domingo, 26 de enero de 2020

¿Existe el centro?


Hasta Firulais lo tiene claro.


Sabemos que en política se habla siempre de Izquierda y Derecha; a grandes rasgos, la Izquierda propone dar prioridad a la sociedad, de ahí que se le llame socialismo; y la Derecha pone en primer término al individuo, su propiedad y su capital, de ahí el nombre de Capitalismo.
Es elemental mencionar que la sociedad está compuesta de individuos, y si esta se beneficia ese beneficio alcanzará a todos esos individuos; la diferencia con el capitalismo está en que ningún individuo, para mantener algún privilegio particular, puede estar por encima de los demás. Y ya que estamos en esto: la izquierda no te va a quitar tu casa ni tu trabajo ni tus hijos, es más, quien ya te los está quitando desde hace varios años es la derecha, el sistema que hace de la deuda un arma con la cual despojar a países e individuos, que reemplaza las tradiciones por convenientes modas y que entierra la ética bajo una montaña de despiadado marketing; así le llaman. 
Sé que me dirijo a un público de variada orientación pero de indudable honestidad intelectual. La anterior explicación es una simplificación, es verdad, pero es esencialmente correcta. Voy ahora al título de esta nota ¿Existe el centro?

A primera vista uno diría que sí, que habiendo derecha e izquierda tiene que haber un centro, así también un arriba y un abajo; eso puede ser correcto en geometría, diseño gráfico, topografía... etc. pero no necesariamente en política. Me explico:

No basta estar en la oposición cuando un gobierno es de derecha para sostener que se está a la izquierda, eso lo hemos visto siempre, se trata por lo general de un simple cambio del logotipo y las siglas de quienes ocupan los cargos públicos. Es así que la derecha forma grupos unidos en torno a algún líder o por lo menos a un personaje con alguna capacidad de conseguir votos; por eso siempre va dividida a las elecciones y a nadie le parece raro; pero sí se suele exigir a la izquierda que se presente unida, y es posible que de hacerlo llegaría a ganar varias elecciones, así como la derecha también arrasaría si estuviera unida... lo cual es más difícil de lograr, como lo demuestra la historia pasada, porque historia futura no hay.

Volviendo al tema. Si en el país se tiene un gobierno e instituciones de derecha, cualquiera que diga ser de centro y proponga cambios cosméticos y superficiales, no está en el centro, está en el continuismo, y si lo que va a continuar es la derecha, pues entonces el llamado centro es nada más que un sector de la derecha; tal vez se presente como populista, reformista o lo que quiera que le parezca adecuado para ganar votos, pero no es centro: es derecha. 

Tomemos un caso aparentemente opuesto, el de un supuesto izquierdista que se dice de centro - me viene a la mente lo acontecido con Ollanta Humala, aunque él nunca dijo que fuera de izquierda, la ultra derecha espantada (no sé de qué) lo catalogó así - en este caso se trataría de un simple embustero que ansía el poder por el poder mismo para lucrar con las ventajas que da, porque si alguien se dice de izquierda tiene que comenzar por apartarse de lo convencional y proponer alguna opción de veras distinta, y de izquierda lógicamente, y hablar de socialismo o comunismo, de lo contrario, no solo no es de izquierda sino que es de derecha, porque el centro, como expliqué bien, no existe.

En estos tiempos de crisis sistémica no se puede pretender seguir en lo mismo y esperar resultados diferentes, alguna generación tendrá que tomar al toro por las astas y hacer lo que es cada vez más urgente y aparentemente más difícil, aunque quizás estamos cada vez más cerca de llegar a la masa crítica que desencadene la inevitable reacción, porque todo tiene su límite, menos la ambición absurda de ilimitado y constante crecimiento que anhelan tantos alucinados por números y estadísticas apoyadas en inexistentes fundamentos. Desde esa perspectiva es que se puede decir que cuanto peor: mejor; es decir, que reviente de una vez la farsa seudo democrática.

En pocas palabras, si a seguir en lo mismo de forma más moderada se le llama centro, está claro que ese centro está ubicado en el lado actual de la política, o sea que es parte de la derecha.

Hay que desconfiar de la centro izquierda tanto como de la centro derecha, ambos son simuladores y mentirosos que no quieren dar a conocer sus verdaderas intenciones, o en el mejor de los casos, son simples ingenuos, y en política no se puede ser ingenuo.

A pesar de la falta de cultura política, en diversas poblaciones (sí, allí) se advierte un descontento y desconfianza generalizados hacia los políticos; la gente no les cree; las grandes masas no se sienten representadas por nadie, por lo menos hasta ahora, y eso nos lleva a una gran incertidumbre respecto al futuro. 

Algunos quisieran hacer la gran revolución, otros desearían que esa revolución ya hubiera acontecido para no tener que sufrir el proceso, y hasta hay quienes están dispuestos a aceptar que se les implante el tan pregonado "chip" subcutáneo a cambio de paz y seguridad, y muchos, tal vez los más desorientados, quisieran que las cosas sigan más o menos igual, lo cual ya se está viendo que no es posible.

Conclusión: El Centro, en política no existe, porque significa dejar las cosas como están o hacer algunas reformas a lo que existe; y si lo que existe es la derecha, pues entonces el Centro es solo una forma elegante o políticamente correcta de dejar las cosas como están.
Por eso, quienes pregonan eso de que "ni izquierda ni derecha", están expresando un absurdo, con el cual exhiben ante el mundo su ingenuidad y su falta de conocimiento.

Esta vez no hay poesía, acá no cabe.
~

domingo, 19 de enero de 2020

Elecciones: La tendencia suicida


¿Por cuál lista votar?

Es fácil burlarse o insultar, pero lo importante es entender. Es estas líneas pienso hacer un intento compartido de acercarme o al menos vislumbrar qué razones pueden tener aquellos que apoyan, siguen y/o aplauden a políticos manchados por la corrupción en sus distintas manifestaciones. No sé si lo consiga.

Dejaré de lado la simple sonrisa o saludo que puede surgir, impensadamente, al encontrarnos en la vida real con algún personaje al que habíamos visto solo por los medios; sucede a veces... te cruzas con Perico Palote en cualquier lugar público, el tipo te mira y sonríe... tal vez uno devuelve la sonrisa o el saludo... y luego, pasado el instante que nos pescó desprevenidos, pensamos que mejor hubiera sido no corresponder a semejante delincuente, que si ya se sabe que robó en tal lugar o que se levantó alguna institución completa... pero ya está, calma... fue solo la reacción de ser civilizado que uno tiene y no hay que castigarse más con ese sentimiento de culpa. A quien sabe rechazar ese tipo de contactos cercanos del tercer tipo, lo felicito, por supuesto, y si me permite hasta lo pongo de ejemplo a seguir, en caso que se sea "él", y si fuera "ella" la seguiremos con más entusiasmo todavía, porque mujeres de carácter es lo que más necesitamos, y no por otra cosa que puedan haber imaginado.

Ya está largo y aún no comencé.

Estamos en vísperas de elecciones parlamentarias, dejaré detalles a un lado porque no vienen al caso, y aunque hemos tenido personas que nos han avergonzado, enfurecido e indignado con su comportamiento nada ético, entre los que se encuentran patanes, mentirosos, ladrones, esquizoides, menopáusicas inconformes y uno que otro delincuente de alto pedigree, parece que hay algunos, esperemos que no sean muchos, que están dispuestos a votar por los mismos o por algunos similares, pero tan similares que hasta parecen copias de los anteriores.

Hasta aquí, no he hecho ningún intento de entender; simplemente he enunciado parte del problema, lo que podría ser una introducción al anhelado tema a tratar. 

¿Por qué hay gente que vota por candidatos corruptos?

Tras años de pensar en ello, meditar sobre el asunto, buscar motivos y condicionamientos que expliquen ese incomprensible accionar de quien se toma el trabajo, la molestia o lo que sea, de ir a formar fila al lugar de sufragio y darle su voto a un sinvergüenza que irá a hacer daño al país, al pueblo... ¡al universo entero! con su presencia en el lugar que no le corresponde. Solo he encontrado una explicación que divide en dos categorías a los ya mencionados.

Son ignorantes o son malintencionados. no encuentro otra explicación.

No creo necesario abundar en el asunto: el ignorante es engañado y cree que vota bien. El malintencionado puede tener más de un motivo, pero el más común es porque le conviene. Aquí hay que hacer una salvedad: hay quien cree que le conviene porque recibió un taper y unas monedas y ya se siente ganador con eso, por lo que será más justo ponerlo del lado de los ignorantes, y está el que verdaderamente va a ganar, va a lucrar, cuando el o los delincuentes lleguen al cargo, porque ya tiene planeado lo que va a hacer. Esos otros que no necesariamente van a hacer negociados pero saben que la política corrupta los dejará seguir con sus negocios y asuntos corruptos están, lógicamente, incluidos entre los malintencionados.

¿Y Usted qué hace acá si no leyó lo anterior? Sí, Usted... Vaya, regrese arriba y comience por el principio.

Es así que solo hay dos clases de votantes que nos perjudican a todos los demás: Los ignorantes y los malintencionados. Eso es todo.  El tema del voto en blanco o viciado, lo dejo por ahora; ya otros lo han explicado con claridad.

- No escribió una sola grosería, señor... ¿Qué pasó? 

- No solo con groserías se insulta, también está la forma decente de decir las cosas, que puede herir más profundamente; pero no he terminado; falta el poema... trataré de mantener la elegancia hasta el final.

Y tal vez, ya que estamos en ello, lo más importante sea mencionar que las votaciones no pasan de un simulacro, porque si el resultado no le gusta al patrón, se anula (o hay que defenderlo luchando en las calles). Ya se vieron tantos casos que dudar de ello sería ingenuo.

Gracias por la lectura.


Todos a votar


¿Vas a votar, compañero?
por quién, y por qué partido,
el antiguo se ha podrido
y murió el sepulturero.

¿Vas a votar, camarada?
Piensa bien a quien eliges,
con el voto se consigue
darle fuerza a una bancada.

Partidos y partiduchos
que se ofrecen a granel,
ten cuidado, puede ser
que te hagan el anticucho.

Moraditos, amarillos,
rosados, anaranjados,
en todos, agazapados
se nos esconden los pillos.

Este enero quiero ver
lo que es el pueblo decente,
y que vote por la gente
que nada le va a esconder;

espero paciente el día
que he de sentirme orgulloso
viendo al pueblo valeroso
votar con sabiduría.
~


domingo, 12 de enero de 2020

Rosa de Muladar

Seguro que esta vez queda fuera, ya se sabe que es mañosaza.

¡La Bartra! ¡la Bartra! ¡La ?*7@ de la Bartra! ¡Jamás pensé que llegaría el día en que tuviera que rebajarme a este nivel de cloacas y desagües, al inframúndico y rastreroso ámbito en que medran y pululan esos seres sin dignidad ni principios, alimañas inmundas para las que he tenido que inventar palabras desechables porque inframundo y rastrero son palabras que como todas las otras se merecen un mínimo de respeto. Es un desastre que yo haya llegado hasta acá y que ustedes, no sé si por compasión o por solidaridad...

- ¿Solidaridad... nacional?

- ¡NO! Ya todos saben que ese parti-ducho es in-votable.

... decía que tal vez algunos, por solidaridad con este humilde servidor, se acercarán a leer estas líneas, aunque con el debido reparo y también con la desconfianza que genera esta clase de temas, ya que las ideas y las palabras se contaminan al contacto de estos harapientos morales...

- ¡Morales! ¡Qué tiene que ver Morales!

- Dije harapientos morales, sin ética, decencia ni virtud alguna, no Morales, ni Moralitos el de la cumbia.
  
La esperpéntica Rosa es la corrupción política personificada, es la inmoralidad hecha carne y pelos, es la desgracia de la más insolente petulancia enquistada en la humanidad para arruinar los incipientes pasos y balbuceos democráticos de una sociedad que intenta subir por lo menos un modesto peldaño en la mínima y elemental decencia civilizadora a la que aspira cualquier grupo humano por ínfimo que sea, y siendo nosotros peruanos, dueños (por ahora) de tan grandioso como valioso territorio, herederos de tradiciones y cultura (?) que merecerían mejores depositarios, respetuosos de la Pachamama o por lo menos beneficiarios de alguna Pachamanca, que no es lo mismo pero algo es algo; somos eso y mucho más (un poco de palabreo viene bien)... y justamente a nosotros, los hijos del Sol, descendientes (y vaya si descendimos) de los Incas y tantas otras culturas anteriores (porque de las posteriores es mejor no hablar mucho), esta hija de la corrupción, este engendro diabólico, cruce de acatanja (escarabajo con su bola de excremento) con muñeca asesina, que se cambió el peinado, se operó la cara de mensa que tiene, se renovó el botox y con su polo amarillo de cagacidad nacional pretende agarrar de lornas por lo menos al mínimo necesario de incautos, adormilados o zombis (quién sabe a qué target apunta la desgraciada) para llegar otra vez al Congreso; ese Congreso que justamente por su culpa y la de sus iguales tuvo que ser disuelto; quiere volver para seguir calentando el asiento con ese culo mediocre, que por eso ni lo enseña en la campaña porque, si bien es cierto que para ganar votos todo vale, hay elementos como el aludido que no sirven para eso.

- ¿No será que le gusta la Rosita? - Estará despechado... je, je, je...

- ¡Vade Retro, Satanás! ¡Con esa harpía, jamás!

Meterse otra vez al Congreso es su estrategia para seguir robando, corrompiendo y destruyendo el país que ya está de un hilo para terminar de irse al carajo. Así estamos. ¡Qué tal roncha!

Hay quienes opinan que se debería seleccionar mejor a los candidatos, puede ser; pero yo pienso que sería más efectivo seleccionar mejor a los electores (electoras incluidas, como manda la academia), porque son ellos -una gran parte- los que nos meten esas porquerías en los cargos públicos.  

Mostrar la falsa cara ocultando el culo y sus verdaderas intenciones, es la táctica con la que piensa ganarse una curul. Por eso, ante la vomitiva manipulación empleada por esta mejor es nada, por esta lagartija venenosa, por esta apañadora de criminales, va este grosero desahogo en dos sonetos repletos de hartazgo para este mamarracho; va dedicado con la esperanza, mejor diría con la certeza, de que esta rata motosa no llegará al congreso. Claro, porque ya demostró con creces que es una rata inmunda y sin vergüenza. Chúpate esta, federica... (esta no, deja, deja...) ¡Esta!

Y no me salgan con que soy machista, discriminador o cavernario que este asunto trasciende tales discusiones ¡es la Patria, carajo! y además el horno no está para bollos ni el congreso para bartras.

Como podrán ver, este es solo un desahogo, si alguien ignora el porqué de tanta antipatía a dicho personaje o los fundamentos en que se basa el rechazo a su presencia en la política, puede buscar en Internet, y si necesita orientación, al final de esta entrada hay algunos enlaces para comenzar a enterarse.



SONETOS REPLETOS

(de hartazgo completos)

¡Pero qué cara de piedra!
aunque operada y con botox,
prefiero mirar un poto
que a esa fulana de mierda.

- ¿Qué le pasa caballero,
se acabó la educación?
- Es que me tiene huevón
y ya desfogarme quiero.

Encima piden más votos...
¡En la urna se los meto
y les dejo el tajo roto!

¡Podrido estoy por completo!
¡Ya me hincharon los cigotos
y de hartazgo estoy repleto!
~

Dijiste ya me soltó,
ja, ja, ja, ni lo imagines,
que al infierno y sus confines
iré de seguirte yo,

y a todos los que aburrió
tu petulancia malosa
van a dejarte rabiosa;
tu gangosera cansó.

Con tu síndrome de Hubris
nos hinchaste las pelotas,
es en vano, no elucubres,

no engañas ni a los idiotas,
y aunque de rulos te cubres
vas a morder... la derrota.
~

Acerca de la susodicha:

domingo, 5 de enero de 2020

Poesía moderna, es moderna pero... ¿Es poesía?


"La musa y el poeta", dibujo de Gustavo Adolfo Bécquer

La poesía clásica tiene que cumplir con los requisitos de la métrica, el ritmo y la rima; el llamado verso libre, nacido a mediados del siglo XIX, se libra de esas exigencias, aunque algunas veces no pasa de ser una simple composición tipográfica.
Es verdad que puede expresar sentimientos y emociones que no se discuten, pero la prosa también puede expresar, y lo hace muy bien, todas las emociones y sensaciones que el autor pueda transmitir.
Entonces. ¿Qué es poesía?
No vamos a jugar con la bella rima XXI de Gustavo Adolfo, no Hitler, Bécquer.
A propósito ¿Se han dado cuenta qué escaso es ahora ese nombre? ¿Por qué será?

Veamos una definición de Verso Libre: “El verso libre es la forma de expresión poética que se caracteriza por su alejamiento intencionado de las pautas de rima y metro que predominaron en la poesía europea hasta finales del siglo XIX. Por tanto, es una forma muy próxima al poema en prosa y la prosa poética, de los que se distingue visualmente por conservar la disposición tipográfica en líneas sangradas propia del verso. Es importante destacar que, si bien la rima, la métrica y la acentuación no son fijas, el poeta sigue cuidando la musicalidad”.
Esta última condición no siempre se cumple, eso lo digo yo. Ya vemos: hay poemas en prosa y también prosa poética, entones lo que distingue a la poesía libre no es más que la composición tipográfica. Yo me pregunto ¿Si descartaron lo demás, porque se quedaron con la tipografía? No quisiera pensar mal, pero pienso, que tal vez fue porque era lo más fácil de todo.

- Oiga, parece que no le gusta el verso libre.

- No me diga ¿Se me nota?

En realidad sí me gusta e incluso admiro a quienes logran ese difícil arte, pero también detesto a quienes solo juegan con la forma, la tipografía, y nos quieren pasar gato por liebre.

- ¿Y por qué no le gustan los gatos?

- ¡Es el refrán, Mamerto, no es que yo practique la discriminación animal!

- ¿Me dijo animal...?

- En realidad no, pero puede parecer.


Así, sucede que algunos poetas se quedan sólo en lo formal, en lo tipográfico, en la elaboración de líneas que buscan una estética visual. Modestamente creo que éso ya no es poesía.
Es como la pintura: un buen pintor sabe y puede pintar y dibujar con realismo y exactitud, así, si sabiendo y dominando no sólo la técnica sino el arte, opta por lo abstracto, entonces podemos estar seguros de que lo que está en el lienzo es lo que nos quiere mostrar, porque todo está puesto allí con intención, el mensaje existe, y vale el esfuerzo buscarlo y encontrarlo. Pero imaginemos a un aficionado, que no sabe dibujar ni pintar pero que tal vez posee una cierta habilidad en el uso de los materiales, y atreviéndose a pintar en “abstracto” nos muestra su obra, que es una simple combinación de formas y colores donde el azar juega el papel más importante, y a ese conjunto, casual y aleatorio, le quiere encontrar algo que pueda tener algún sentido. No faltará quienes le festejen la gracia, pero no por éso deja de ser una impostura ni la obra adquiere un valor que trascienda el breve instante que dura el halago.

Creo que lo mismo pasa en la literatura, y en el caso concreto de la poesía pienso que para llegar al verso libre se debe pasar antes por el clásico, transmitir las ideas y las emociones con las exigencias de la rima, el ritmo y la métrica requeridas, presentadas en estrofas, y después de haberlo hecho, si se desea, buscar el verso libre, que no será más fácil que el clásico sino todo lo contrario, porque para el poeta, la poesía clásica es una ayuda, un marco, un soporte que le ayuda a armar su obra, pero, si una vez “libre” de ella el poema se desarma y no tiene forma, ni ritmo ni nada, entonces no es poesía, es un fracaso. Muchas veces el primer engañado es el autor.
El verso libre debe ser más exigente, más acabado, más responsable y certero que el clásico, yo, personalmente, todavía no lo hago; por honestidad intelectual y artística, prefiero ser anticuado antes que deshonesto.

Por ejemplo - dice Borges - yo empecé, como la mayoría de los jóvenes, creyendo que el verso libre era más fácil que las formas sujetas a reglas. Hoy estoy casi seguro de que el verso libre es mucho más difícil que las formas medidas y clásicas.

Resumiendo: No ignoro el valor del verso libre y de la poesía que genera, pero considero que en muchos casos se presta a una fácil suplantación que no puede considerarse arte poético.
A riesgo de parecer impertinente, diré que muchas veces no es más que una armazón formal pero ficticia y se podría modificar la extensión de las líneas (supuestos versos) y no pasaría nada... o lo que es peor (o mejor, depende) hasta podría ser que gane algo con el cambio.




En defensa de la vieja... poesía




Hay poesía moderna
(ésta no, que es a la antigua)
que solo es tipografía
y nada más la sustenta;

versos cortos y otros largos
sin consonancia ninguna,
impactante o lacayuna
no siempre nos dicen algo.

A unos cuantos los admiro,
pero siempre son los menos
porque no todos podemos
componer con ese estilo.

Yo prosigo con la mía
¿Con cuál? Por favor explique.
La que la musa me indique,
sino ¿cuál otra sería?

Y aquí va...


Ruge el viento en tempestades
y el poeta se impresiona,
gime bajito Ramona
suplicando que no acabe...

muere el ave... golondrina,
avestruz o gallinazo;
escoger una al acaso
a lo mejor no combina.


También tengo habilidades
aparte de la escritura,
y aunque la vida esté dura
derramo amabilidades.

Es de noche, alguna estrella
brilla entre las tenues nubes...
y es verdad que si te subes
la perspectiva es más bella.

Resbalosa, tibia y dura
se está poniendo la cosa,
y puede ser peligrosa
esa arista de la ducha.

Algunos son malpensados,
eso yo lo sé muy bien,
y supongo que también
lo mismo han imaginado.

La poesía ha acabado
al menos por este día,
y mucho me alegraría
si alguien hasta aquí ha llegado.
~