Buscando en mis escritos inéditos encontré este cuento-poema, posiblemente no publicado en su momento por algunos escrúpulos ya superados, que es una manera más delicada de decir que se ha perdido la verguenza. Entiendo que le faltan algunas cosas y le sobran otras tantas, pero si fue escrito, que su destino no sea el olvido eterno y ya que este blog es visitado por lectores tan generosos creo que tiene merecido un lugar en el mismo, en el blog, dónde más iba a ser sino...
CUIDADO
CON EL AVC...
¿O
SERÁ EL ADN?
-
¡Permiso! ¡Por favor... qué fastidioso!
escuché
a una moza acalorada,
tratando
de subir de la calzada
aturdida por el tránsito ruidoso.
Antes
de irse, la señorita en cuestión,
yo
no sé si a propósito o casual,
me
obsequió un codazo sin igual
provocándome una justa reacción.
-
¿Nerviosa... ? ¿está su mes atrasado?
-
Al contrario, está bien acomodado,
que
si estuviera en semejante apuro
el
talante mostraría menos duro,
buscaría
algún ingenuo, qué mejor,
que
inocente me haría un gran favor.
-
No se puede, hay examen de AVC.
-
¡ADN! ¡Que tan bruto será usted!
No
mi niña... digo: A Ver para Creer,
que
en estos tiempos tan desprejuiciados
no
serán excesivos los cuidados
que
el varón sabiamente ha de tener.
Aunque
está equivocada señorita
si
imagina que no encontrará un querer,
hay
algunos que ya no van a poder
¡pero
el gusto de tenerla quién les quita!
Es
decir que si está fertilizada
para
muchos puede ser el gran negocio:
no
tendrían que interrumpir el ocio
para
ver la familia ya formada.
-
¿En verdad caballero piensa así?
ayúdeme
a encontrar un pretendiente.
-
No puedo, tiene nombre de maní
y
es cosa no tenida por decente,
algo
muy parecido a cacahuete.
-
Explíquese, que no entiendo del asunto.
-
Con curiosidad sincera le pregunto:
¿me
ha visto usted la cara de alcahuete?
Y
además, a causa de ese interés
que
usted en el tema ha demostrado,
me
pregunto si esconde algo pasado
ocurrido
alguna noche de kermés.
-
Si, estoy en estado interesante
aunque
no se me nota todavía,
por
éso me sorprende que me diga
que
lo adivina, o sólo es un farsante.
-
Tomemos un café, y yo le explico
lo
que mejor a usted hoy le conviene,
precisamente
aquí mismo lo tiene,
el
café de Damasco es el más rico.
- Halagar
a las damas qué bien sabe
acepto
muy contenta su convite.
- El
honrado soy yo, si me permite,
veo
una mesa bajo el arquitrabe.
-
Pero andar con un viejo es desperdicio,
pues
tal vez ni santiguarse pueda
y
como ve que bastante me queda,
quiero alguien que me haga un buen servicio.
¿Y
sabes bien de quién es el que viene?
a
ver qué solución tengo esta vez.
-
Claro que sí, de mi ex-novio japonés,
lo dejé porque él no me conviene.
-
Extraña decisión, son buena gente,
raza
trabajadora de honor sin par.
-
Si, pero precisamente este ejemplar
no
le hace honor al sol naciente.
-
¿Es esa decisión definitiva?
-
Segura, piense en una solución.
-
Si es así, sólo veo una salida:
cuanto
antes, un paseo por japón.
~
o ~
Definitivamente eres un sin vergüenza fantástico, sin tu café ya no hay fin de semana, ya no hay risa ni buen gusto ni alegría, yo no se cómo te cabe tanto en la cabeza.
ResponderBorrarTe felicito, no dejes de escribir, que lo demás viene de tu naturaleza por añadidura.
Fernando Atala
Más vale tarde que nunca... casi te dejo sin café este domingo. Gracias por tu atención.
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