domingo, 24 de septiembre de 2017

Las ganas


Ojalá no lleguemos a ésto ¿O ya llegamos?


Las ganas de mandarlos a donde se merecen son muchas, pero un hombre que se considera civilizado no puede rendirse ante iletrados atracadores, maleantes analfabetos, descarados autoritarios disfrazados de heraldos de la libertad, así como tampoco ante CEO's, Masters y Doctores que uno no entiende por qué quieren debatir con este humilde aunque respetuoso servidor; qué afán los mueve y si tienen algo de razón en la movida. Por si fuera poco no niegan que pretenden adquirir la ética que no mamaron en sus primeros años, acudiendo a dispendiosos cursos que no logran subsanar tan notoria carencia. Un caballero nace, no se hace.

- ¿Qué fatalidad es esa? ¿No hay manera de superarse entonces?

- Solo hasta cierto punto, porque como ya usted sabe: "Lo que natura no da, Salamanca no presta".

Ni Salamanca, ni Harvard, ni la Esan, ni las universidades del "Doctor Acuña" (bautizadas con el nombre de un poeta peruano muy respetado -después de muerto, claro- César Vallejo, al cual jodió póstumamente uniendo su nombre a la deficiencia y al fraude); algunas te pueden enseñar ciencia y técnica pero no a ser gente si no traes contigo la materia prima, o sea que si buscas aprender a ser decente y no tienes por lo menos la sencillez de los que algo valen y la honestidad de un espíritu que aspira a lo justo, pues ya te puedes dar por fracasado. Se es o no se es, aparte de títulos, bien ganados o mal comprados; no se sabe.

Y en qué se ve esta carencia ya mencionada más arriba, está bien explicada en la biblia, en el nuevo testamento, ese que muchos no quisieran que exista y que probablemente está adelantado a su tiempo, por eso vemos lo que vemos. La explicación es esta: "Por sus frutos los conoceréis". Está claro, quien roba es un ladrón, quien engaña es un mentiroso, quien estafa... ¿qué será? pues un estafador, no iba a ser la caperucita roja; y quien mata es un asesino... y así con cada acto se van revelando públicamente; es solo saber entender. Veamos entonces qué hace cada cual para ocupar lugares de poder económico y sobre todo político, que es lo que nos preocupa en estos tiempos, la mínima sospecha debe bastar para investigar al sujeto y en caso de probarse, destituirlo o cortarle el paso (o lo que se agarre primero) como corresponde. 

Cuando observo a los políticos, en su gran mayoría delincuentes, donde los más decentes están al borde de la criminalidad pero por el lado de adentro, o sea que ya son; cuando los oigo decir incoherencias, cuando aparecen con sus ínfulas de grandes personajes; me viene tal angustia y desesperanza al verlos triunfantes y me pregunto ¿Dónde está la gente decente? ¿Dónde está la gente normal? Han hecho de la política su coto privado, la han ensuciado tanto que parece que nadie más que ellos se anima a acercarse, a enlodarse, a enmierdarse.

Acá están incluidos los abogados que estudian leyes para evadirlas o para defender criminales, a sabiendas; los médicos que estudian medicina para llenarse los bolsillos con dinero de los dolientes (nadie pide que trabajen gratis, estamos hablando de honestidad); los ingenieros que gestionan sus títulos para firmar proyectos ajenos, los administradores con doctorado que se dedican a robar dinero del erario público, donde se les hace más fácil porque al estado nadie lo defiende. No son solo esos, hay muchos más.

Ratas inmundas que a veces aparentan redimirse (sobre todo en campaña electoral), pero que su esencia jamás les permitirá llegar siquiera a vislumbrar lo que es la decencia, lo que es defender una causa que parece perdida si es por cuestión de principios, lo que es reconocer la valía ajena, lo cual los haría a su vez más valiosos a ellos mismos, pero a ese precio, jamás; porque al honesto, o por lo menos al que parece serlo, tratan de enterrarlo en la más inmunda bosta de calumnias. Es su actitud, es su meta... que la consigan ya es otro cantar.

- Parece que la están consiguiendo, oiga usted.

- Usted lo ha dicho: "Parece", pero no pasarán, tengamos fe en la humanidad.


Por ahora, aparte de valiosas aunque escasas organizaciones sociales, casi lo único que nos queda es el voto, y eso... a las justas, porque con tanta manipulación y chanchullo cada vez menos gente cree en ese cuento método; así pues, a pesar de lo que usted ve y que yo también noto, presento por esta vez mi ingenuo soneto al voto.



 Soneto al voto



Culta dama, vea usted,
caballero, su atención,
no será cualquier simplón
quien los pueda convencer;

ya saben lo que hay que hacer:
retirarles la confianza,
cesar con las alabanzas
y dejarles de creer;

está claro y ya se nota
que nos quieren ver la cara
de despistados e idiotas,

pero no está muy remoto
el fin de la mascarada,
con el poder de los votos.
~



domingo, 17 de septiembre de 2017

La "Democracia" como sentencia inapelable


La "Democracia" cojudeando al pueblo


Escribí "democracia" entre comillas porque lo que se ve en las llamadas repúblicas (con las monarquías ni me meto ¡para qué!) no es democracia en el sentido etimológico, convencional o político del término - me inspiro esta vez en el Perú lo cual no es excluyente - porque no es el gobierno del pueblo; no lo es directamente, como tampoco a través de sus representantes; porque está demás decir que la mayoría de la población (obligada a votar por los menos malos o por ninguno) no se siente representada por esa gente; en gran parte incapaz y deshonesta, que compra títulos y trafica favores, que amenaza y extorsiona para seguir chupando la sangre de la nación y por eso defiende con uñas y dientes el sistema corrupto que los cobija, donde se mueven como peces en el agua, como coliformes en la mierda; utilizando el hipócrita, falso y revulsivo argumento de que están "defendiendo la democracia". Qué bien cabe aquí éso de "no me defiendas, compadre".


Expertos en licitaciones y trapisondas, en concursos y en embustes, en declaraciones solemnes y chantajes; se cagan en la ley y se limpian con el inciso, mientras derrochan el dinero del pueblo, y sus exorbitantes gastos todavía les parecen poca cosa. Pareciera que de verdad se sienten benefactores de la nación, de lo contrario no se explica cómo pueden andar tan orondos y con cara de perdona-vidas por los pasillos del poder, porque si salen solos a la calle la gente los descuartiza. Pero no fomentemos la violencia que por esa chusma delincuente no vale la pena ensuciarse.

- ¡Yo con gusto me ensucio, oiga, déjeme nomás...!

- No, mi amigo, no ganamos nada con eso, la estrategia debe ser otra, y sobre todo inteligente.


Yo escribo corto y concreto, no para los cortos de entendimiento sino para los cortos de tiempo, que somos cada vez más. Ni siquiera en mis cuentos y narraciones me entretengo en minucias o en descripción de paisajes si no viene al caso de manera imperativa; ya se me observó ese aspecto, pero lo mantengo porque es mi convicción y mi estilo.
No soy especialista ni doctor; tampoco soy un ignorante titulado; soy, nada más y nada menos, que un ser pensante con algo que decir, lo cual a estas alturas no es poco. Sigamos.


La verdadera democracia es una meta hasta hoy inalcanzada pero no por eso inalcanzable, y la seguimos buscando, intentando construirla; pero así como el hereje es, para el creyente, más peligroso que el ateo, porque este simplemente niega, pero aquel falsifica la idea que se quiere sostener; así también el falso demócrata es más peligroso que el supuesto absolutista, tirano o quien sea que consideremos enemigo de la democracia, porque esparce la errónea convicción de que ya estamos viviendo democrática y civilizadamente, que toda falencia es subsanable dentro del sistema y no hay necesidad de romper esquemas, reglas, ni nada... lo que cuidan es que no los rompan a ellos, así, tan identificados se sienten con la civilidad que parece muy duro acabar con la farsa, sin embargo, como la estaca de Siset, si tiramos un poco de aquí y de allá, se rompe porque ya está podrida. Es así que estos malditos chupa-sangre nos vienen entorpeciendo el verdadero desarrollo a quienes queremos una sociedad más justa: o sea más democrática. Nos quieren hacer creer que ya llegamos y no estamos ni siquiera en la línea de largada.


Si democracia es gobierno del pueblo, algo que evidentemente no tenemos, entonces ¿quiénes son estos impresentables que pretenden ponerse por encima de todos y decirnos qué nos conviene? ¿Quienes son estos canallas para hablar en nombre de la democracia? No son demócratas, como ya dije, son engendros de la corrupción, que hacen y harán lo que sea necesario para seguir con sus privilegios injustos e ilegítimos, y así, en nombre de esa falsa democracia no dudarán en sacrificar al mismo pueblo si este de alguna forma se interpusiera entre ellos y sus indebidos intereses.

¿Qué pasaría si un pueblo decidiera alterar radicalmente las condiciones que permiten el surgimiento y desarrollo de estas alimañas? Según criterio de estos falsos demócratas que se verían afectados directamente, cualquier decisión en ese sentido sería anti-democrática; dirían, como ya se dijo muchas veces en referencia a diversas consultas populares; que el pueblo está equivocado... y son ellos quienes deben velar por nosotros, pobres ignorantes (según ellos) que no sabemos distinguir entre el bien y el mal. Como si nunca hubiéramos comido una manzana.

- ¿Pero, usted quiere vivir en democracia?

- Por supuesto que sí ¿acaso no se nota?


O sea, que este sistema corrupto, mal disfrazado de democracia, pretende ser el fin de la historia, o como dice el título de este artículo: una sentencia inapelable, aunque el pueblo quiera otra cosa ¿Es eso democracia? Claro que no.

- ¿Y cuál es la estrategia?

- ¿No le dije que tiene que ser inteligente?  O sea que estamos fritos. La inteligencia brilla por su ausencia en estos tiempos de banal facilismo... facilismo para todo, sobre todo para embrutecerse y hasta morirse de hambre. Solo el saber nos salvará algún día, un día que parece muy lejano, y tal vez por eso mismo abusan y hasta se nos ríen en la cara.


Por eso, no concibo que haya alguien tan ingenuo como para reclamar de mí la solución inmediata, aquí y ahora, a las angustias someramente mencionadas en esta página, porque eso es algo que solo se ha de lograr cuando el animal humano evolucione siquiera un poco más, aunque solo sea lo suficiente para entender que no puede tragar (deglutir) más de lo que le entra en la boca; sin embargo, creo que existe uno que espera de mí la gran respuesta, pero felizmente no lee el blog porque de lo contrario me iba a tener uno hinchado y el otro por reventar con la exigencia de que salve el país; si será gracioso este mundo. Por ahora solo podemos ir abriendo los ojos a quienes aún los tienen cerrados.

Lo que sí me animo a hacer es un soneto dedicado a esta anti-democracia y sus tres tumores, perdón... sus tres "poderes", que se están devorando todo lo que está a su alcance; total, si hice un soneto de mierda, por qué no iba a hacer este. 




Cena de pesadilla



¡Mozo!
Sírvame una democracia
que venga con leyes fritas,
constitución en tiritas
y un bufón que le de gracia.

También una presidencia,
que esté muy bien sazonada,
ministros, y una ensalada
que me evite flatulencia;

para el señor, un congreso,
con todo su sebo y grasa
en salsa de intriga al pesto,

y el especial de la casa:
un juez gordo y suculento
en su sentencia con trafa.
~

domingo, 10 de septiembre de 2017

Soneto de mierda



Soneto de Mierda


Quiero escribir un soneto de mierda
y ser autor del bodrio más infame,
con versos que asquerosidad derramen
y a quien se atreva a leerlo que lo muerda.

Soneto que no valga ni un carajo,
que sea un esperpento irrescatable,
de carácter odioso y detestable:
de la literatura un vil andrajo;

que en vez de recitarse, se vomite,
se excrete, se descargue o se defeque,
y que suene peor si se repite;

que de todo lo malo sea culpable,
que sus versos nuestras faltas asimile,
y así, de alguna forma, que nos salve.
~

domingo, 3 de septiembre de 2017

La verdad, la mentira, la pos-verdad y la plus mentira




Fuera de la verdad, todo lo demás es mentira. Esta frase que parece tan obvia y a la vez tan contundente, se acaba de escribir sola en esta página, tal vez pertenezca a algún genio olvidado, a un loco o a un niño. Pero es verdadera tanto como su aplastante lógica: Lo que no es verdad, es mentira, salvo en física cuántica, como lo intenta demostrar el paradójico gato de Schrödinger, del que hablaremos en otra ocasión pues acaba de salir disparado tras un ratón, espero que lo atrape, porque yo no tengo qué darle de comer... pobre gato.

- Pobre gato... ¿usted o el de Schrödinger?

- No sé... tómelo como quiera.

Lo anterior no descalifica la sabia sentencia que leímos al inicio de esta página, porque la física cuántica sólo se aplica a las partículas sub-atómicas y no a grandes complejidades o tremendos hvnes como nosotros o el gato, y ya no los enredo más porque no quiero quedar como un vulgar pedante (pr). Sin embargo, valga la siguiente declaración: Hay algo que la gente está comiendo, respirando, recibiendo por el... o incorporando de alguna manera que no alcanza a todos los seres humanos, aunque sí a la mayoría, pero hay una (¿considerable?) cantidad de individuos que por alguna razón son inmunes a esta maligna sustancia o energía y están quedando fuera de su influjo, para bien o para mal, no sabría decirlo. Hay quienes sufren la soledad que esta situación conlleva mientras que otros la toleran y hasta la disfrutan. Yo en eso soy variable, no puedo negar que algunas veces me gustaría compartir ciertas ideas con alguien, pero felizmente, al no encontrar con quién, se me pasan las ganas.

- ¡Pedante!

- No, porque yo lo dije primero.

Así pues, efectuado el correspondiente Jojolete, pasemos a la sección poética, la cual, como ya habrán percibido en anteriores publicaciones, no es de lectura obligatoria, no faltaba más. Si la leen pocos, mejor, porque así no se gasta.




Pos-verdad y plus mentira


Su verdad y mi verdad
nunca podrán convivir
porque lo suyo es mentir
y lo mío investigar,
quién nos puede asegurar
qué pasó o está pasando
si nos vienen engañando
aun antes de empezar.
Inventan lo que conviene
al dueño de la sartén.

Hay verdad alternativa
para hacer todo dudoso,
confuso, falso y brumoso;
no la entiende quien la mira,
pos verdad y plus mentira
en espesa mescolanza,
a dilucidar no alcanza
quien delata y quien conspira;
ningún dato se sostiene,
es permanente el vaivén.

Algunos son engañados
creyendo lo que les cuentan,
mientras otros se dan cuenta
que estar bien acomodados
es mejor que estar armados
o luchar por una causa,
no importa si tras la pausa
terminan siendo trucados
los intereses que tienen,
lo que era mal está bien.

Así pues, que confundidos,
macerándonos en odio,
con monótono salmodio
ya no hay buenos ni bandidos,
ignorantes ni instruidos,
pero allá, en alguna parte,
no importa qué tan distante,
seremos todos medidos
por lo cierto, lo que siempre
del universo es la ley.
~