ESTRAFALARIA
Qué
cosa tan feliz y tan hermosa
me
inspira tu presencia estrafalaria,
aunque
no eres nada extraordinaria
me
sorprende lo que haces con las cosas.
Con
algunas más, con otras menos,
te
muestras francamente habilidosa,
creativa,
original, y tan curiosa
que
en las explicaciones me entrevero.
Bien
sabes que mi cariño es sincero,
por
éso no me importa si te emplumas
ni
con cuántos colores en las uñas
le
llames la atención al barrio entero.
Tampoco
me importó tanto el engorro
que
provocaste andando disfrazada
de
orangután, y con gorrito de hada,
siguiendo
por las calles a un cachorro.
Si
hasta esa gran locura he perdonado
del
día que haciéndote a la muerta
te
quedaste parada ante la puerta
del
cura que te había confesado.
También
te acompañé, y hasta con gusto,
participé
contigo de esa broma
de
esconderle en la cama una paloma
a
tu mamá, que se pegó un gran susto.
Lo
que hiciste con el tigre allá en el circo
me
pareció ya un poco peligroso,
abrir
la reja ya no fue gracioso
porque
al final casi se come a cinco.
El
día que vestida de “Gatúbela”
te
fuiste descolgando por los techos
me
dejaste con los nervios deshechos
y
los ojos como dos aceitunas.
Sí,
todo te lo aguanto, mas no abuses,
porque
ya me parece demasiado
ese
juego que ayer te has inventado
y
te pido por favor, no me engatuses.
¿Dónde
se ha visto usar el polinomio
y
hacer que gire alegre en la matraca?
Mira
nomás si por allí se atraca
¡Nos
llevan a los dos al manicomio!
~
o ~
No hay comentarios.:
Publicar un comentario