Al mejor tirador se le va el tiro.

 Un poema romántico sarcástico. La vida es así, con blancos, negros, grises y colores.

Cacería

Al mejor tirador se le va el tiro,

perdiendo el tiro pierde la paloma,

pobre de mí, no acierto ni a la loma

y el ave se me va mientras la miro

sin imaginar cuánto suspiro,

sin saber que el alma me rompió en pedazos

volando feliz lejos de mis brazos,

no sabe que deja una enorme pena,

un triste final, a mí me condena

viéndose ella libre de mis pobres lazos.

Yo nunca pensé meterle un balazo,

cuando digo tiro sólo es figurado

es porque el refrán así lo ha expresado

y se entiende fácil sin mucho trabajo,

en cambio fue ella que me dio un flechazo

dejándome herido, librado a mi suerte,

no entiendo por qué disparó tan fuerte

si con mucho menos ya me habría herido.

Cuando no calculan estamos perdidos

porque ni se enteran que así nos dan muerte.

Espérate nomás que me levante

paloma fugitiva y despiadada,

que te agarre distraída o despeinada

y te voy a enseñar lo que es aguante

sin por éso dejar de ser galante,

primero he de quitarte la ballesta

para que no dispares a lo bestia 

ni te ensañes con otro testarudo;

y aunque a mí me dejaste tartamudo

vivo estoy, y lo digo con modestia.

Conmigo aprenderás varias lecciones

que anotadas están en mi cuaderno,

suavemente, verás que yo no muerdo

y te corrijo sin darte vacaciones,

tendré que regularte las pasiones,

hacer cuidadoso balanceo

calibrando impulsos y deseos

y a tus flechas bajarles la potencia;

con cariño, mil mañas y paciencia

al fin vas a saber cuánto te quiero.

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