domingo, 1 de mayo de 2016

Conociendo a Manuel Gonzáles Prada: Poesía.




Conocer a Manuel Gonzáles Prada (ensayista, pensador, anarquista y poeta peruano [1844-1918]) por una de sus obras, la más nombrada y a la vez intencionalmente escondida: PÁJINAS LIBRES, y luego leer sus poesías lleva a una cierta sorpresa, algo inesperado en cuanto a la suave musicalidad de sus estrofas y la pura imaginación de su contenido.
El mismo autor que exclama furibundo: ¡Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra! y que denuncia sin rodeos que la putrefacción de la sociedad es tal que donde se pone el dedo salta la pus; es el que también escribe los bellos versos que leeremos a continuación y que muestran otra faceta de este ser humano excepcional.

Amar sin ser querido

(Manuel Gonzáles Prada)

Un dolor jamás dormido,
una gloria nunca cierta,
una llaga siempre abierta,
es amar sin ser querido.

Corazón que siempre fuiste
bendecido y adorado,
tú no sabes, ¡ay!, lo triste
de querer no siendo amado.

A la puerta del olvido
llama en vano el pecho herido:
Muda y sorda está la puerta;
que una llaga siempre abierta
es amar sin ser querido
~


El amor

(Manuel Gonzáles Prada)

Si eres un bien arrebatado al cielo
¿Por qué las dudas, el gemido, el llanto,
la desconfianza, el torcedor quebranto,
las turbias noches de febril desvelo?

Si eres un mal en el terrestre suelo
¿Por qué los goces, la sonrisa, el canto,
las esperanzas, el glorioso encanto,
las visiones de paz y de consuelo?

Si eres nieve, ¿por qué tus vivas llamas?
Si eres llama, ¿por qué tu hielo inerte?
Si eres sombra, ¿por qué la luz derramas?

¿Por qué la sombra, si eres luz querida?
Si eres vida, ¿por qué me das la muerte?
Si eres muerte, ¿por qué me das la vida?

Quien quiera leer a Gonzáles Prada puede buscar directamente sus obras, pero no quiero dejar de citar otro poema, además de los dos anteriores que tratan de amor, éste que nos da una clara percepción de su sentir filosófico y de su molestia ante lo sucedido con los dos últimos Incas del imperio del Tawantinsuyo.
Para quienes no lo sepan, en una guerra civil Atahualpa se enfrentó y mató a su medio hermano Huáscar. Su padre, el Inca Huayna Cápac, había muerto de una enfermedad, la misma que acabó también a quien había designado para sucederlo. Al final, dos de sus hijos pretendieron la elevada posición, y aunque Huáscar tenía más derechos el otro no lo quiso aceptar y ya sabemos lo que sucedió.
El triunfo no le duró mucho a Atahualpa, y aún las luchas internas continuaban cuando fue hecho prisionero por Francisco Pizarro, en Cajamarca, y luego condenado a muerte en el garrote. La orden de ejecutar a su medio-hermano Huáscar la dio estando cautivo de los españoles en el año 1533. Según cuenta la historia oficial, así acabó el imperio incaico, pero hay documentos que nos dicen que la lucha continuó hasta 1572, y que después de Atahualpa hubo más Incas, legítimos, por lo que la conquista del Perú no fue tan fácil como nos quieren hacer creer, pero éso ya merece un tratado aparte. Sobre Huáscar y Atahualpa trata este poema de Manuel Gonzáles Prada.


La sombra de Huáscar 

(Manuel Gonzáles Ptada)

En su lecho, prisionero,
Yace Atahualpa dormido;
Mas despierta, se incorpora,
Arrojando al aire un grito.

-«¿Quién me toca con sus manos?
¿Quién me llama con gemidos?
¿Qué visión de los sepulcros
Turba mi sueño tranquilo?»

-«Quien te llama y te despierta,
Quien suspira en tus oídos,
Es Huáscar ¡ay!, es tu hermano,
Es el cadáver del río.

En vano sueñas rescate
Y el real poder antiguo;
De mí piedad no tuviste,
No la tendrán, no, contigo.

A la tierra de los muertos
Pronto irás, bastardo inicuo:
Atahualpa, fui delante
Para enseñarte el camino».

La adusta sombra de Huáscar
Se disipa de improviso;
Atahualpa se estremece
De mortal escalofrío.
~

Es cierto, Huáscar solamente se adelantó en el camino y muy pronto lo siguió Atahualpa. Seguramente, para quienes creemos en alguna clase de existencia en el más allá, la ambición y los celos que los llevó a luchar por ganarse un imperio, no tienen cabida en esa otra dimensión.
 - - -

Don Manuel Gonzáles Prada, permítame que perturbe tal vez su eterno descanso, pero de alguna manera los de ahora quisiéramos decirle algo,  es por éso que con humildad y respeto me dirijo a Usted.



A Don Manuel Gonzáles Prada

(Ricardo Kajatt Sumar)

Usted se fue Don Manuel
y algunos los han recordado,
no sé si ha arado en el mar,
en el mar contaminado.

A usted Don Manuel Gonzáles,
que nos dijo claramente
que se pudría la gente,
le digo no hay quien nos salve.

Don Manuel Gonzáles Prada
aunque usted hizo su parte,
me permito asegurarle:
con palabras no bastaba.

José Manuel de los Reyes
Gonzáles de Prada y Álvarez
de Ulloa, por si faltara
quien su nombre conociere.

Van a ser casi cien años
desde su triste partida,
la patria de muerte herida
se la comen los gusanos.

Manipulando las leyes,
respetado Don Manuel,
el cadáver es pastel
para estos delincuentes.

Así pues, Gonzáles Prada,
como bien nos advertiste
y tan claro lo dijiste:
ahora no nos queda nada.
~
28v

2 comentarios:

  1. Muy bien Ricardo, me emocionaste, ralmente Gonzales Prada fue un gran hombre incomprendido, y lo dicho por él continúa vigente; pobre Perú.

    Fernando Atala

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    1. Pasado un año te respondo, y agrego, pareciera que la gran mayoría de peruanos en cargos de poder no se merece el cargo ni el país que tiene. Ojalá esté yo equivocado y dentro de una o dos generaciones el país no esté ya definitivamente en poder de otra gente.

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