CANTO A LAS MUJERES
Déjenme
que le cante a las mujeres...
Canta
nomás, si nadie te lo impide...
Recién
comienzo y ya discusión pide
mas
no permitiré que me acelere.
Mientras
perviva el ímpetu del macho,
mientras
conserve mi esencia varonil,
mi
tema preferido, y lo remacho,
será
siempre el encanto femenil;
de
mayor, quien sabe a qué le cante,
puede
ser que a los grandiosos cerros
o, por qué no, a los mansos becerros,
pero
éso ya será más adelante;
mis
versos irán hoy a las doncellas,
ante mis ojos por siempre serán bellas,
ante mis ojos por siempre serán bellas,
aunque maduras, jamás las veo viejas;
ya
habrá tiempo de cantarle a las abejas.
Su
dulce miel, su arrobador encanto,
sus
ojos brujos, sus manos de azucena,
su
tierna risa, me inspiran este canto
a
la mujer, siempre de gracias llena.
¿Y
es que nunca se encontró con una bruja?
¡Pues
cómo no, y seguro más de una!
¿Y
aún así las mima y las adula?
No
perderé el pajar por una aguja.
Siempre fiel a mi filosofía
Siempre fiel a mi filosofía
lo
que hago es mirar el lado bueno,
ninguna
cosa en la mujer condeno
pues
son fuente inagotable de alegría.
Oiga
usted, se le estropeó la llave,
también
saben hacernos estulticias;
No
señor, pues lo que usted no sabe
es
que todo se arregla con caricias
~
o ~
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