domingo, 30 de agosto de 2015

Pobre animal, cómo te quiere.

Ante el indiscutible éxito de la anterior poesía del perro, que está aquí mismo un poco más abajo, me perecía que el gato también merece lo suyo, aunque por el momento no tengo ningún felino cerca, felizmente, ganas de tener uno, o mejor una, no me faltan. En esta poesía he puesto todo, me he jugado completo, arriesgando la vida, la mía y la del gato, los dos detrás de los mismos ratones. 
¡Ah... lo que es la vida!

 
Pin Up de Joyce-Ballantyne-1954

Tú, el gato... y yo.



¿Qué pasó, qué hizo el gato?
mira que el pobre animal
hace todo por mimarte,
te busca, quiere mirarte,
y si tú lo tratas mal
me parece un acto ingrato.

Para el gato eres la diosa
majestuosa, inalcanzable,
vales más que mil ratones
y espero que me perdones
si te veo tan variable
respecto de aquella cosa,

es que estamos confundidos,
yo y el gato, en ese orden,
por tus deseos cambiantes;
lo que me dijiste antes
no sé cómo lo acomode
si no soy tu preferido.

Sacas al pobre animal
y mi conciencia perturbas,
porque me dejas pensando
que me estoy acostumbrando
a dejarte hacer las tuyas
y al final me puede ir mal.

El gato y yo, en ese orden,
de ti habíamos gustado
y aguardamos tus caricias,
mas noto alguna malicia
viendo cómo lo has dejado
despeinado y en desorden.

A ver cómo te compones
para volverte a querer
y me acaricies el lomo,
que aunque a mal no me lo tomo
pues si no me quieres ver
ya ni me hago los ratones*.

~ o ~

* "Hacerse los ratones" significa tener fantasías sexuales con alguien... o con algo. No tiene nada que ver con "hacerse la rata" que se refiere a faltar a la escuela, colegio, universidad, academia, etc... o también al trabajo y quien sabe cuántas cosas más, depende del contexto. 

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