martes, 7 de abril de 2015

Está buena, rinde y es potente.


Lo que tengo de bueno...


De chiquito me decían:
qué lindo, tan inocente...
éso opinaba la gente
y en ese tema insistían;

después, claro, fui creciendo
y muchas cosas cambiaron,
los halagos acabaron
y las cosas fui sabiendo;

no fue mucha la inocencia
que en mí pude conservar
aunque no llegó a faltar
algún grado de decencia.

Ya nadie me llama lindo,
menos mal, éso no cabe,
pues quien me conoce sabe
que de esas cosas prescindo;

tampoco hay que exagerar
en los benditos modales,
que los míos son normales
y a nadie darán que hablar.

No seré más angelito
pero en compensación
les daré una explicación
de lo que tengo bonito:

Es grácil, de buen tamaño,
normalmente no la muestro
y de esa forma demuestro
que no me gusta el amaño;

mas no es que sea tacaño,
en verdad soy generoso
y sin darme de rumboso
tampoco soy muy huraño,

término medio, medido,
respetuoso de los modos
con paciencia la acomodo
y así a muchas he rendido;

ya se irán imaginando
éso que tan bien manejo,
porque aún no estoy tan viejo
y puedo seguirle dando;

no me gusta que se moje
que se ensucie o se maltrate,
tampoco que se me achate,
no soporto si se encoje;

de motor está cañón
y merece buen aceite
porque nos da gran deleite
que hasta parece ficción;

de combustible, el mejor
que encontrar en plaza puedo,
que al final no me lo quedo
y es tan acariciador...

Ya la imaginan completa
tras mi buena descripción
de aquello que es mi pasión:
mi hermosa motocicleta.

~ o ~


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