Mi padre era muy
sensible al arte, en especial a las poesías, a la música; una vez
compró un bonito cuadro que tenía impreso el poema “If” de
Rudyard Kipling, escritor inglés muy conocido, autor de El libro de
la selva, entre otros, y de bellos poemas; que habiendo nacido en la
India cuando era colonia británica, tenía la visión occidental
puesta en ese exótico mundo, lo que dio a su obra las peculiares
características que la distinguen. En el poema citado,
un padre da consejos a su hijo, y ése fue uno de los simples
obsequios que guardé con más cariño. Aún lo tengo conmigo, como
pueden ver en la fotografía.
George podía leer
este poema en su idioma original, disfrutando así en plenitud de su
bella composición, yo también puedo leerlo en Inglés, pero siempre
prefiero el castellano en cuanto me es posible; en este caso, hay que
reconocer que la versión que está en este cuadro es una excelente
traducción y casi no se echa de menos el original; es la mejor
traducción que he visto de esta poesía, en castellano: “Si”
No encuentro en
la web esta misma versión, me parece tan buena que quiero compartirla, no importa si algunos amigos pueden leerla en su
lengua original; esta versión en castellano tiene su propio
atractivo. La transcribo tal como está:
Si …
Si conservas tu
cabeza cuando todos a tu lado
hayan perdido al
suya, y de ésto te hacen pecado;
Si guardas la fe
en ti mismo cuando otros de ésta han dudado;
Y aun así les
perdonas por el dudar demasiado;
Si eres capaz de
esperar y la espera no te cansa;
Si la falsía te
cerca y su influjo no te alcanza;
Si alguien te
profesa su odio, mas no le guardas agravio;
Y ni te crees el
más bueno, ni hablas en tono de sabio;
Si sueñas, pero
no haces del sueño única guía;
Si piensas pero no
crees, que idea mejor no habría;
Si al triunfo y a
la derrota encuentras en tu camino;
Y a estas dos
imposturas les das el mismo destino;
Si llegas a oír
un día las verdades que dijiste;
En trampa o red
para tontos por los malvados trocadas;
O al mirar rotas
las cosas por las que tu vida diste;
Persistes en
reconstruirlas con herramientas gastadas;
Si juntas en un
montón la fortuna que ganaste
Y a un solo tiro
de dados la empeñaste toda entera;
Y la pierdes, y de
nuevo a conquistarla empezaste,
Y no alientas un
reniego por tu pérdida primera;
Si corazón,
nervio y músculo, a tu mandato cedieron;
Y te sirven más
allá que sus fuerzas se extinguieron,
Y así puedes
sostenerlos cuando sólo queda en ti
La voluntad que
les dice “Sosténganse porque si”;
Si hablas con la
turba y puedes salvar tu decoro ileso;
Y andas con reyes
y no pierdes, con sus halagos, el seso;
Si ni enemigos ni
amigos daño o dolor te han costado;
Si todos cuentan
contigo, mas no cuentan demasiado;
Si puedes llenar
el tiempo del implacable minuto
Y medir lo que
corriste por su valor absoluto;
La tierra y lo que
hay en ella tuyo será y no te asombre
Y lo que es más,
hijo mío, llegarás a ser un hombre...
Rudyard Kipling
~ o ~
Cuando George me
la obsequió, yo tenía menos de quince años y la comprendía
parcialmente; poco a poco y cada vez más la he ido entendiendo
mejor, captando grandes verdades o pequeños matices entre sus versos
siempre actuales, siempre válidos, y lo mejor de todo, para mí, es
que detrás de esos bellos consejos, de esas rotundas verdades y de
esas sabias advertencias, está la voz de mi papá. Mi querido amigo
de siempre.
Y si aún tengo
conmigo este valioso obsequio se debe a que mi sobrino Jorge, a quien
yo se lo dejé hace años, tuvo el grandioso gesto
de dármelo de vuelta en uno de mis viajes.
|
Jorge Kajatt Parham - Mi padre. |
~ o ~
Esta es la versión original en Inglés:
If—
If you can keep your head when all
about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can
trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for
their doubting too;
If you can wait and not be tired by
waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or being
hated, don’t give way to hating,
And yet don’t look too good,
nor talk too wise:
If you can dream—and not make dreams your
master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If
you can meet with triumph and disaster
And treat those two
impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've
spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the
things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up
with wornout tools;
If you can make one heap of all your
winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose,
and start again at your beginnings
And never breathe a word about
your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To
serve your turn long after they are gone,
And so hold on when
there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold
on";
If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or
walk with kings—nor lose the common touch;
If neither foes nor
loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none
too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty
seconds' worth of distance run
Yours is the Earth and everything
that's in it,
And—which is more—you'll be a Man
my son!
Rudyard Kipling
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