miércoles, 5 de mayo de 2021

Ocultar la historia y manipular el presente

 

Manipulación que no todos notan


Este sería un ABC de lo que sabe hacer la derecha en nuestro tercer mundo. Advierto que me quedaré corto en la exposición, pero no escribo para los que saben y entienden más que yo, solo quiero dar unas explicaciones simples.

Tenemos ante nosotros el ejemplo de Colombia; así como en microbiología se usan las placas da Agar para observar el desarrollo de microorganismos, observaremos lo que sucede en estos días en aquel país hermano. No ignoro que el actual problema colombiano tiene raíces más antiguas, que se remontan a tiempos anteriores al asesinato del Jorge Eliécer Gaitán, el político más destacado de ese país, candidato a la presidencia y seguro ganador, ejecutado en 1948, supuestamente por un sicario solitario pero que tenía la finalidad de evitar que el socialismo llegara al poder. Y después vimos con tristeza cómo les fue: Guerrillas, narco gobiernos, abusos y violencia desatados contra el pueblo cada vez que los criminales que gobiernan lo creían necesario. El grito en Colombia ahora es "nos están matando".

¿Cómo se hace? A quienes promueven la matanza les parece simple, y lo sabemos también nosotros: se criminalizan las protestas y se sale a matar a la gente con las "armas de la paz y de la democracia". Se dice fácil aunque no lo es, porque la muerte y la injusticia triunfantes son la peor pesadilla que le puede ocurrir a un pueblo; y si viene disfrazada de democracia, peor que peor, no hay cómo librarse del horror sin ser declarado subversivo y alimentar así el círculo vicioso del abuso, protestas y muerte. Justo lo que ellos quieren.

Es claro que eso no se podría hacer si se notara, porque el ser humano es un ser social y tiene (todavía) cierta empatía para con sus semejantes, y ese es el detalle macabro que complementa el genocidio: evitar la solidaridad y la empatía creando al "otro", ese que no es igual a uno, ese que es una amenaza a nuestra paz y seguridad, ese que que tiene ideas raras, ese que es, al fin y al cabo, una basura que hay que eliminar. Así se acaba con la empatía y odiar al "otro" se convierte en virtud ciudadana; son los buenos contra los malos.

Pero cómo se hace eso, no es ningún secreto, o no debería serlo: se ponen las mentiras como verdades, se le dice a la gente lo que es deseable, se manipula, se inventa... ¿dónde? donde todos lo puedan ver y crean que lo hacen libremente: en los medios de comunicación.


- Oiga ¿pero usted cree que todos se han puesto de acuerdo? 

- Sí, se han puesto de acuerdo y están consiguiendo lo que se proponen.


Entre el 70 y 80% de la información es manejada por unos pocos grupos con intereses semejantes, el resto tampoco es libre porque se basa en la línea que se propaga en esos grandes conglomerados; solo unos pocos medios alternativos ofrecen información veraz, objetiva e imparcial, y a esos hay que buscarlos detrás del mar de mentiras, medias verdades y distracciones que nos invaden y acechan desde todos los ángulos y direcciones, todo el tiempo, como se dice 24/7. Siempre.

Ya no se trata solo de ocultar o manipular la historia sino, lo más importante, ocultar y distorsionar el presente para mantener las cosas a raya, y para asegurarse un futuro a la medida de sus planes y ambiciones.

Sublevarse no es fácil, nunca lo fue ni lo será, pero al menos no seamos presa fácil ni vergonzosos colaboradores de nuestros despiadados enemigos; lo menos que podemos y debemos hacer es observar y entender lo que está pasando; obstaculizar, en la medida que cada uno pueda, el avance de la falsificación de la verdad e impedir que florezca la calumnia y la mentira. No es fácil, pero tampoco es tan difícil y mucho menos imposible.

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