jueves, 19 de diciembre de 2013

CASI ME MATASTE.

MATRONA

16.12.13
No hay mujer que no guste, éso es un hecho,
lo que pidan, respondemos: “lo que mandes”,
no por éso he de saltar de lecho en lecho,
y diré que las prefiero no muy grandes.
*
Normalmente tengo cierta inclinación
por las que están más o menos al nivel
adecuado de prenderles un clavel
sin tener problemas con la elevación.
*
Era así hasta que llegó Matrona
con sus formas y volúmenes grandiosos:
sueño erótico de machos y golosos,
y ciertas cosas que nadie perdona.
*
Claro que me gustó, no soy de fierro,
justamente por ser tan voluminosa,
si bien no es de lo que más prefiero
era de una belleza escandalosa.
*
Tenía lo de arriba y lo de abajo
de tan alucinantes proporciones
que observarla era ya un trabajo.
¡Y cómo alborotaba tiburones!
*
No sé bien si fue suerte o fue desgracia
que en el primer contacto entre nosotros
a la susodicha yo le caí en gracia
haciendo diferencia entre los otros.
*
Pensé que sus notables atributos
me daban un indicio de sus gustos,
la invité a un famoso restaurante
de platos generosos y abundantes.
*
¡Ay Matrona por poco me mataste!
¡No parabas! Pedido tras pedido
fueron tantos los platos que tragaste
que al ver la cuenta me creí perdido.
*
Sólo por algo me sentí aliviado:
Que los dinosaurios se hayan extinguido,
pues si acaso alguno hubiera quedado
tal sobreviviente te hubieras comido.
*
¡Qué bestia de mujer! ¡Cómo tragabas!
Se rumoreaba por todo el restaurante
que se había metido un elefante
muy hambriento, rompiendo las amarras.
*
Pero nada disminuye tu belleza,
al contrario, no digo que estés gorda,
si tus encantos rebalsan por la borda
es tu hermosura que agrada y embelesa.
*
Conseguí salir airoso de aquel trance,
pero inevitablemente hipotecado,
aunque el trofeo que me había ganado
era cosa inmensa, nada despreciable.
*
No se por qué alucinación tardía
llegué a imaginar que te comía,
mas lo que sucedió en aquella noche
fue que tú me comiste...yo fui el postre.
~ o ~

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