EL ADIÓS
En aras de la rima no
escatimo
lo más bello, lo sagrado, lo sublime
por éso vengo a ti antes de irme
a buscar por otros lares mi destino.
¿Qué me hiciste mujer con tanto encono,
que por más que quisiera no perdono?
¿Qué pensaste de mi? ¿No te emociona?
¿No te conmueve esta pena que punciona?
¿Qué me diste mujer? ¿Es éso un huevo?
¿Es esa masa hedionda tu fritura?
Es por éso que lleno de amargura
me largo yo de aquí y ya no vuelvo.
No me verás jamás, inmunda harpía,
¡que se coman los perros tu brebaje!
que cojudos como yo, aunque no es fácil,
volverás a encontrar para tu orgía.
Me refiero a esa fea porquería
que en las ollas mezclar tan bien sabías,
Di, Naturaleza, ¿Ésta es tu obra?
O confundiste al borrego con la cobra.
Huesuda, tú, que horribles cacarañas
pretendías que fueran mi alimento,
ahora me libré de ese tormento
que es cenar a tu lado, musaraña.
Dormir contigo, es peor, una macana
compartir mi lecho con agujas,
pasando por la noche escramuzas
y ansiando que llegue la mañana.
Que - ¡Sácame los codos de la espalda!
- No son mis codos, amor... si son mis nalgas.
¡Me cago en los demonios y en sus almas!
¿quién puso aquí en mi cama esta alabarda?
Me voy por mi camino aunque me pierda,
no me vengas con más zalamerías
tratando de que coma porquerías,
pues sólo falta ya que coma mierda.
~ o ~
lo más bello, lo sagrado, lo sublime
por éso vengo a ti antes de irme
a buscar por otros lares mi destino.
¿Qué me hiciste mujer con tanto encono,
que por más que quisiera no perdono?
¿Qué pensaste de mi? ¿No te emociona?
¿No te conmueve esta pena que punciona?
¿Qué me diste mujer? ¿Es éso un huevo?
¿Es esa masa hedionda tu fritura?
Es por éso que lleno de amargura
me largo yo de aquí y ya no vuelvo.
No me verás jamás, inmunda harpía,
¡que se coman los perros tu brebaje!
que cojudos como yo, aunque no es fácil,
volverás a encontrar para tu orgía.
Me refiero a esa fea porquería
que en las ollas mezclar tan bien sabías,
Di, Naturaleza, ¿Ésta es tu obra?
O confundiste al borrego con la cobra.
Huesuda, tú, que horribles cacarañas
pretendías que fueran mi alimento,
ahora me libré de ese tormento
que es cenar a tu lado, musaraña.
Dormir contigo, es peor, una macana
compartir mi lecho con agujas,
pasando por la noche escramuzas
y ansiando que llegue la mañana.
Que - ¡Sácame los codos de la espalda!
- No son mis codos, amor... si son mis nalgas.
¡Me cago en los demonios y en sus almas!
¿quién puso aquí en mi cama esta alabarda?
Me voy por mi camino aunque me pierda,
no me vengas con más zalamerías
tratando de que coma porquerías,
pues sólo falta ya que coma mierda.
~ o ~
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