domingo, 23 de mayo de 2021

El cambio es inminente


Solo podemos decidir cómo lo haremos


La violencia: partera de la historia
La Libertad guiando al pueblo, por Eugène Delacroix  



Con todos los adelantos de que disponemos, con todos los conocimientos históricos y filosóficos, no debemos permitir que la violencia siga siendo la partera de la historia. 

Es fácil hablar (o escribir) de convicciones pero no tan fácil vivir de acuerdo con ellas. Si se trata de escoger entre lo que nos aprovecha y lo que creemos, lo cual muchas veces se encuentra en el lado contrario, el dilema puede ser muy duro; me refiero a quienes tengan conciencia, porque para muchos este problema no existe: piensan una cosa y hacer otra, y eso está tan extendido que es una manera aceptada de vida y hasta la forma más común de cargar con la existencia. 

Donde más se nota puede ser en las iglesias, o sea la manifestación física de las religiones, pero si miramos un poco más, está en todas partes: partidos políticos, fuerzas armadas, gobiernos, clubes, barrios, empresas... y hasta en la familia. No hace falta ser muy observador para verlo, es lo que llamamos hipocresía. Haz lo que digo pero no lo que hago.

Es que hay cosas que no son para cualquiera, y en cualquiera me incluyo porque no soy ningún ejemplo a seguir, a veces suelo ser el dedo que señala un problema pero no tengo la fórmula para solucionarlo, por eso, cuando me reclaman soluciones sé que no lo hacen porque esperan que se las de, sino precisamente para echarme en cara mi perplejidad como si los que me exigen soluciones tuvieran alguna.

Y, si se diera el caso milagroso que yo o alguien tuviera una idea de lo que hay que hacer, si alguien mostrara un camino a recorrer, no faltarían quienes lo humillen y lo agredan. Ya se hizo y se seguirá haciendo.

- ¿Está predicando, oiga?

- Sí, y espero que no sea en el desierto de la intransigencia.

En estos días se está apreciando, en varios países y regiones, una polarización en cuanto a posiciones políticas, lo cual lleva a enfrentamientos verbales, críticas y discusiones, lo cual a primera vista parece bueno porque siempre será más deseable que la gente participe en política a que no lo haga, sin embargo, y este es el lado malo, se discute de lo que se ignora y en base a supuestos conceptos erróneos pero aceptados por mucha gente a nivel de meme, post o figuritas.

Hay intentos maliciosos, melodramáticos, cómicos y hasta ridículos. Esto en sí mismo no es malo, porque la caricatura y el humor son herramientas de gran utilidad en la propagación de las ideas, pero solo funcionan si el público tiene el suficiente criterio y nivel de formación para distinguir lo falso de lo verdadero, y si le da a los conceptos el significado correcto. Cuando eso no sucede, y no está sucediendo ahora, entones viene un caótico discurrir de ideas idiotas enfrentando argumentos que no son comprendidos por falta de conocimientos básicos. A veces puede ser peor y se ven idiotas ideas enfrentadas a ideas idiotas.

Idiotas, tanto en el sentido peyorativo de falta de intelecto, como también en el etimológico de ajeno al tema tratado.

Así es que a quien defiende un sistema político económico de izquierda, se le conmina con violencia a que se vaya a vivir allá donde se practica el mismo. A primera vista parece lógico, te gusta, pues anda allá. No se entiende que el deseo es precisamente cambiarlo allí donde uno está, y vivir de acuerdo a esos principios.

Otra agresión, que no diré argumento, es la de exigir que uno regale lo que tiene, si tanto le gusta la igualdad, o que por qué vive bien si el socialista debe ser pobre. Ni el socialista ni nadie tiene que ser pobre, ni se trata de regalar lo propio dentro de un sistema de total injusticia. Con caridad no se soluciona la injusticia, sino que se prolonga indefinidamente. Y eso es lo que quisieran quienes están cómodos en un sistema injusto y no se preocupan por los que están sufriendo debido a ese mismo sistema.

Al socialista lo atacarán tanto si es rico como si es pobre. Si es rico le dirán caviar, hipócrita, mentiroso, Si es pobre le dirán haragán y mantenido. La verdad es que nadie debería sufrir miserias en un mundo mínimamente justo y planificado, como se ve en varios países del primer mundo que no dejan a la población librada al azar del despiadado y abusivo mercado, sino que distribuyen los bienes e ingresos de manera adecuada para evitar precisamente el desequilibrio de su población. 

Parece mentira que haya gente que de verdad se crea que la acumulación absurda de riqueza, acumulación generada por distorsiones del sistema, sea algo justo. Si se trata del poseedor, no hay duda que se debe a una elemental reacción de defender sus privilegios, pero si se trata de un ciudadano común, no digo pobre, es simplemente falta de perspectiva, ignorancia del asunto, o llanamente estupidez.

¿Por qué nos parece bien intervenir en las diferentes ciencias y crear tecnologías innovadoras en todos los campos pero dejar la política intocada? Es por eso que a lo largo de la historia los cambios han sido siempre violentos. Hoy a nadie le parecería normal entregar la novia a su señor, o trabajar solo para la comida, por ejemplo, como en el feudalismo, pero ignoramos asuntos mucho más graves que trae consigo el sistema capitalista. Principalmente se trata de lo siguiente:

El capitalismo no es un estado natural de la evolución social, es impuesto para beneficio de muy pocos.

El capitalismo genera enormes e injustas desigualdades tanto entre individuos como entre países.

El capitalismo necesita de continuas crisis para poder mantenerse, dañando la vida de la enorme mayoría.

El capitalismo daña y destruye gravemente, de manera irremediable, el medio ambiente y no se hace responsable de ello.

El capitalismo necesita y genera guerras de forma constante para asegurar su propia permanencia.

Que no sea el necesariamente comunismo el que nos saque de esta situación, lo puedo aceptar y entender, pero lo que no debemos desear de ninguna manera es que sigamos en este sistema destructivo. Tendremos que salir de él de forma ordenada y planificada o a los tumbos y empellones, pero está visto que es insostenible. Pan para hoy y desgracia para mañana. Con todos los adelantos de que disponemos, con todos los conocimientos históricos, filosóficos, no debemos permitir que la violencia siga siendo la partera de la historia. 

Quienes defienden este injusto y destructivo orden, dicen que lo hacen por sus hijos. Es ceguera, ignorancia o estupidez, no sé a cuál de estas condiciones culpar del futuro descalabro que espera al final de ese camino, de lo que sí estoy seguro es que la inacción se debe principalmente a la comodidad y al miedo de perder lo poco que se tiene, esta posibilidad solo existe si se llega al extremo del cambio violento y descontrolado, no si se hacen las cosas dentro de la ley. Nadie perderá nada de lo ganado honradamente, aunque posean cosas que los pone por encima del promedio. Esa es la gran mentira que se propaga de manera calculada alrededor del mundo para  

Desgraciadamente, si no tomamos las riendas de nuestro futuro se perderá lo poco y también lo mucho.

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