron con bandera española y durante la invasión y robo llamados "conquista" fueron ayudados por algunas tribus o grupos de indígenas que estaban en lucha con los incas, y así, encauzando astutamente las divisiones internas para lograr apoyos circunstanciales; además de tener la ventaja de ser los únicos poseedores de armas de fuego y caballos; lograron ir haciéndose más poderosos consiguiendo ocupar pueblos y ciudades, pero a sus ocasionales aliados los veían siempre por encima del hombro, con desprecio. Solamente contaba la utilidad que podrían proporcionarles.

Luego sus descendientes, como cómplices y admiradores de tan discutible hazaña, acomodaron la historia para hacernos creer que un puñado de valientes conquistaron un gran imperio en pocos meses, cuando la verdad es que la lucha continuó hasta el año 1576 o más, habiendo constancia de otros incas que guerrearon después de la muerte de Atahualpa (a quien la historia oficial presenta como el último Inca) resistiendo desde la desaparecida ciudad de Vilcabamba, que fue la última capital del Tawantinsuyo después que el Cusco cayera en manos de los invasores.1

Pero ese tema es más extenso, sólo permítaseme decir que los indios (así llamados erróneamente) lucharon valerosamente, y al igual que en norte América, se hicieron también de caballos y hasta de armas de fuego que le robaban al enemigo, aunque no en cantidad suficiente como para lograr desalojarlos, sí para hacerles mucho más difícil la victoria que hoy nos presentan tan fácil e injuriante para la raza local.

El basureo y el desprecio vienen de lejos.

Mientras la lucha seguía palmo a palmo, los españoles fundaron su capital en un extremo del valle del río Mantaro, un lugar que hallaron tan agradable que le pusieron de nombre Jauja, que no es nombre inca ni huanca, es el nombre de un paraje imaginario basado en una leyenda de los españoles que habla de tierras maravillosas, una especie de paraíso terrenal donde todo es fácil y abundante, el clima agradable, el mejor lugar para vivir. A pesar de eso, tuvieron que dejarlo y salir huyendo a la costa para estar cerca del mar y embarcarse en caso necesario, así de precaria era su situación por esos días de 1535 cuando la lucha contra el imperio Incaico recién comenzaba; tras cruzar los Andes viajando hacia occidente llegaron, cerca del río Rímac y casi a orillas del océano Pacífico, a un hermoso valle y el 18 de Enero de ese año fundaron Lima. Como vemos, era verano, el sol radiante y la temperatura agradable los cautivó; dicen que preguntaron a algunos lugareños, porque en todas partes había pobladores autóctonos, qué tal era el clima allí durante el resto del año.



- Igual, señorceto, igual. Los jodió un indígena que por lo visto tampoco era muy inocente. Hay quien dice que fue un cacique llamado Taulichusco quien les jugó esa broma y los llevó a fundar la capital en un lugar que ostenta el dudoso título de poseer uno de los peores clima del país.



Lima tiene sólo tres meses de sol y nueve meses de niebla y humedad, aunque mantiene bien hidratado el cutis de las damas y caballeros - ¡bellas limeñas cómo gustan! - es terrible para la salud en general y los pulmones en particular.

Es así que siglos más tarde los limeños volvían a Jauja para curarse de la tuberculosis causada por la humedad, la falta de sol y la mala vida, o buena vida si se trata de las parrandas y amanecidas de señoritos de la alta sociedad y de bohemios de diversas categorías. Porque un criollazo caldo de gallina tomado en La Parada cuando ya amanece, tras una noche de orgiástica parranda, seguro que cae muy bien, pero no es suficiente para reparar el daño causado al organismo después de una maratón de amanecidas y chupaderas consecutivas. Eso, la fuga de bohemios, de cierta discutible manera enriqueció a la sociedad Jaujina y de paso a la Huancaína (Huancayo está allí cerca, a 50 km. y a la larga superó a Jauja en cuanto a desarrollo en general).

Lo que se ve es que al Perú siempre lo gobernaron los extranjeros y sus descendientes (biológicos o ideológicos) desde Lima, desde la costa, con la mirada puesta en el mar y de espaldas a un país que les era desconocido.

Los habitantes del resto de la costa eran considerados de segunda clase; los serranos estaban mucho más abajo en la clasificación, eran despreciados sin siquiera entender su idioma ni su cultura; los amazónicos ya ni hablar; eran considerados como monos que no habían terminado de evolucionar, de los cuales casi nadie sabía nada de nada, ni les importaba saberlo, lo que importaba a los limeños era que "tenían" una fabulosa y rica selva amazónica, peruana por supuesto, que la explotaban y la explotarían aún más a su debido tiempo.

Muchos de esos mal llamados monos o "charapas2", que en el imaginario de los urbanos habitaban su selva (de ellos: de los limeños) sin diferenciar de qué tribu o región fueran, no estaban ni entrados que existía y que formaban parte de algo llamado país y que tenía por nombre Perú.

Volviendo a los pobladores de la capital: Creían que ser limeños los hacía superiores a los demás peruanos, a pesar que gran parte de dichos limeños ni siquiera había salido de su gris y opaca ciudad a recorrer aunque sea una mínima parte del vasto territorio que desde su maliciosa ingenuidad se atribuían como propio. Yo vi a muchos de ellos asombrarse al descubrir en la sierra que el cielo es azul y las nubes blancas. Nunca antes lo habían visto de esa forma, acostumbrados como estaban a su gris atmósfera.

Los serranos se enteraron que existía algo llamado Perú mucho antes que sus connacionales de la selva; porque de la sierra, por sus propias características y por estar más cerca, salía la fuerza de trabajo para la agricultura, minería y trabajo en vías y ferro vías; así como la ¿carne de cañón? necesaria para engrosar las filas de ejército, marina, aviación y policía, siempre en rangos subalternos, claro, no iba a ser General del Ejército un cholo3 que ni sabe hablar, no iba a gobernar un barco un indio que nunca había visto el mar, no iba a pilotar un avión un auquénido que sólo había visto volar cóndores o chihuacos, ni iba a ser jefe de policía un cholo introvertido de impredecible comportamiento y nulo raciocinio. Así los veían en Lima. Entonces ¡A la tropa, nomás, qué más iban a ser!

Vergonzosas derivaciones: Paisana Jacinta.


Después, en años más recientes, se dieron casos vergonzosos de la persistente falta de cultura de la población urbana, sobre todo entre los a-culturados de Lima que son quienes manejaban los más importantes medios e instituciones del país. El caso más vulgar y que involucra a gran parte de la sociedad: la invención (y peor aún: el éxito) de La paisana Jacinta: ejemplo inmundo de esencia discriminadora sin base ni sustento alguno. Un personaje indefinido de aspecto repulsivo y de comportamiento errático que dice representar, en supuesta parodia, a la mujer serrana. Para comenzar mi alegato: mujeres serranas hay muchas y variadas, pero ninguna que se aproxime siquiera al esperpento mencionado. La paisana Jacinta no es una caricatura de la mujer peruana, es un reflejo del acomplejado limeño que proyecta en ese personaje todo lo que de sí mismo quiere esconder, lo que le asusta porque tal vez lo siente demasiado cerca; no es lo que ve en las verdaderas cholas si es que ha visto de cerca a alguna, es con lo que teme ser identificado o confundido; entonces en una burda huida hacia adelante, inventa ese detestable personaje para burlarse de él y ponerse a salvo de ser visto como lo que tanto desprecia: un cholo serrano. Él quiere verse a sí mismo como lo mandan Hollywood, Washington o Londres; triste alienado sin cultura que quiere identificarse con el gringo bacán o con el europeo elegante sin saber siquiera quien mierda es él mismo... perdón, se me salió la mierda porque tampoco soy de fierro y uno tiene su genio, qué le voy a hacer.

Lo más bajo.


Es así que en el Perú, tristemente, el cholo ocupa el peldaño más bajo en el orden discriminatorio. Está aún por debajo del negro, ni que decir del chino o del coreano, ellos ocupan puestos más altos y a pesar de ello a veces se quejan de discriminación ¡que no jodan! aquí los discriminados de verdad son los cholos, que se discriminan incluso entre ellos dentro de una alucinante categorización intra racial que determina gradaciones de creciente o decreciente choledad.

Los japoneses, al menos hasta antes de Fujimori (ahora no sé cómo será) eran bien vistos, a veces se les discriminaba por envidia, con escaso éxito, pues eran reconocidos como poseedores de una especial inteligencia.

Los blancos y los de cualquier otra raza también pueden ser discriminados en el Perú, todo depende de las condiciones particulares de cada caso, pero tratándose de situaciones puntuales y concretas, las excluimos de la presente clasificación. Sin embargo, más adelante ofreceré una muestra real y concreta de esta variante.

Observemos la patética historia actual, gran parte de los peruanos acepta ser cholo justamente cuando no se le ve tan cholo y cree estar a salvo de una verdadera choleada4 o choleo de parte de los demás ¿cholos?, porque está de moda defender lo cholo, pero hasta ahí nomás, porque quienes adhieren a esta nueva onda son por lo general cholos pitucos, chuchis, cholos bacancitos, cholos no tan cholos, pero que al fin de todas maneras merecen consideración porque a su manera y desde sus posibilidades tratan de enderezar el camino torcido de nuestra historia. Creo que la verdadera lucha por la igualdad se desarrolla en el resto del ámbito nacional, alejada de los centros mediáticos y de poder. Ya nos darán una muy buena sorpresa que al menos quien ésto escribe (o sea yo) la espera con emoción y optimismo.

¡Rompan filas!


Pero hay otros integrantes de la población, y son muchos, que quieren separarse completamente de la cholería, quieren tirar el bulto y cambiar su origen, su presente y su aspecto; como nuevos Michael Jacksons, abrumados por el desprecio a lo cholo y a los cholos, y no sólo por falta de ganas de luchar sino que llevados por su ansia, nacida seguramente del bombardeo mediático, de pertenecer al grupo de los elegidos; hacen lo que pueden y lo que no pueden por cambiar su fisonomía y separarse de una vez por todas de la indiada: tintura y ondulación de cabelleras, aclaración de cutis, cirugías plásticas (en especial de narices) para borrar rasgos delatores de esa esencia andina que ni quieren ni conocen; nombres extranjeros, estrafalarios o de misterioso origen, se hacen comunes: John, Charly, Kardy, Vanezza, Nicky, etc. etc. no siempre bien escritos, que eso no importa tanto; siempre es más fácil ponerse un nombre extranjero que cambiar un apellido autóctono mal apreciado, entonces con el nombre lo compensan y por allí van los Johnnys Yupanquis o los Washingtons Chuquichaycos. Son formas de irse separando de lo que debiera ser suyo, de su orgullo y su razón de ser.

Hay casos que dan vergüenza ajena. Cholos que se hacen pasar por hindúes o pakistaníes, o por mexicanos, o por lo que sea, todo menos ser cholo; cualquier cosa es mejor que ser cholo y sufrir choleadas. A ese punto se ha degradado la condición de los hijos del país, los tristes herederos de los Incas y de los Huancas (quechuas), de los aymaras y arawaks, y de las otras civilizaciones. tanto pre incas como de las que convivieron en esos años de lucha contra la invasión europea.

Reflejo en la política. 


No necesito decir que hasta en la política se dan esos casos de sometimiento a una cara o a un apellido, al contrario, es justamente allí donde se da la más escandalosa muestra de lo denunciado en estas líneas que pueden parecer ofensivas, pero puede ser que la supuesta ofensa sólo la vean quienes se resisten a entender, quienes no acepten nada de lo expuesto aquí, por eso digo Que entienda quien quiera entender, y quien no, pues que busque cualquier argumento para salir airoso con el complejo metido en el bolsillo.

Creo que en el Perú no sería posible un Evo Morales. Cuánto quisiera estar equivocado.

Así como están las cosas, por esta vez no habrá poesía.
~

(La segunda parte tratará de mi experiencia personal, la otra cara de la moneda, el próximo domingo - Gracias a quienes me honran brindándome su valioso tiempo)


1 Historia de la reconquista Inca.

Edmundo Guillén Guillén , Dr. en Historia , Dr. en Educación y Abogado.

2 Charapa. Gente de la zona de Iquitos, la única ciudad de la selva que merecía llamarse tal. Por derivación y desconocimiento se solía llamar de esa forma a cualquier individuo proveniente de la vertiente oriental de los Andes.

3 [persona americana] Que es mestizo de razas blanca e indígena y en el que, generalmente, prevalecen los rasgos étnicos indígenas.


4 Cholear: Insultar, sobreentendiendo que ser cholo es ser inferior.

4 comentarios:

  1. Ricardo, lo que dices es la verdad absoluta de lo que es el Perú, en el aspecto étnico y de lo que fue en la época de la conquista y saqueo español.

    Al cholo no lo aceptan los indios ni tampoco los blancos, en ese aspecto se encuentran en el Limbo, y tal vez sea esa circunstancia que a algunos los ha llevado a ser emprendedores y tener su propio negocio, negocio que no es accesible a los indios y a muchos cholos por su ignorancia, producto del abandono del Estado desde que somos república, este espacio lo ocupan los mestizos o cholos, para hablar con propiedad, y han sabido salir adelante y triunfar económicamente, de ahí los nombres estrafalarios, porque según ellos la plata "blanquea", y cholos con plata son aceptados por la pacata sociedad costeña en lugares e instituciones a las que no tenían acceso por los años sesenta, aunque se les acepta tapándose la nariz

    Lo lamentable y el origen de esto es que no tienen ninguna clase de valores, puesto que sus padres, por su ignorancia no se los han dado, por eso en época de elecciones en el interior del país votan por el color de la cara, no por ideas y/o programas, con los resultados catastróficos que hemos vivido en el gobierno del japonés (poner su nombre me saca ronchas) y con el cachaco que acaba de dejar el poder, con la triste huella de ser el peor presidente constitucional electo hasta ahora.

    Para que el cholo sea aceptado solo le falta educación, ojala el estado se la de, pero va a pasar una generación o más para que esto sea aceptado, te recuerdo algo que te conté de Abraham Valdelomar, que va de la mano con lo que tan bien has expuesto, él decía "El Perú es Lima, Lima es el Jirón de La Unión, el Jirón de la Unión es Le Café Concert, y Le Café Concert soy yo".

    Esa era la Lima del primer cuarto del siglo pasado, y en cuanto a la "choledad", tiene para rato

    Fernando Atala

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Fernando, como siempre tus comentarios completan y enriquecen lo que modestamente escribo. Siempre agradecido por tu atención.

      Borrar
  2. Escribir articulos de este porte seran siempre estimulantes, te sigo con interès. Me encantò la segunda parte por la franqueza de tu experiencia personal y como puedes darte cuenta este malestar social es muy actual ahora viene llamado bullismo; la familia es muy determinante como apoyo y punto de referencia y has tenido bien en cuenta esto. Me han hecho sonreir y recordar muchas cosas tus anècdotas. Gracias!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Valiosísima Isabel, como ves, tengo pocos comentarios, y estos son muy valiosos y necesarios para cualquiera que escriba, para saber qué piensa la gente sobre los temas tratados y cómo uno los enfoca. Aprecio mucho tu colaboración y tu interés y espero que sigas leyendo mis cosas. Y también que vuelvas a opinar, mal o bien, es bueno saber qué piensan quienes leen. Gracias.

      Borrar