domingo, 20 de mayo de 2018

Un soneto desgraciado




El soneto, esa forma poética que todos quieren componer, por qué será, y muchos sueñan con escribir el soneto perfecto, el soneto ideal, el gran soneto que los haga inmortales. Forma por demás cómoda y hasta ociosa de buscar la fama; así como están las cosas, algunos hasta pueden imaginar que se ganan el Nobel de literatura; si ya se dio a uno que escribió canciones, por qué no a alguien que escriba un soneto. 

- Nobel era el de antes, ahora cualquier pichanguita ya impresiona.

- No se meta con los poderosos, ellos son los que escogen.

El Nobel de 2018 dicen que se entregará junto al de 2019 porque la academia está envuelta en escándalos sexuales y así no tienen cara de salir a premiar a nadie. Ya les dije que a mí que no me metan en sus impudicias.

En "La supersticiosa ética del lector", ya en el año 1930, Jorge Luis Borges opinaba sobre esa aspiración de ciertos escritores de versos, y lo hacía de manera aguda y divertida; me permito copiar aquí sus palabras para regocijo de mis cultos lectores y más cultas lectoras.

Dijo Borges:
"Esta vanidad del estilo se ahueca en otra más patética vanidad, la de la perfección. No hay un escritor métrico, por casual y nulo que sea, que no haya cincelado (el verbo suele figurar en su conversación) su soneto perfecto, monumento minúsculo que custodia su posible inmortalidad, y que las novedades y aniquilaciones del tiempo deberán respetar. Se trata de un soneto sin ripios, generalmente, pero que es un ripio todo él: es decir, un residuo, una inutilidad."

Bastante cruel y crudo el maestro, pero sin duda tiene razón, porque es inútil llegar tan lejos con tan poco. Menciono lo anterior para que nadie piense que mis sonetos persiguen ese espejismo falaz (!) que es la fama, ya sea instantánea o mediata, pues con los pies en la tierra, calculo, sospecho y sé que de acá no pasan.
He escrito varios sonetos que nacen y mueren en sí mismos, de qué otra forma podría ser en estos tiempos de variada instantaneidad, y que no aspiran a fama alguna, es más, ni siquiera aspiran a ser leídos y la modestia es tanta que cuánto menos gente los lea, mejor.

- ¿Y entonces para qué los publica?

- Para que no se me pierdan. 

En la Web están bien guardados y archivados, mientras no se acabe el mundo, y podré releer lo escrito si me vienen ganas de hacerlo.
A los lectores del blog, que los hay, solo me queda agradecerles por tanta generosidad.
Aparte de otros escritos, están los sonetos mencionados, que no sé si Borges hubiera querido leer y si al hacerlo reafirmaba su sentencia. Entre ellos, porque son bastantes, solo citaré unos cuantos: SonetélicoSoneto para estarse quietoSoneto que se queda, un Soneto espantoso, otro desastroso, unos sonetillos, un Sonetesta, unos sonetos enfrentados y hasta un Soneto de Mierda que escandalizó a unos pocos lectores, tal vez intelectualmente estreñidos.
Como corolario de esta conversación, va este soneto que no es mejor que los otros y que tiene garantizado el olvido, pues desde su nombre invita a ello. 



Soneto desgraciado



Ahogado en dolores y miserias,
aterrado por crueles pesadillas,
con miedos infinitos que lo engrillan
es dolor lo que tratan sus materias.

Atrapado en maldades e inmundicias,
sintiéndose por siempre desterrado,
dando pena de aquello que ha quedado
expuesto tras de tantas avaricias.

Es este un soneto desgraciado
que terco se mantiene en mi presencia,
aunque quiero dejarlo ya olvidado;

el mismo que repite la experiencia
de verse nuevamente abandonado,
pues es mejor la paz que da su ausencia.

~

2 comentarios:

  1. Allá Borges con lo suyo, a mi me gustan los sonetos, y tú los compones muy bien, sobre todo los picantes, olvidate de tu maestro Borges, que acá quedo yo para leerte y disfrutar, y así como yo, muchos amigos queme han reclamado tu presencia, adelante Ricardo.

    Fernando Atala

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  2. Estimado Ricardo, disculpa mi ignorancia en temas de literatura; pero desde mi óptica ignorante, creo que el soneto es a la literatura, lo que la copla a la música. Versos de frases cortas que transmiten un mensaje o una idea que deleita a quien los lee, escucha o canta. Y el arte es eso, una creación que satisface a las personas que acceden a las composiciones. Desde esta modesta opinión, lo tuyo es arte, y del bueno, que gusta a quienes te leemos y disfrutamos compartiéndolo. Gracias por compartir tu creación, desgraciada o agraciada

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