domingo, 5 de febrero de 2017

Cuidado con lo femenino

 
Gil Elvgren

 

Breve (y cautelosa) aproximación a lo femenino.


Lo femenino se dice en masculino, y ya desde el saque se mete uno en problemas con las feministas extremas, porque a las moderadas todos las quieren y hasta las miman; y todo lo bueno que se pueda decir de ellas es poco; mientras que de las otras, digas lo que digas ya les parece mucho, como pretendo demostrar en forma poética más abajo.

- ¿Más abajo de qué?

- No se entusiasme, oiga... más abajo de la página, si sigue leyendo.

Decía que las feministas extremas te meten en un lío sin que hayas hecho nada, alegan que un piropo las cosifica, que una galantería las disminuye, cuando ven un caballero se ponen en guardia pensando que va a querer montarlas, en el buen sentido de la expresión, o mejor aún, en el mejor sentido de la misma, no de la feminista sino de la expresión, y de qué expresión se trataba ... de que uno la iba a querer montar, imagínese usted, respetable lector, respetabilísima lectora, como si un caballero solo fuera tal porque sabe montar y no porque hace caballerosidades, no solo barbaridades como esa que nos quieren endilgar.
Ya basta, que en vez de aclarar se oscurece, yo prefiero dejar las cosas como están y que se aplique la ley a quien no sepa comportarse, y mientras tanto, si es para ponerlas contentas, va mi mejor expresión para ellas: ¡Que viva el feminismo! y como ya dije al principio, que culpa tengo yo si hasta el sustantivo está en masculino... está difícil, queridas, pero sigo intentando.



Oiga, no sea grosero


Chinita, chinita linda
a preguntarle me atrevo
- ¿será que también es china...?
- ¡Oiga no sea grosero!
- Por qué, si yo me refiero
a su hermana, la graduada,
no sea tan mal pensada
que ofenderla yo no quiero

Morenita de ojos verdes
a preguntarte me atrevo
¿Será que también es crespa
al igual que tu cabello?
- ¡Oiga no sea grosero!
- Por qué si yo me refiero
a la muñeca que llevas
y en tu bolsa puede verse.

Moza fina y delicada
a preguntarle me atrevo,
¿Será que también es frágil
y apenas hay que tocarla?
- ¿Oiga no sea grosero!
- Por qué, si yo me refiero
a esa flor que en su cabello
lleva bien acomodada.

Preciosa joven rolliza,
a preguntarle me atrevo.
¿Será que es voluminosa,
y como usted tan hermosa?
- ¡Oiga no sea grosero!
- Por qué, si yo me refiero
a la base del florero
que en su sala se divisa.

A usted que es blanca y graciosa,
a preguntarle me atrevo.
¿Será que es tan rosadita
como este cutis que veo?
- ¡Oiga no sea grosero!
- Por qué, si yo me refiero
a esta blusa tan bonita
y que le queda preciosa.

Atractiva pelirroja
a preguntarle me atrevo.
¿Será que es tan llamativa
cual su cabello de fuego?
- ¡Oiga no sea grosero!
- Por qué, si yo me refiero
a esa bolsa que hace juego
y combina con sus botas.

Evitaré que esto siga
y no voy a consultarles
si es rolliza, corta o fina,
porque tengo algún temor
que diga lo que yo diga
me lancen el mismo insulto,
por eso ya no pregunto
y me evito la fatiga.
~

2 comentarios:

  1. Por más feminista que sea la mujer, el hombre es sobre todo un cazador, lanzarle un piropo a una chica no es nada malo, y estoy seguro que las feministas en ese aspecto también se derriten, así digan lo contrario, aqui vale aquello de ¡¡que viva la diferencia!!, y de verdad que si.

    Muy buenos, simpáticos y pícaros los versos, como eres tú, ya sabes, no hay nadie que no sea lo que es.

    Fernando Atala

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  2. Me encanto la poesia , una delicada prosa para tratar un tema que despierta tantas fantasias, frustraciones y otras diversas susceptibilidades insondables. Toda reivindicacion de Derechos, que fueron negados con tanta brutalidad y tanto tiempo, es razonable que venga con mujeres de armas tomar en la vanguardia . Un abrazo, amigo.

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