¡Cómo come la familia!

¡Cómo comen!

MASTODONTE

Me has invitado a tu casa

otra vez y francamente,

no es que pretextos invente,

que si nuevamente pasa

lo que mi mente repasa

no he de ser indiferente,

si mi instinto no contengo

después ya ni me sostengo.

¡Cómo come la familia!

en verdad es caso serio,

variante de zoofilia

lo que no es un vituperio

ya que la carne concilian

con excelente criterio,

no importa la guarnición

siempre que venga un montón.

Con que sean animales,

caminen, naden o vuelen;

peces, mamíferos, aves;

por ninguno se conmueven...

sean duros, sean suaves,

se rejunten o se ahueven,

¡todos van para la olla!

si es posible con cebolla.

Si no tienen buen tamaño

lo suplen con cantidad,

comiendo nadie es huraño

¡vaya generosidad!

no hay bicho que sea extraño,

con ninguno se abstendrán,
no sólo un rinoceronte...
¡Se comen un mastodonte!

Todo se quieren comer

con semejante apetito,

y les parece bonito

aumentar la redondez

por éso cuando los ves,

al derecho o al revés,

no sabes si estás mirando

o lo estás imaginando.

Si, se comen cualquier cosa,

pero son muy precavidos

porque ni la más golosa,

tampoco el más atrevido,

cometerán la insidiosa

condición que da castigo:

Comerse a la cocinera

¡pues de ninguna manera...!

No gustan mucho de espejos,

es lo que dan a entender,

nomás los miran de lejos

pues no se pueden comer,

no interpretan sus reflejos

o no los pueden creer,

ya les parecen normales

tamañas humanidades.

Los varones elegantes

no están gordos, son robustos;

en las damas no hay contrastes:

se confunden panza y busto.

No quiero ser petulante

y menos causar disgusto,

que una vaca en regaliz

no es igual que una perdiz,

por éso no voy, intuyo

que otra vez va a ser igual:

becerros, vacas, chacal,

ningún animal excluyo,
 carne asada estilo Cuyo...

pero viene el carnaval,

y aunque parezca chamullo

quiero cuidar mi visual.

~ o ~