domingo, 28 de agosto de 2016

Un viejo amor





Eran jóvenes, ajenos a ciertas cuestiones y preocupados por algunas otras que les parecían importantes aunque en verdad no lo eran; por eso es que pasado un tiempo ya ni recuerdan de qué se angustiaban; así suele ser en esos años, cuando se empieza a vivir, con tantos sueños en la cabeza y sin ninguna experiencia.
Se conocieron primero de vista, él era un joven apasionado y ella una alegre y linda moza que al poco tiempo de comenzar la amistad se fue de la ciudad, y no se vieron más. Él se había acercado muchas veces a ella, notando que se alegraba casi tanto como él cada vez que se encontraban. Y hasta allí llegaron, no pasó nada más, ya que por una cosa u otra, no había oportunidad de hablarle, casi siempre era por falta de un lugar donde poder hacerlo a solas; sin embargo, por lo menos una vez estuvo en situación de hacerlo... y no se atrevió.
Él se culpaba siempre por esa... cobardía, y pasado el tiempo, cuando menos imaginaban que podría suceder lo que parecía imposible, sus caminos se volvieron a cruzar. Qué chico parece el mundo algunas veces, y otras parece inmenso, inacabable.
Para alegría de los dos, se encontraron otra vez, y ya sin ningún temor se contaron sus cosas.




Cobardía

 

Yo la subí hasta las nubes,
o más, hasta a las estrellas,
el temor me hacía verla
lejana, y nunca la tuve,
y fue así que yo no pude
declarar mi amor por ella;
con esa dulce doncella,
tan sólo en sueños estuve.

Ya después, pasado el tiempo,
nos volvimos a encontrar
y empezamos a charlar,
ella alegre, yo contento,
llegamos a ese momento
imposible de evitar,
y yo me animé a contar
mi amor y mi sufrimiento.

Sonrió... tomó mi mano
y me dijo con cariño:
parecíamos amigos,
pero yo estaba esperando
y no te imaginas cuánto
que me hicieras un pedido,
que te quedaras conmigo
y hasta hoy te sigo amando.

¡Ah terrible cobardía!
cómo atormenta pensarlo
y da dolor aceptarlo
en esta hora tardía,
a pesar que yo tenía
inmenso amor para darte
no me atreví a preguntarte
si tú querías ser mía.
~

1 comentario:

  1. AH, cuantos recuerdos de mi despertar al amor me traen tus versos, muy bonito y tierno, gracias, te felicito

    Fernando Atala

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