domingo, 5 de enero de 2020

Poesía moderna, es moderna pero... ¿Es poesía?


"La musa y el poeta", dibujo de Gustavo Adolfo Bécquer

La poesía clásica tiene que cumplir con los requisitos de la métrica, el ritmo y la rima; el llamado verso libre, nacido a mediados del siglo XIX, se libra de esas exigencias, aunque algunas veces no pasa de ser una simple composición tipográfica.
Es verdad que puede expresar sentimientos y emociones que no se discuten, pero la prosa también puede expresar, y lo hace muy bien, todas las emociones y sensaciones que el autor pueda transmitir.
Entonces. ¿Qué es poesía?
No vamos a jugar con la bella rima XXI de Gustavo Adolfo, no Hitler, Bécquer.
A propósito ¿Se han dado cuenta qué escaso es ahora ese nombre? ¿Por qué será?

Veamos una definición de Verso Libre: “El verso libre es la forma de expresión poética que se caracteriza por su alejamiento intencionado de las pautas de rima y metro que predominaron en la poesía europea hasta finales del siglo XIX. Por tanto, es una forma muy próxima al poema en prosa y la prosa poética, de los que se distingue visualmente por conservar la disposición tipográfica en líneas sangradas propia del verso. Es importante destacar que, si bien la rima, la métrica y la acentuación no son fijas, el poeta sigue cuidando la musicalidad”.
Esta última condición no siempre se cumple, eso lo digo yo. Ya vemos: hay poemas en prosa y también prosa poética, entones lo que distingue a la poesía libre no es más que la composición tipográfica. Yo me pregunto ¿Si descartaron lo demás, porque se quedaron con la tipografía? No quisiera pensar mal, pero pienso, que tal vez fue porque era lo más fácil de todo.

- Oiga, parece que no le gusta el verso libre.

- No me diga ¿Se me nota?

En realidad sí me gusta e incluso admiro a quienes logran ese difícil arte, pero también detesto a quienes solo juegan con la forma, la tipografía, y nos quieren pasar gato por liebre.

- ¿Y por qué no le gustan los gatos?

- ¡Es el refrán, Mamerto, no es que yo practique la discriminación animal!

- ¿Me dijo animal...?

- En realidad no, pero puede parecer.


Así, sucede que algunos poetas se quedan sólo en lo formal, en lo tipográfico, en la elaboración de líneas que buscan una estética visual. Modestamente creo que éso ya no es poesía.
Es como la pintura: un buen pintor sabe y puede pintar y dibujar con realismo y exactitud, así, si sabiendo y dominando no sólo la técnica sino el arte, opta por lo abstracto, entonces podemos estar seguros de que lo que está en el lienzo es lo que nos quiere mostrar, porque todo está puesto allí con intención, el mensaje existe, y vale el esfuerzo buscarlo y encontrarlo. Pero imaginemos a un aficionado, que no sabe dibujar ni pintar pero que tal vez posee una cierta habilidad en el uso de los materiales, y atreviéndose a pintar en “abstracto” nos muestra su obra, que es una simple combinación de formas y colores donde el azar juega el papel más importante, y a ese conjunto, casual y aleatorio, le quiere encontrar algo que pueda tener algún sentido. No faltará quienes le festejen la gracia, pero no por éso deja de ser una impostura ni la obra adquiere un valor que trascienda el breve instante que dura el halago.

Creo que lo mismo pasa en la literatura, y en el caso concreto de la poesía pienso que para llegar al verso libre se debe pasar antes por el clásico, transmitir las ideas y las emociones con las exigencias de la rima, el ritmo y la métrica requeridas, presentadas en estrofas, y después de haberlo hecho, si se desea, buscar el verso libre, que no será más fácil que el clásico sino todo lo contrario, porque para el poeta, la poesía clásica es una ayuda, un marco, un soporte que le ayuda a armar su obra, pero, si una vez “libre” de ella el poema se desarma y no tiene forma, ni ritmo ni nada, entonces no es poesía, es un fracaso. Muchas veces el primer engañado es el autor.
El verso libre debe ser más exigente, más acabado, más responsable y certero que el clásico, yo, personalmente, todavía no lo hago; por honestidad intelectual y artística, prefiero ser anticuado antes que deshonesto.

Por ejemplo - dice Borges - yo empecé, como la mayoría de los jóvenes, creyendo que el verso libre era más fácil que las formas sujetas a reglas. Hoy estoy casi seguro de que el verso libre es mucho más difícil que las formas medidas y clásicas.

Resumiendo: No ignoro el valor del verso libre y de la poesía que genera, pero considero que en muchos casos se presta a una fácil suplantación que no puede considerarse arte poético.
A riesgo de parecer impertinente, diré que muchas veces no es más que una armazón formal pero ficticia y se podría modificar la extensión de las líneas (supuestos versos) y no pasaría nada... o lo que es peor (o mejor, depende) hasta podría ser que gane algo con el cambio.




En defensa de la vieja... poesía




Hay poesía moderna
(ésta no, que es a la antigua)
que solo es tipografía
y nada más la sustenta;

versos cortos y otros largos
sin consonancia ninguna,
impactante o lacayuna
no siempre nos dicen algo.

A unos cuantos los admiro,
pero siempre son los menos
porque no todos podemos
componer con ese estilo.

Yo prosigo con la mía
¿Con cuál? Por favor explique.
La que la musa me indique,
sino ¿cuál otra sería?

Y aquí va...


Ruge el viento en tempestades
y el poeta se impresiona,
gime bajito Ramona
suplicando que no acabe...

muere el ave... golondrina,
avestruz o gallinazo;
escoger una al acaso
a lo mejor no combina.


También tengo habilidades
aparte de la escritura,
y aunque la vida esté dura
derramo amabilidades.

Es de noche, alguna estrella
brilla entre las tenues nubes...
y es verdad que si te subes
la perspectiva es más bella.

Resbalosa, tibia y dura
se está poniendo la cosa,
y puede ser peligrosa
esa arista de la ducha.

Algunos son malpensados,
eso yo lo sé muy bien,
y supongo que también
lo mismo han imaginado.

La poesía ha acabado
al menos por este día,
y mucho me alegraría
si alguien hasta aquí ha llegado.
~

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