domingo, 9 de febrero de 2014

QUÉ GRINGUITA LINDA... DESDE EL NOMBRE.


MINI HOMENAJE A LINDA RONDSTADT

(La gringuita huapangera)


¿Quién puede decir que nunca tuvo un amor secreto? - Yo no. No lo puedo decir porque tuve varios, pero, aparte de Paloma San Basilio que ni llegó a enterarse; Mirla Catellanos, que a pesar de ser rubia me enamoré de ella y hasta me daban ganas de volver donde nunca estuve cuando la escuchaba cantar Maldito Amor, como si me la estuviera cantando a mí solo; y varias otras, porque me enamoro muy fácilmente; una de mis preferidas es esa gringuita linda de nombre auto referencial: Linda Ronstadt, el apellido difícil de escribir no consigue disminuir en nada el encanto de esta graciosa y bella artista; éso sí, aunque ella cantaba de todo, a mí la que me fascina es la Linda que canta las rancheras, corridos y huapangos. Ella era una estrella del rock, también de la música country y cantó con una banda y también como solista.
Nació en Tucson, Arizona, en 1946, tenía muy poco de mexicana... nada, su bisabuelo que era alemán, se casó con una dama mexicano - estadounidense y parece que al padre de Linda le gustaba la música mexicana, nada más que éso podemos resaltar sobre el asunto; y sin embargo, creo que muy pocas veces he escuchado cantar esa música con tanto sentimiento, con tantas ganas de querer hacerlo bien, con amor por la letra y la música, con esa entrega que no se preocupa del qué dirán, de si va a gustar o no, cantando desde adentro, para ella misma... y para mí, claro.
Escucharla cantar el huapango más triste que hay, Tata Dios, es para llorar juntos... escrito por el famoso Valeriano Trejo, autor de los huapangos más sentidos, Linda consigue darle tanta o más emoción que los mejores intérpretes. Cuando canta el famoso Grítenme piedras del campo, uno le cree que de verdad está sufriendo por amor, pena que el volumen de estas grabaciones no sea tan bueno... depende de dónde lo escuchen. Y para terminar con el repertorio de hoy, una canción más; una de tantas que me gusta oir.


    - ¡Con todo gusto mi cuate!
~ o ~

Pobrecita, ya no canta. Le comenzó a fallar la voz más o menos por el 2005, y en agosto de 2013 ella misma reveló que le han diagnosticado el mal de Parkinson y no cantará más.
El año 2004 se presentó, en una de sus últimas actuaciones, en un casino de Las Vegas, y durante el show habló bien de Michael Moore y de su documental Fahrenheit 9/11, lo que no agradó a los capos del lugar, quienes haciendo ver que era el público el que estaba enfadado, la hicieron sacar del local, aunque con tanta delicadeza que ella no lo entendió como una expulsión. Publicaron después que la gente gritaba y tiraba las botellas y bebidas como protesta, pero Linda dice que no vio nada de éso. Sus palabras sobre los dueños del lugar fueron:

- No sabía que se habían vuelto locos conmigo hasta que nos fuimos y no supe por qué se habían vuelto locos hasta una hora después, cuando aparentemente llamaron a uno de los que viajaba con nosotros y le dijeron, “está hablando de Michael Moore y éste es un lugar de entretenimiento sin política.”
Eran los días del gobierno de Bush hijo, y había que quedar bien con el presidente; odiar a Michael Moore era bien visto por los poderosos ... ¡Cómo ese tipo seboso se atrevió a hacer un documental donde el presidente quedaba tan mal parado!
Al final, Linda dijo:
    - Espero que se hayan molestado lo suficiente para no tener que volver.
Qué linda que es Linda, y valiente también, por éso la quiero.

Y para quienes haya gustado, no pueden faltar: Los laureles y Hay unos ojos.
 ~ o ~

    5 comentarios:

    1. Conmovedora, pasé gratos momentos viendo y escuchando esos vídeos.

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    2. Con tanta producción literaria no hay manera de encontrarte en tu casa.
      Muy interesante la bajada de Cerro ¡por la noche!, sabiendo que los forajas asaltaban a todo el que pasara por ese tramo.
      Por toda tu trayectoria se podría asegurar que en esta vida naciste con algo más de suerte que el común de los mortales.
      Comprar tamales en Tingo María es todo un lujo, primero por el exquisito tamal y segundo por la férrea salud que te permite digerir semejante delicadeza.
      Que abunden relatos de tus viajes, con algún terruco te habrás cruzado.

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      1. No solía comer tamales... creo que esa vez fue sólo para la foto, estaba con mi supervisor y amigo José L. y fue él quien quiso captar una escena "típica" conmigo como protagonista, y el famoso cerro detrás.

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    3. Recordando la bajada de Cerro —trabajar a 4.300 msnm tiene mérito—, olvidé a la Ronstadt, esta chiquilla fue una de mis musas en tanto huateque ochentero que me gasté con la gente de la universidad, pero todo en inglés, ochentero es pop en inglés... setentero, igual.

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      1. Linda es una verdadera musa, una auténtica artista, yo me quedé en su faceta mexicana, cuestión de gustos.

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