Si dios quiere y la virgen permite...
No puedo
negar que la primera vez que oí semejante compuesto binario como condición para que algo se cumpliera o fuera posible, quedé
sorprendido y alarmado de las consecuencias que pueden surgir de
combinar palabras e ideas así nomás, porque sí, alegremente y sin
meditarlas. ¡“Si Dios quiere y la Virgen permite...”! He oído
cosas curiosas, cosas absurdas, cosas sorprendentes... ¡pero éso!
Me parece que se merece una categoría aparte.
Para
dejar clara mi posición respecto a la intervención divina en el
quehacer diario de la humanidad y del universo todo, diré que no
creo que Dios se ocupe personalmente de cada acontecimiento pequeño
o grande de su creación. Imagino un Dios que ha creado un cosmos
regido por leyes que Él mismo le ha impuesto, lo que me lleva
también a no creer en los milagros, porque serían una transgresión
a sus propias leyes.
No
es un Dios ocioso que creó y ya ¡listo! a reposar. No, lo imagino
compenetrado a tal punto con su obra que el universo es él mismo.
Así no hay ociosidad ni relajo; o tal vez sigue creando universos
infinitamente. Pero esas cosas ya escapan a lo que nos compete a
nosotros: insignificantes para tanta enormidad y a la vez tan
valiosos como los mundos o las estrellas.
Cada
quien es dueño y señor de su libertad de creer o no creer. Defiendo
la tesis del libre albedrío, siempre condicionado por las
mencionadas leyes; que las conozcamos o no, ya es otro asunto. Así,
haciendo uso de mi libertad de creer, no acepto la idea de un dios
que, cual político deshonesto, cual autoridad espuria, cual mal
policía, se exima a sí mismo de cumplir las leyes que según el
orden establecido el universo entero debe acatar. Por éso no me es
posible creer en los milagros.
- ¡Pero Dios es Dios y hace lo que quiere!
- Puede
ser, pero yo en ese dios no creo.- ¡Pero Dios es Dios y hace lo que quiere!
- Y si se estuviera muriendo tu madre... ¿No suplicarías? ¿No desearías un milagro?
- Podría ser, pero éso no cambia nada de lo expuesto; sólo serviría para exponer la humana debilidad que tampoco me es ajena.
Si
Dios quiere y la Virgen permite es una expresión alucinante que
implicaría no sólo que Dios está supervisando continuamente y en
detalle nuestros asuntos, sean importantes o banales, lo que, por más
Dios que sea, sería una tarea no sólo abrumadora sino también
innecesaria, dado que sus leyes lo regulan todo de la manera más
justa, aunque muchas veces no lo entendamos. Pero lo que ya roza lo
tragicómico es la segunda parte de la invocación: Si la virgen
permite. ¿Insinúa tal vez que
podría darse el caso de que aunque Dios quisiera algo, la virgen
tendría poder de vetarlo? ¡Qué es éso! ¿Y cuál sería la
condición desde la cual actuaría de juez supremo? ¿Como madre o
como esposa? Porque Dios Padre engendró en ella al Dios Hijo,
entonces tiene esa diferente condición dependiendo de a cuál de los
dos dioses se refiera, que son dos de las personas que conforman la
Santísima Trinidad; a la tercera persona, que sería la paloma del
espíritu santo, la dejo tranquila... más para sosiego nuestro que
de Ella, por las dificultades que nos causan sólo dos de las tres
personas que articulan al Único Dios Verdadero de una religión que
a pesar de esa pluralidad se sigue considerando monoteísta. Y ya de
los santos ni hablemos; vienen a ser una especie de dioses de segunda
categoría (antes había semidioses), pero con derecho a adoración
diferenciada según de cuál de ellos se trate y hasta con prestigio
propio y cofradías separadas y a veces hasta enfrentadas;
piadosamente, éso sí.
- Los santos son para servir de ejemplo, no para adorarlos.
- Los santos son para servir de ejemplo, no para adorarlos.
- ¡San Judas! ¡No me jodas! ¡Cómo va a ser santo ese traidor!
- ¡No hombre... éste es otro!
- ¿Otro Judas? ¿¡Hay otro Judas!?
- Sí...
era un nombre muy común en esos tiempos, dicen algunos que San
Judas era primo de Jesús, lo que no está comprobado, pero sí fue
uno de los doce apóstoles. Después de la que se mandó el otro
Judas, el famoso, el de Iscariote (una isla), el malo, el que dicen
que se colgó de un árbol y sus entrañas se desparramaron... ¡qué
raro! Después de éso, ya nadie quiso ponerle ese nombre a ninguna
criatura, no sólo humana. Ya nadie se llama Judas, se acabaron los
Judas... por lo menos de nombre, porque los sigue habiendo en
cantidades considerables y en casi todos los estratos de la
sociedad.
- ¿Nombre del niño?
- Judas Iscariote Ramírez Díaz.
- ¡Nooooooo!
- ¿Qué hace aquí Sargento Judas?
- Me envía el comandante para hacer una inspección y redactar un informe.
- ¡Gulp!
- Aquí les presento a su nuevo compañero de trabajo: Judas Demerd.
- ¡... que lo parió!
Parece que ya no hay lugar para un Judas, desde ese aciago día y hasta la actualidad, el nombre a quedado marcado con el estigma de la infamia; y el otro, San Judas Tadeo, ha tenido que soportar tal cantidad de vejámenes gratuitos por causa del desconocimiento de su persona, que ya sólo por éso se le podría considerar santo. Ejemplo de paciencia y comprensión. Aunque así de muerto, cualquiera aguanta, hasta yo.
- ¿Es el santo patrono de los mecánicos, entonces?
Imaginemos
lo siguiente:
En
la escuela:
- ¿Nombre del niño?
- Judas Iscariote Ramírez Díaz.
- ¡Nooooooo!
En
el cuartel:
- ¿Qué hace aquí Sargento Judas?
- Me envía el comandante para hacer una inspección y redactar un informe.
- ¡Gulp!
En
la oficina:
- Aquí les presento a su nuevo compañero de trabajo: Judas Demerd.
- ¡... que lo parió!
Parece que ya no hay lugar para un Judas, desde ese aciago día y hasta la actualidad, el nombre a quedado marcado con el estigma de la infamia; y el otro, San Judas Tadeo, ha tenido que soportar tal cantidad de vejámenes gratuitos por causa del desconocimiento de su persona, que ya sólo por éso se le podría considerar santo. Ejemplo de paciencia y comprensión. Aunque así de muerto, cualquiera aguanta, hasta yo.
- ¿Es el santo patrono de los mecánicos, entonces?
- No dije compresión... dije comprensión.
Hoy
en día, la tradición católica lo venera como el santo de las
causas difíciles y desesperadas*. O sea que en estos días difíciles
y desesperados, tiene más trabajo que nunca, pobre santo... y encima
con ese nombre.
Bueno, si Dios quiere y la Virgen permite, estaré publicando este artículo en mi blog... si lo leyeron, ya pueden imaginarse que Él quiso verlo publicado... y que la Virgen lo permitió.
Bueno, si Dios quiere y la Virgen permite, estaré publicando este artículo en mi blog... si lo leyeron, ya pueden imaginarse que Él quiso verlo publicado... y que la Virgen lo permitió.
Estoy
salvado entonces.
Y gracias a San Plácido, porque la tarea no fue tan ardua como para tener que recurrir a San Judas Tadeo. Judas a secas, no; ni para los amigos.
Y gracias a San Plácido, porque la tarea no fue tan ardua como para tener que recurrir a San Judas Tadeo. Judas a secas, no; ni para los amigos.
~ o ~
*
¿Y cuál es el santo de las causas fáciles que a nadie agobian?
¿Será San Plácido? A ése nadie le reza pero se la pasa de
maravilla.
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Se te pasó JUDAS PRIEST --- England
ResponderBorrarSoy del todo ajeno a esa clase de música. Ni sabía que existían, lo busqué en google, y ... ya veo de qué se trata. Por mí, que sigan en paz.
BorrarTienes razón, se me pasó. ¡Existe alguien o algo llamado Judas hoy día! - Bueno, siempre hay cómo acomodarse: Diremos que se trata de la excepción que confirma la regla... ¡Bendito dicho que nos cae como salvavidas para ahogado!
BorrarMe parece que una intención evidente es "mamar gallo", pero te serviría un poco que al hablar de Dios, con "d" capital, te refirieras a lo que a Él es más cercano y estático, pero no muerto: La Biblia. Ya sabemos eso de las transgresiones cometidas intencionalmente y con ánimos variados que han sido perpetuadas por muchas sectas y la iglesia católica no está exenta, bueno, es protagonista, de hecho. Pero, mi punto es que si bien tu punto e intención personales son claros, sé un poco más serio con lo que haces y no des lugar a que te derrumben argumentos y quedes propenso a la exposición al ridículo: si vas a hablar de Dios, con "d" capital, toma en cuenta lo que a él es cercano y su verdad, jugar a creer en y criticar o atacar a Dios basándose y siguiendo la doctrina católica es viajar a la deriva. No sé si sabes, pero la doctrina católica está muy lejos de lo que quiere Dios y de lo que hace. Tú sabes, como todos, que la verdad está en Dios, en Jesús, no en lo que las iglesias han impuesto lejos de la Biblia, y lo que el mundo dice con tanta soberbia y apresuramiento inmaduro. Reconoce, y ponte pilas hombre. Que la vida no es un juego, o ¿tú juegas a vivir?
ResponderBorrarY los milagros si existen...el mismo Jesus del que el mismo hablo es la prueba más grande de ello...
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