martes, 7 de enero de 2014

Una novia chiflada.


ESTRAFALARIA


Qué cosa tan feliz y tan hermosa
me inspira tu presencia estrafalaria,
aunque no eres nada extraordinaria
me sorprende lo que haces con las cosas.

Con algunas más, con otras menos,
te muestras francamente habilidosa,
creativa, original, y tan curiosa
que en las explicaciones me entrevero.

Bien sabes que mi cariño es sincero,
por éso no me importa si te emplumas
ni con cuántos colores en las uñas
le llames la atención al barrio entero.

Tampoco me importó tanto el engorro
que provocaste andando disfrazada
de orangután, y con gorrito de hada,
siguiendo por las calles a un cachorro.

Si hasta esa gran locura he perdonado
del día que haciéndote a la muerta
te quedaste parada ante la puerta
del cura que te había confesado.

También te acompañé, y hasta con gusto,
participé contigo de esa broma
de esconderle en la cama una paloma
a tu mamá, que se pegó un gran susto.

Lo que hiciste con el tigre allá en el circo
me pareció ya un poco peligroso,
abrir la reja ya no fue gracioso
porque al final casi se come a cinco.

El día que vestida de “Gatúbela”
te fuiste descolgando por los techos
me dejaste con los nervios deshechos
y los ojos como dos aceitunas.

Sí, todo te lo aguanto, mas no abuses,
porque ya me parece demasiado
ese juego que ayer te has inventado
y te pido por favor, no me engatuses.

¿Dónde se ha visto usar el polinomio
y hacer que gire alegre en la matraca?
Mira nomás si por allí se atraca
¡Nos llevan a los dos al manicomio!
~ o ~

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