MATRONA
16.12.13
No hay mujer que no
guste, éso es un hecho,
lo que pidan,
respondemos: “lo que mandes”,
no por éso he de
saltar de lecho en lecho,
y diré que las
prefiero no muy grandes.
*
Normalmente tengo
cierta inclinación
por las que están
más o menos al nivel
adecuado de
prenderles un clavel
sin tener problemas
con la elevación.
*
Era así hasta que
llegó Matrona
con sus formas y
volúmenes grandiosos:
sueño erótico de
machos y golosos,
y ciertas cosas que
nadie perdona.
*
Claro que me gustó,
no soy de fierro,
justamente por ser
tan voluminosa,
si bien no es de lo
que más prefiero
era de una belleza
escandalosa.
*
Tenía lo de arriba
y lo de abajo
de tan alucinantes
proporciones
que observarla era
ya un trabajo.
¡Y cómo
alborotaba tiburones!
*
No sé bien si fue
suerte o fue desgracia
que en el primer
contacto entre nosotros
a la susodicha yo le
caí en gracia
haciendo diferencia
entre los otros.
*
Pensé que sus
notables atributos
me daban un indicio
de sus gustos,
la invité a un
famoso restaurante
de platos generosos
y abundantes.
*
¡Ay Matrona por
poco me mataste!
¡No parabas! Pedido
tras pedido
fueron tantos los
platos que tragaste
que al ver la cuenta
me creí perdido.
*
Sólo por algo me
sentí aliviado:
Que los dinosaurios
se hayan extinguido,
pues si acaso alguno
hubiera quedado
tal sobreviviente te
hubieras comido.
*
¡Qué bestia de
mujer! ¡Cómo tragabas!
Se rumoreaba por
todo el restaurante
que se había metido
un elefante
muy hambriento,
rompiendo las amarras.
*
Pero nada disminuye
tu belleza,
al contrario, no
digo que estés gorda,
si tus encantos
rebalsan por la borda
es tu hermosura que
agrada y embelesa.
*
Conseguí salir
airoso de aquel trance,
pero inevitablemente
hipotecado,
aunque el trofeo que
me había ganado
era cosa inmensa,
nada despreciable.
*
No se por qué
alucinación tardía
llegué a imaginar
que te comía,
mas lo que sucedió
en aquella noche
fue que tú me
comiste...yo fui el postre.
~ o ~
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