viernes, 25 de abril de 2014

Nunca más supe de ti, no supe nada.

Imagen tomada de http://historiadofeocromocitoma.blogspot.com

MI CENICIENTA


Conocerte de manera inesperada
como era todo en ti, desconcertante;
me impresioné desde el primer instante
al ver el resplandor de tu mirada.

Te vi como toda una princesa
sin notar tu dolor de cenicienta,
te deseaba aunque sin darme cuenta,
atrapado en el fulgor de tu belleza;

víctima inocente del perenne drama
de falta de un padre, amor y cariño,
también otras veces la ausente es la madre
que te hace por siempre ser un triste niño.

Viviendo con la tía por madrastra
soportaste un destino despiadado,
aunque por lo que vi, no había logrado
inculcarte el rencor que todo castra;

al contrario, tan feliz y venturosa
te mostrabas ante el mundo sin temores
y en la lucha superaste los dolores,
sanaste heridas y saliste airosa.

Que un extraño destino nos juntara
no es cosa que podamos entender,
fui tu amor, tú fuiste mi querer,
sin cálculos, sin planes y sin nada;

la gente no gustó de esa inocencia,
tenían que acabar con nuestra dicha,
y mientras uno insiste y se encapricha
lo infame trabaja con paciencia;

otra vez la historia se repite
o me voy yo o se va la amada,
la aventura estaba condenada
y acabada no hay quien la resucite.

Fue una terrible mañana de verano,
el cielo estaba azul, sereno y limpio;
me sentí expulsado del Olimpo
y en triste soledad te busqué en vano;

me robaron tu amor, nos arrancaron
lo más tierno que jamás tuvimos,
desde ese día en adelante fuimos
los que en rostros ajenos se buscaron.

Nunca más supe de ti, no supe nada;
tu dulce compañía viró ausencia,
las horas que pasamos, olvidadas,
casi me hacen dudar de tu existencia.
~ o ~

1 comentario: