miércoles, 26 de agosto de 2015

Amor a los animales

No está demás aclarar que el amor a los animales que inspira esta poesía se refiere, en este caso concreto, al perro; la presencia o digamos que el intercalamiento de una figura humana de género femenino, es puramente casual. Ella no es ningún animal, ya lo sabemos desde hace mucho tiempo, aunque se le tiene que querer igual, por sus propios merecimientos.  
Dicho lo anterior para evitar malas interpretaciones, prosigo con la exposición del poema anunciado, que, como puede verse, hasta en el título va ella por delante, para que no queden dudas de la considearción que se les otorga, porque podría haber sido: "Yo, el perro y tú", o "El perro, tú y yo", pero no, de ninguna manera, aunque tan mal no estaría. Hasta "El perro y tú" podría ser el título en una exageración del amor perruno, pero no.
Entonces:

Tú, el perro, y yo

 



¡Sólo piensas en tu perro!
me dijiste el otro día,
y en tu rostro percibía
una firmeza de hierro;

¡sólo piensas en tu perro...!
¡Qué calumnia más infame!
permíteme que reclame
que esa acusación no creo.

Yo que vivo para ti,
que mis desvelos provocas,
de injusticias me sofocas
si me calumnias así;

yo de perderte me aterro
y si me dejas me enluto...
permiso, dame un minuto
que me está llamando el perro.

Te decía que te adoro,
sin ti no puedo  vivir
¿qué es lo que acabo de oír?
si he dejado al perro solo...

parece que está gimiendo,
voy a ver de qué se trata,
porque si no se aclimata
mañana estamos volviendo.

Viajar con el pobre chucho
sin haberle preguntado
si la playa es de su agrado
me parece que ya es mucho.

Porque a tí todos los gustos
quiero darte sin demora...
¡Está moviendo la cola..!
ya se le ha pasado el susto.

Soy feliz que seas mía,
que me entiendas y me apoyes...
ladró el perro, ya lo oyes,
voy a darle su comida.

Tú con tus locos reclamos
me acusas de no quererte,
que no sé corresponderte,
que así no son otros amos,

perro es perro, que exagero
mi amor por el animal,
que las cosas andan mal
porque más que a tí lo quiero;

que soy un tal para cual,
que tu amor no me interesa,
que si amanecieras tiesa
para mí sería normal;

que al perro lo quiero más,
tantas veces me lo has dicho
que ya parece un capricho
y así nada ganarás.

Es una gran decepción
que no te guste el perrito
y mejor no lo repito
porque a esta discusión

voy a ponerle un final
y no me vuelvas con ésa,
escúchame bien princesa:
A los dos los quiero igual.

~ o ~


3 comentarios:

  1. Ricardo, este poema no lo había visto, me gusta mucho por la forma en que quieres a tu perro, y a tu esposa, pues yo quiero igual al mío, muy bueno

    Fernando Atala

    ResponderBorrar
  2. ¡¡¡Buenísimo!!! espero que se repita.

    ResponderBorrar