domingo, 19 de julio de 2020

La trampa de la Gig Economy


El rostro visible de la Gig Economy

Entre teclados, monitores y celulares; a través de Apps, plataformas y juegos On Line; están tratando de arrastrarnos a la precarización; esclavizarnos y someternos.
Nos están metiendo la yuca mientras con sonrisa impostada, y a cara de perro descubierta (o detrás del tenebroso tapabocas) nos aseguran que todo será mejor, que no hay de otra o simplemente que si no te gusta no lo hagas. Lo que para mucha gente significa el abandono total.

En lo personal e individual yo estoy fuera de esto, pero como miembro de esta sociedad y habitante del aún nuevo siglo XXI me incumbe y mucho, porque tengo hijos, nietos, y gracias (o a pesar de) la mala educación de antes tengo una inteligencia social que ya no tiene casi nadie porque no se aprende y por eso mismo ya no se usa.

Es la Gig Economy, así la bautizaron y como era de esperarse: en Inglés.

¿Y qué es la Gig Economy? - Aunque se gasta ese nombrecito de moda es una vieja aspiración de los psicópatas de siempre, o sea: tirarse abajo las conquistas laborales y los derechos humanos de un solo tiro; eso ya lo tenían en diferentes épocas de la historia con el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo; pero siempre estaban en una situación no muy cómoda y muchas veces - en estos últimos años - francamente riesgosa.

En siglo XX, aun con sus feas sombras, parecía que la humanidad por fin avanzaba hacia una era de prosperidad y superación para todos. Los mayores recordarán cómo se imaginaba un prometedor futuro tecnológico en el cual las máquinas irían reemplazando a los hombres, gracias a lo cual todos tendríamos más tiempò libre para dedicarlo al ocio productivo y florecerían como nunca las ciencias y las artes. El mundo al fin sería un lugar feliz y agradable para vivir juntos en armonía...  imaginábamos candorosamente que las máquinas y la tecnología serían patrimonio de la gente, de los pueblos y de la sociedad en su conjunto, pero no contamos con su astucia. No señor, todo tiene dueño, y si hay menos trabajo no será el trabajador el que se beneficie sino el patrón que tendrá que pagar menos horas de trabajo. Adiós utopía, venga la distopía.

Me explayo más: se trata de la "uberización" de las relaciones laborales. El trabajador es "autónomo", o sea que no depende de nadie y si algo le pasa, aun dentro de la función que cumple, es problema suyo y la solución la debe encontrar él mismo dónde y cómo pueda. Él es solo un "usuario" de la App... nadie lo buscó ni le ofreció nada que no esté en las kilométricas, diminutas e ilegibles cláusulas del "contrato" aceptado al ingresar al difuso ámbito de la "empresa".

Antes prometían maravillas para que la gente aceptara sus regalos envenenados, ahora, tras el golpe de la cuarentena, simplemente nos dicen que es eso o el desempleo; es lo que hay. Se van cayendo las caretas y tal vez sea para bien, para que cada vez más gente entienda a dónde nos están llevando, aunque todavía son mayoría los que no se dan ni cuenta.

- Y usted cree que sabe mucho, oiga...

- Mucho no, pero al menos algo veo.

Adiós definitivo a las ocho horas, sueldo mínimo, vacaciones, aguinaldo, tiempo de servicio y jubilación. Trabajas = ganas / No trabajas = no ganas. Parece justo, pero no somos máquinas y cuando no trabajamos seguimos vivos y con necesidades, es por eso más justo que los impuestos que pagamos sirvan para darnos alguna calidad de vida mientras esta nos dure.

Basta de acumular riquezas que a nadie benefician. 

Casi llegamos a que cuando mueras cargues tu cajón y te entierres tú mismo (falta una App para eso... ahí les doy el dato, a los empresarios de la Gig Economy).
~

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