jueves, 10 de abril de 2014

 

CANTO A LAS MUJERES 

 

Déjenme que le cante a las mujeres... 
Canta nomás, si nadie te lo impide...
Recién comienzo y ya discusión pide
mas no permitiré que me acelere.

Mientras perviva el ímpetu del macho,
mientras conserve mi esencia varonil,
mi tema preferido, y lo remacho,
será siempre el encanto femenil;

de mayor, quien sabe a qué le cante,
puede ser que a los grandiosos cerros
o, por qué no, a los mansos becerros,
pero éso ya será más adelante;

mis versos irán hoy a las doncellas,
 ante mis ojos por siempre serán bellas,
aunque maduras, jamás las veo viejas;
ya habrá tiempo de cantarle a las abejas.

Su dulce miel, su arrobador encanto,
sus ojos brujos, sus manos de azucena,
su tierna risa, me inspiran este canto
a la mujer, siempre de gracias llena.

¿Y es que nunca se encontró con una bruja?
¡Pues cómo no, y seguro más de una!
¿Y aún así las mima y las adula?
No perderé el pajar por una aguja.

Siempre fiel a mi filosofía
lo que hago es mirar el lado bueno,
ninguna cosa en la mujer condeno
pues son fuente inagotable de alegría.

Oiga usted, se le estropeó la llave,
también saben hacernos estulticias;
No señor, pues lo que usted no sabe
es que todo se arregla con caricias
~ o ~

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